EL DESCUBRIMIENTO DE LAS RUINAS DE CHUJU
PERKHA
Y SU IMPORTANCIA PARA EL
ADVENIMIENTO DEL HOMBRE EN AMÉRICA
(Expedición al comienzo de Enero-1940).
Quizá uno de los descubrimientos más interesantes que se ha hecho en
los últimos años, es el hallazgo de monumentos megalíticos de tipo pretihuanacu realizado en la península de Copacabana, frente a la
isla de Anaphia y en otras regiones de las orillas del Titicaca;
monumentos que se internan en la gran laguna andina. Fig. 21.
Ya en
el año 1931 tocóle al infrascrito dar cuenta de un hallazgo
efectuado entre los yungles del Hakonta-palayani de monumentos de
tipo también pretihuanacu, sobre un islote que encuéntrese emergido,
en estaciones muy secas, unos dos metros encima de las aguas de
aquel lago, que es la, continuación del Titicaca en el río
Desaguadero, siendo la posición geográfica del islote de 16°38´25”de
latitud sud y de 69°1´12” de longitud oeste de greenwich, a una
distancia aproximada de 18 y 1/2 kilómetros de la desembocadura del Titicaca, y presentando la característica peculiar de que durante el
período de fuertes lluvias el lago la cubre en su totalidad. En el
III período de Tihuanacu la altura del agua sobre el islote
alcanzaba a 34 metros 73 centímetros.
Acerca de la innegable importancia que involucra éste hallazgo para
la arqueología americana, le fue dado al suscrito durante el año
1932, dar cuenta al XXV Congreso Internacional de Americanistas,
reunido en aquella época en La Plata. A estar por nuestros actuales
conocimientos geológicos, dicho edificio es preglacial, como
pasaremos a de mostrarlo, y hace dos años en un capítulo especial
denominado “Simillake”, me ocupé con amplio acopio de datos, pianos
e ilustraciones, en la obra intitulada Antropología y Sociología de
las Razas Interandinas, acerca de este notable hallazgo, realizado a
sugerencia e indicación de mis buenos amigos los Urus de Iruitu.
Acerca de la técnica dominante en el edificio de referencia, podemos
afirmar que es la que se ha venido, en llamar, centro de la
terminología arqueológica del tipo Kalasasaya; técnica primordial
del hombre americano y que — puede decirse
— aún subsiste en las construcciones indígenas.
El nuevo descubrimiento que a pesar de ser de la misma época y tener
una orientación astronómica igual aparentemente, presente una
técnica muy superior con edificios de mayores proporciones. Este
sitio es conocido por el vulgo como Chuju-perkha, que traducido del
aymará significaría “Pared de Silencio”.
(42). Figs. 22. 23. 24.
42 (1).—También hace pocos días descubrí a un kilómetro norte de las
ruinas de Lukurmata, dentro del lecho del lago que se secó en esta
sección en el presente año, los restos de un pequeño edificio de
piedra labrada que loa indios denominaron Kalasekje y al cual
conduce desde la orilla una calzada de piedra bruta.
En 1914, época en que salió a luz la obra “Una metrópoli
prehistórica en la América del Sud”, di cuenta que el lago descubre
monumentos pétreos en sus orillas, durante las épocas de sequía y,
posteriormente, en una comunicación dirigida al XXIII Congreso de
Americanistas, que tuvo lugar en Nueva York en el año 1928, informé,
asimismo, de hechos muy importantes relativos a la fisiografía y
morfología de la región andina en un trabajo titulado “La Remoción
del Cíngulo Climatérico como Factor del Despueble del Altiplano y
decadencia de su alta cultura”.
En ese trabajo, me referí, además, a
monumentos que parcialmente hallábanse cubiertos por el Titicaca.
Posteriormente, en conferencias y artículos de divulgación
científica, llamé la atención sobre este mismo hecho.
Para fundamentar lo esencial en este tópico, o sea el hecho de que
las obras prehistóricas que en la actualidad se hallan en la orilla
del Titicaca y que en parte se internan en el lago actual, necesario
es reseñar someramente, en el presente artículo, la geología de la
región andina, o por mejor decir, la parte cronológica de las
diferentes épocas glaciales y volcanológicas como también los
efectos de estos fenómenos en la alborada de la cultura, del hombre
en América.
Muchos sabios se han ocupado de las épocas glaciales en América
meridional, entre ellos mis buenos y ¡sabios amigos! Profesores Drs.
Rudolf Hautal Steinmann y Dr. Troll, compañero mío durante le
expedición del Titicaca al Poopo en el año 1926, Pentland, Berry y
muchos otros, manifestando todos uniformidad de criterio acerca de
la existencia de señales evidentes de dos, hasta tres períodos
glaciales en este hemisferio.
Largo resultaría referirse en el
presente artículo de divulgación científica a todos aquellos
estudios, ingresando en detalles; por ello sólo me concretaré por el
momento a referirme
a los hechos geológicos que se relacionan exclusivamente a la
geología de la sección que hoy se denomina “altiplano andino” y lago
Titicaca. Para esos estudios poseemos el mejor documento en un
formidable corte geológico, hecho por la naturaleza, que es la
apertura que la erosión ha efectuado en la cuenca en que se halla
situada la ciudad de La Paz.
Sus flancos que se hallan a la vista,
nos demuestran con mayor elocuencia que el mejor libro, toda la
geología andina y su vetusta y reciente historia. Mas adelante, en
el valle del río Chuquiaguillo, donde corre hoy el ferrocarril a
Yungas, notase en el kilómetro 7, Fig. 25, otra vez más, un corte
geológico y es notorio y fácil observar, particularmente, el papel
que le cupo desenvolver a una formidable y ultima erupción de la
cordillera marítima, cuya manifestación primordial es una capa de
toba de más o menos 6 a 20 m. de espesor, que se encuentra por
debajo de un ligero estrato del acarreo, que constituye actualmente
el altiplano; toba que se extiende hasta el pie de la citada
cordillera, también denominada volcánica Fig. 27, en Bolivia y
cordillera negra en el Perú.
Donde de una manera espectacular y
brillante, puede observarse éste gigantesco estrato volcánico, es
sin duda en la margen derecha del río antes nombrado (Chuquiaguillo)
en la región de las minas de oro del mismo nombre. (Fig.26).
A juicio mío y disintiendo de las opiniones al respecto vertidas por
el geólogo Kozlowky, ésta erupción, éste mar de lava en los Andes,
es relativamente reciente, geológicamente hablando. Aquel, en una
conversación con el suscrito sostenida, expresó su convencimiento de
suponerla “terciaria”, y yo, por las múltiples pruebas, estoy
plenamente convencido que ésta erupción es reciente y que
corresponde a la época cuaternaria.
En el kilómetro 7, cuyo corte
vertical se puede estudiar en la Fig. 25, se observa que la toba
volcánica se halla superpuesta sobre acarreo glacial moderno; es
decir, encima de una verdadera “moraine” y que el calor de la
erupción ha calcinado ligeramente la infraestructura sobre la cual
descansa, presentando un enrojecimiento no procedente sólo de
impregnaciones de óxidos de hierro. Más abajo, en el cerro
“calvario” de La Paz, notase en otro corte geológico practicado en
el Barranco por el río Viscachani, que aquella, “toba”
(43) se halla
superpuesta sobre arcilla.
43 —Toba, se llama en el norte de Bolivia, vulgarmente «Pokhe».
Pero lo más notable, es que entre la toba y la arcilla se encuentra
restos apenas carbonizados de arbustos y, en ciertos sitios, una
considerable capa de turba algo carbonizada. Idénticas observaciones
se puede hacer detrás del Cementerio general en la ciudad, y más arriba de Tembladerani y (San Pedro,
donde hace muy poco tiempo, se ha intentado explotar de manera
industrial aquella
sustancia combustible; que, igualmente, aparece debajo del citado
estrato volcánico en el corte geológico practicado por la naturaleza
en la región de Achocalla.
Fig. 25
Corte geológico efectuado por la naturaleza en una quebrada
que desemboca
en la margen derecha del Río Chuquiaguillo (km. 7
F.C.Y.) en la que se nota la superposición
de Toba volcánica sobre
acarreo glacial.
Sobre esta misma toba hállase nuevamente acarreo
glacial.
Resulta el último extremo hasta donde llegó la gran y
última erupción de la cordillera marítima (volcánica).
Fig. 26
Margen izquierda del Río Chuquiaguillo donde se ve a media falda la
potente
capa de toba volcánica que se extiende debajo del altiplano hasta la
cordillera marítima (volcánica)
Fig. 27
Enorme estrato de Toba volcánica en una serranía en Carangas que se
halla
al lado este de la cordillera marítima (volcánica).
La precedente explicación, no tiene otro objeto que demostrar que
antes de ésta — valga la expresión — última erupción de la
cordillera, había “tierra de pan llevar”, vale decir, existía
vegetación que permitía “la vida” al hombre prehistórico.
Cabe aún — para hacer comprender el aspecto cronológico de los
monumentos que descubre hoy el Titicaca — ocuparse ligeramente de la
formación de éste y de sus diferentes fases en su nivel.
Según el estado actual de nuestros conocimientos geológicos, se
supone que las cordilleras se han erigido al principio del
“terciario”. Al emerger, quedó aprisionada, sin la menor duda, en la
sección que hoy constituye el altiplano entre ambas cordilleras una
considerable porción de agua marina con fauna marítima que aún
subsiste degenerada en la actualidad en el lago Titicaca, Por los
deshielos de los ventisqueros, aguas fluviales que reemplazaban las
que salían de un “desaguadero” (no el de hoy), el agua del Titicaca
perdió gran parte de la sal y hoy es ligeramente salobre, pero
potable.
Este “desaguadero” que regulaba el nivel del antiguo Titicaca, no desembocaba, según mi parecer, donde ni presente se
halla el actual “Río Desaguadero”, sino que antes de la última
glacialización del altiplano lo hacía en la cuenca de La Paz y esto,
probablemente, desde el sitio donde está actualmente la bahía de
Kochachijo (Hacienda de Eduardo Villegas Iriondo), pasando -Las
aguas mas adelante por la famosa abra entre el lllimani y el
Mururata, hacia la cuenca amazónica.
Es así que el actual Titicaca
era entonces minimamente inferior en 200 a 300 metros a su nivel que
hoy presenta, o sea se componía de pequeños lagos donde se halla la
Pampa de llave; y la sección del lago denominada “Huiñaymarka”
hallábase enjuta o constituía también un pequeño lago. En aquella
época consiguientemente, el lugar ocupado hoy por el Titicaca era un
valle relativamente profundo y por su proximidad al Ecuador con
ubérrima ve relación tropical dado el caso de que el altiplano no
había ascendido aún a la altura de hoy
(44).
44 -—Véase el trabajo. La remoción del cíngulo climatérico como
factor del despueble y decadencia de su alta cultura (XXIII Congreso
Internacional de Americanistas, Nueva York., septiembre 1928).
Entonces el hombre
prehistórico vivía en sus orillas y a éste período, presumo,
pertenecen los monumentos que el lago descubre en la
actualidad, y cuya continuación es visible ahora en el ano 1940, el
más seco después de 23 años (Fig.21) en los bordes del Titicaca.
Posteriormente vino un corto pero vehemente período eruptivo de la
cordillera marítima (volcánica) que produjo ésta extensa capa de
toba que está debajo del altiplano, al que seguía la última
glacialización; es decir, una época glacial cuyas “moraines” que hoy
cubren 1a altiplanicie rellenaban también no sólo la cuenca de La
Paz, sino formaban las vallas aluvionales en todo el Sud y Sudeste
del actual lago.
Las aguas de deshielo llenaban la cuenca que aso
había formado entre las dos cordilleras y los acarreos glaciales
aumentaban también la altura del fondo de la cuenca, llegando a
constituir el altiplano, que entonces no tuvo aún la inclinación
hacia el sud que hoy nos presenta. Un vastísimo mar de agua dulce,
cubría en aquel período todo lo que representa el altiplano, entre
las dos cordilleras.
En parte de sus orillas crecían algas calcáreas
(Characeas) que a su vez formaban la famosa “línea lacustre” que no
sólo se ve a cierta altura en las faldas de los cerros entre La Paz
y Oruro, sino en forma espectacular, como tirado con un lineal, por
un estrato de “toba calcárea” en los cerros de Oruro, Poopó y otros
(Fig.28) .
En todo lo relativo a los hombres de cultura, autores de los
monumentos que se hallan hoy en las orillas del Titicaca, y que,
repito, parcialmente están aún cubiertos por el lago, podemos
afirmar que aquellos habían desaparecido en su mayoría en el
cataclismo volcánico del que procede el estrato de toba tantas veces
mencionado.
Quizá una parte habría con anterioridad emigrado hacia
el Este, haciendo nuevamente vida de “secundarios primitivos”, y
recién volvieron a la altiplanicie actual, a las orillas e islas del
gran lago glacial, después de la última glacialización, edificando
entonces los monumentos que hasta ahora hemos venido en llamar del
II y III período de Tihuanacu.
Acerca de las construcciones pre-tihuanacus del lago, puede decirse,
que ocurrió lo mismo que con los pueblos que habitaban y cultivaban
los profundos valles del “rubamba” Apurimac, Marañón, etc, Puesto
que no habían enfermedades tropicales en las alturas y encontraban
se allá a salvo de animales feroces, escogían para sus templos y
viviendas, las alturas con clima de “puna templada”
Aún no tenemos los elementos necesarios para un estudio total de la
región y es por ello obvio entrar en mayores y más profundas
consideraciones arquitecnográficas aceren de las construcciones del
hombre primitivo andino que moró, en sus albores, donde actualmente
se halla el Titicaca. Sin embargo, podemos adelantar que la mayoría
de todas estas edificaciones constituían burgos y templos. Por otra
parte, cábenos manifestar que el edificio de “Chuju-perkha”
hallábase totalmente destruido debido a que la parte emergida
durante largos siglos sirvió de cantera para la edificación del
antiguo y moderno sagrario de Copacabana con sus templos y
viviendas, así como del pueblo de Yunguyo.
(45)
45—Hállanse en nuestro poder fotografías tomadas hace algo menos de
sesenta años en las cuales se nota aún cinco filas de bloquee en e1
edificio Chuju Perkha
A este respecto, nos fue satisfactorio encontrar, en el corto
período de tiempo que estuvimos allí, haciendo sondajes al pie de la
pared Sud, un gran bloque cuadrado esculpido, sobre el cual
encontrábase tallado en el mismo bloque una “Anaconda” enroscada
(Fig.29), ofidio que probablemente vivió en las cálidas vegas que
existían entonces donde hoy brama el Titicaca.
Sin la realización de un estudio científico y detenido con el
levantamiento de planos y previas serias excavaciones en los
recintos de los edificios, es aventurado y apriorístico adelantar
opinión alguna referente a la cultura material de los autores de los
edificios de referencia.
Para ello, proseguiremos con el estudio e investigación de este
notable sitio arqueológico para brindar luego mayor acopio de
conocimiento» sobre la escabrosa pero altamente interesante materia.
Examen microscópico-petrográfico hecho por encargo del Prof. Paúl Rivet por el Prof
J. Orcel del Museo de Historia Natural de París,
del material de una estatua de roca, verde procedente del I. período
de Tihuanacu, situado al píe del cerro de Quimzachata. Ella se halla
al lado de la estatua publicada en el presente trabajo con Fig. 1 y
2
Esta roca es una toba andesítica alterada. Está esencialmente
formada por fenocristales de plagioclasas andesinas a veces
veteados, muy a menudo con fisuras ó deformaciones, y de contornos
angulosos.
La mica-biotita es bastante frecuente. Sus laminillas muy deformadas
y alteradas en clorita ó en productos ferruginosos engloban a veces
inclusiones de apátita.
La masa feldespática, por sitios micaceadas, es finamente
cristalina. Encierra esferolitos cuarzosos, fragmentos de una roca
microlítica, granos de cuarzo redondeados y pequeñas varillas de
epidótes.
El mineral opaco visible en algunos puntos bajo forma e playas
bastante anchas es probablemente de ilmenita.
En fin, calcita se encuentra diseminada en la constitución.
Esta roca es muy parecida a algunos tipos de la serie
dacitoandesíticas de la Martinica descritos por M. A. LACROIX.
Fig. 31
Vivienda prehistórica de Tullkumarka (Dep. Tarija), veáse Pgs. 29 y
36.
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