La
Atlántida
no es la única tierra antigua que se dice que se que se hundió en el
mar. Tanto los eruditos como los fabulistas hablan de otros dos
continentes sumergidos: las tierras legendarias de Lemuria
y
Mu.
El nombre de Lemuria procede de la antigua familia de
los lémures y fue creado por el zoólogo inglés del siglo XIX P.
L. Sclater en vista de la similitud de los lémures fósiles
encontrados en la punta sur de la India y en la provincia de Natal
de África del Sur. Sclater
presumió la existencia de Lemuria, un continente
sumergido que atravesaba antiguamente el océano Indico y unía el sur
de África con el sur de Asia.
La idea de un puente tropical que uniese antaño las masas de tierra
existentes captó la fantasía y consiguió el apoyo de una autoridad
evolucionista tan destacada como Thomas Huxley. En Alemania,
el biólogo Ernst Haeckel llegó a decir que la antigua
Lemuria
podía haber sido el perdido Jardín del Edén, cuna de la raza
humana.
La tierra perdida de Mu ha sido también buscada desde
hace tiempo por los estudiosos de cosas no explicadas. Apareció
primero en una serie de libros de
James Churchward, coronel
británico retirado que había servido en los Lanceros de Bengala, en
la India. Mientras trabajaba en una campaña contra el hambre, dijo
Churchward, conoció a un
rishi, o sumo sacerdote indio, que tenía en su poder una
biblioteca de tablillas de piedra escritas en naacal,
la lengua nativa de
Mu.
Según la teoría de Churchward, fundada en las tablillas
naacal y en las tradiciones orales de las islas del Pacífico y
de partes de América Central y del Sur, los primeros seres humanos
tuvieron su origen en Mu, hace unos 200 millones de
años. Su ciencia, incluida la capacidad de manipular la gravedad,
había avanzado mucho más que la actual. Pero, hace aproximadamente
doce mil años, se produjo la tragedia en forma de una explosión
catastrófica de gas. A consecuencia de ella, el continente de
Mu se sumergió en el océano Pacifico. Lo único que quedó de
una masa de tierra de ocho mil kilómetros de longitud por cinco
mil de anchura fueron unas pocas islas desparramadas que
sobrevivieron sobre las aguas. Los grandes e inexplicables restos
encontrados en varias islas del Pacifico y las grandes estatuas de
cabezas en la
Isla de Pascua no pudieron
ser construidos por la fuerza humana disponible en unas islas de
población limitada como las actuales. También hay que observar que
los hawaianos indígenas todavía llaman Mu al
continente perdido.
De los pobladores del antiguo Mu, se presume que
murieron 64 millones en la explosión cósmica. Los que sobrevivieron
colonizaron en definitiva los otros continentes. Churchward
murió en 1936 a la edad de ochenta y seis años, después de haber
escrito
cinco libros
sobre el tema de Mu.
Otras referencias escritas sobre
Mu se presume que existen todavía en ciertos monasterios de
las altas montañas de Asia Central.
|