NOTAS

(Notas por: Andrew Tetenov)

1. Dado que la Tierra es un grande y altamente organizado organismo, cada una de sus unidades estructurales o territorios como, sistemas montañosos, ríos, fallas tectónicas, depósitos minerales, campos de petróleo etc., juegan un cierto rol funcional en su vida, y en sus conexiones con el mundo exterior. Por ejemplo, los depósitos minerales férricos apoyan la estabilidad del clima porque ellos realizan la conexión entre la actividad eléctrica en la atmósfera, y la actividad eléctrica bajo la superficie de la Tierra.


2. Hoy en día todos nosotros sabemos de los trabajos de Tschizhevsky que descubrió, y demostró en 1920's, que existen varias conexiones profundas entre la actividad Solar y los numerosos procesos vitales. Usando un inmenso material histórico y estadístico, él mostró a esos actos de actividad Solar, como un acelerador y moderador de la biosfera completa, lo que se manifiesta en la frecuencia y cantidad de:

  • nacimientos

  • muertes

  • cosechas

  • epidemias

  • ataques cardíacos

  • emergencias

  • bancarrotas de bancos

  • catástrofes

  • suicidios

  • crecimientos y disminuciones de las poblaciones, etc., etc.

3. Subsecuentemente, zonas diferentes de la Tierra tienen funciones diferentes en el organismo de la Tierra, su respuesta a la actividad Solar también es diferente. Por ejemplo, las regiones polares son las primeras en reaccionar a las perturbaciones Solares que conocemos bien en forma de tormentas magnéticas, auroras, y hoy en día, en el calentamiento del océano en las latitudes 75 grados Norte.

 

También sabemos de otros lugares qué demuestran intensas reacciones a los tipos diferentes de actividad solar, es lo que llamamos zonas heliosensitivas. Tales reacciones incluyen disturbios electromagnéticos locales, auroras de baja-latitud, y cambios específicos en el modelo de variaciones del campo magnético en términos de una escala corta. Hay también reacciones a largo plazo en el estado de la biosfera.

 

Uno de nuestros colegas, Ildar Mingazov, encontró, en un estudio de distribución y frecuencia de diferente tipos de enfermedades en varias regiones, que la intensidad de frecuencia de enfermedad en correlación con la actividad solar varía entre las regiones, y es máxima para las zonas heliosensitivas (por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares).

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