PARTE II
SATURNO Y LA INUNDACIÓN
Diluvio
” El diluvio de las Escrituras es considerado por historiadores y
exegetas críticos como un producto legendario.
“La leyenda de un
diluvio universal es, en sí mismo, un mito y no puede ser nada más.”
(1)
Es “más desnuda y abiertamente mitológico.”
La tradición de un diluvio universal es contado por todas las
civilizaciones antiguas, y también por razas que nunca alcanzaron la
habilidad de expresarse en símbolos escritos de un idioma. Se
encuentra por todo el mundo, en todos los continentes, en las islas
del Pacífico y Atlántico, por todas partes. Normalmente se explica
como una experiencia local llevada de raza en raza, corriendo de
boca en boca. El trabajo de intercalar tal material se ha hecho
repetidamente, y solamente fatigaría al lector si yo fuera a repetir
estas historias como se cuentan en todas las partes del mundo,
incluso en lugares nunca visitados por misioneros. (2)
El resto de las tradiciones recopiladas tampoco son idénticas en
detalles, y a veces son muy diferentes en su escenografía, de la
historia de Noé, pero todos están de acuerdo en que la tierra fue
cubierta hasta las cimas de las montañas por el agua del diluvio,
viniendo desde arriba, y que sólo unos pocos seres humanos escaparon
a la muerte, en el diluvio. Las historias están a menudo acompañadas
por detalles sobre una simultánea hendidura de la tierra. (3)
En la América precolombina, la historia de un diluvio universal
es muy persistente; la primera edad mundial fue llamada Atonatiuh, o
la edad que fue llevada a su fin por un diluvio universal. Esto está
escrito e ilustrado en los antiguos códices de los mexicanos y fue
narrado a los españoles que vinieron al Nuevo Continente. (4) Los
nativos de Australia, Polinesia, y Tasmania, descubiertos en el
siglo diecisiete, relatan casi idénticas tradiciones.(5)
Se encontraron lápidas de arcilla con inscripciones acerca de las
tempranas edades y el diluvio en Mesopotamia. Su similitud con la
cuenta bíblica, y a la historia del sacerdote de Caldea, Berosus
(6), quién vivió en la edad helenística, causó una gran sensación al
final del último siglo y el principio del actual. En este
sensacional descubrimiento fue basado el sensacional panfleto Babel
y la Biblia, por Friedrich Delitsch (1902), quién intentó demostrar
en él que los hebreos simplemente habían pedido prestado esta
historia, junto con muchos otros, de la reserva babilónica de
leyendas.
Pero si aquí y allí, la historia del diluvio pudiera decirse que ha
sido pedida prestada por el autor de las escrituras de los
babilónicos, y por algunos nativos de los misioneros, en otros casos,
ninguna explicación pudo ofrecerse. El carácter indígena de las
historias, en muchas regiones del mundo hace muy frágil la teoría de
haber pedido prestado.
Geólogos ven vestigios de lluvias diluviales por el mundo; los
folkloristas oyen la historia de un diluvio universal dondequiera
que el folklore es recopilado; los historiadores leyeron de un
diluvio universal en los manuscritos americanos, en las lápidas de
arcilla babilónicas y en los anales de casi todas las culturas de
los pueblos.
Pero los climatólogos ponen muy en claro que aun que
absolutamente todo el contenido del agua de la atmósfera se haya
venido abajo en forma de lluvia, el diluvio resultante no puede
haber cubierto ni siquiera las tierras bajas, mucho menos los picos
de las montañas, como insisten todas las cuentas, que lo hizo este
diluvio.
Referencias
1. A. Loisy, Les mythes babyloniens et les premiers chapitres de la
genese (Los mitos babilónicos de los primeros capítulos del Génesis)
(Paris, 1901).
2. R. Andree, Die Flutsagen (Sagas del Diluvio) (1891); Sir J.G.
Frazer, Folk-lore in the Old Testament(Folklor en el Antiguo
Testamento) (Londres, 1918); M. Winternitz, Die Flutsagen des
Alterthums und des Natuervoelker (Sagas del Diluvio de la Antigüedad
y de los Pueblos Primitivos)
3. Ej. La Historia de Malaya en Andree, Die Flutsagen (Sagas del
Diluvio), p. 29. s
4. [Cf. el Código Vaticano, publicado por primera vez por Humboldt,
y las cuentas de Ixtlilxochitl y Veytia entre otras.]
5. [Cf. A. C. Caillot, Mitos, leyendas y tradiciones de los
polinesios (Paris, 1914); H. H. Howorth, Los Mamuts y el Diluvio (Londres,
1887), pag. 455ff.]
6. La historia de Berosus del Diluvio está citada en el Praeparatio
Evangelica de Eusebius Libro IX, cap. 12, y en Cyril’s Contra
Julianum, Bk. I.
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William Whiston y el Diluvio
Los años 1680 y 1682 fueron años de cometas extraordinariamente
luminosos. Muchos folletos fueron impresos, sobre todo en Alemania,
del inminente fin del mundo; o por lo menos, se esperaban grandes
catástrofes. No había nada nuevo en tales pronósticos. En los siglos
más tempranos y también más temprano, en el siglo XVII, los cometas
eran considerados con temor y se les atribuía cualquier efecto
negativo. Así, un erudito autor, David Herlicius, publicó en 1619 un
discurso sobre un cometa que había aparecido poco antes, en 1618, y
enumeró las calamidades que éste, y los cometas en general, traían
consigo o presagiaban:
El desecamiento de las cosechas y esterilidad, pestilencia, grandes
vientos tormentosos, grandes inundaciones, naufragios, derrota de
ejércitos o destrucción de reinos,. . . defunción de grandes
potentados y estudiosos, cismas y divisiones en la religión, etc.
Los augurios de cometas son de tres partes—parte natural, parte
político, y parte teológico. (1)
David Herlicius (2) también citó a Cicerón: “Del recuerdo más remoto
de la antigüedad se sabe que los cometas siempre han pronosticado
desastres.” (2)
El miedo y aun el horror causados por el cometa de 1680 estaban
empezando a calmarse, cuando en 1682, apareció otro gran cometa.
Edmund Halley tenía veintiséis años cuando, en 1682, apareció este
cometa. Él tenía experiencia en observaciones y cálculos
astronómicos, después de haberse pasado tiempo en la isla Santa
Helena, catalogando allí 341 estrellas del sur; él había observado
el tránsito de Mercurio, e hizo observaciones de péndulo. Ahora él
calculó la órbita del cometa de 1682, y predijo su retorno en 1759.
Realmente, la periodicidad de los cometas no fue primero descubierta
por Halley. Los antiguos autores sabían que los cometas tienen su
tiempo de revolución. Seneca escribió en su tratado “De Cometis”—en
algunos respectos, aun la más avanzada discusión en este tema—que
los caldeos contaban los cometas entre los planetas. (3) Un cometa
con una periodicidad de aproximadamente 70 años era conocido por los
rabinos. (4)
No obstante, muy poco consciente de los trabajos de los antiguos, el
mundo moderno aclamó a Halley como descubridor de la periodicidad de
los cometas; sin embargo, esta aclamación sólo vino después de que
su pronóstico fuera comprendido. El cometa de 1682, o el cometa
Halley, regresó en 1759. Vino algo retardado a causa de su pasaje
cerca de los planetas Júpiter y Saturno. Este retraso había sido
calculado por Halley, aunque no con suficiente precisión.
En la
tumba de Halley están grabadas estas palabras:
“Bajo este mármol
descansan apaciblemente los restos. . . Edmundus Halleius, LL.D.,
indiscutiblemente el más grande astrónomo de su época.”
Pero cuando Halley ofreció su teoría de la periodicidad de los
cometas, y del retorno del cometa observado después de setenta y
cinco años, esta teoría no fue recibida inmediatamente con
entusiasmo. Todavía en la mente de un matemático contemporáneo, la
idea de un retorno periódico de los cometas era el principio de una
teoría ampliamente-desarrollada del origen del mundo y de la
naturaleza del diluvio.
William Whiston, nacido en 1667, publicó en 1696 su Nueva Teoría
de la Tierra. En este libro, él afirmó que el cometa de 1682 era de
una periodicidad de 575 años y medio; que el mismo cometa había
aparecido en febrero de 1106, en +531, en el consulado de Lampadius
y Orestes, y en septiembre de -44, el año del asesinato del César.
(5) Whiston afirmó, más allá, que este cometa se había encontrado
con la tierra en -2346, y causó el Diluvio. (6)
Whiston encontró en referencias, en la literatura clásica, al cambio
en la inclinación del eje terrestre y, atribuyéndolo a un
desplazamiento de los polos por el cometa del Diluvio, concluyó que
antes de esta catástrofe, los planos de rotación diaria y la
revolución anual coincidían, y que, por consiguiente, no habían
estaciones. También encontró referencias a un año que consiste de
solo 360 días, y aunque los autores griegos se refirieron el cambio
del tiempo de Atreus y Thyestes, y los romanos al tiempo de Numa,
más o menos en -700, Whiston atribuyó estos cambios al efecto del
encuentro de la Tierra con el cometa del Diluvio. Whiston pensaba
que la misma Tierra fue alguna vez un cometa.
Whiston fue escogido por Isaac Newton para tomar su cátedra de
matemáticas en la Universidad de Trinidad, en Cambridge, cuando el
Newton, después de muchos años, se jubiló para dedicarse a los
deberes de presidente de la Sociedad Real. Whiston, como Newton, era
un Unitario. También estaba cerca de ser un fundamentalista. Él
estaba seguro que sólo una catástrofe global fue descrita en las
Escrituras—aquella del Diluvio. Del fenómeno descrito en el libro de
Josué, él escribió:
“Las Escrituras no intentaban enseñarle
filosofía a los hombres, o acomodarse al verdadero sistema
pitagórico del mundo.”
Es difícil decir lo que impulsó a Newton, quien seleccionó a Whiston
como su sucesor, de oponerse a la elección del mismo Whiston como
miembro de la Sociedad Real. Tenemos otro caso similar después un
siglo, cuando el Sir Humphry Davy, el mentor de Michael Faraday,
dirigió una campaña activa para mantener alejado a Faraday de ser
admitido a la Sociedad Real de la que Davy era presidente.
Pero la idea en sí de una periodicidad de los cometas, tomada de
Halley por Whiston, todavía no era aceptada. En 1744, un autor
alemán escribió:
“Es bien conocido que Whiston y otros como él, que
desean pronosticar las idas y venidas de los cometas, se engañan a
sí mismos, y se ha vuelto objeto de ridículo por el mundo entero.”
(7)
Todavía más tarde, Whiston fue ridiculizado por
Georges Cuvier, él
mismo un defensor de una teoría catastrofista:
Whiston imaginó que la tierra fue creado de la atmósfera de un
cometa, y que fue inundado a causas de la cola de otro. El calor que
permaneció de su primer origen, en su opinión, excitó a toda la
población antediluviana, a los hombres y a los animales, a pecar,
por lo que todos ellos fueron ahogados en el diluvio, exceptuando
los peces, cuyas pasiones eran aparentemente menos violentas.
Referencias
1.
(“Ausduerrung des Erdbodens und unfruchtbarkeit, Pestilenz, grosse
mechtige Sturmwinde, Erdleiden, grosse Wasserfluthen, Schiffbruch,
verenderung der Regimenten, oder verstoerung der Koenigreich . . .
abgang grosser Potentaten und gelaerter Leute, Rotten und Secten in
Religion, etc. Sind also die significationes oder Bedeutungen der
Cometen dreyerley, etliche sind Naturales oder natuerlich, etliche
Political oder weltlich, etliche Theological oder gestlich.”)
“Desecamiento de la tierra e infertilidad, Pestilencia, grandes y
poderosas tormentas de viento, Penalidades de la tierra, grandes
inundaciones, Naufragios, terminación de regimientos o disturbios
del Reina…ocaso de grandes Potentados y Personas letradas,
Podredumbre y Sectas en Religiones, etc. Son también los
significados de todos los Cometas, algunos son Naturales otros
políticos, otros mundiales, algunos teológicos o espirituales.”
2.
Cicero, De Natura Deorum: “Ab ultima antiquitatis memoria notatum
cometas semper calamitatum praenuntios fuisse.” The Pythagoreans
believed that great comets appear at great intervals of time.
Posidonius, Fg. 131b, L. Edelstein and I. G. Kidd eds., (Cambridge,
1972), p. 123. Quaestiones Naturales IV.1. La misma opinión fue atribuida
Hippocrates.
3.
En el siglo II de esta era, el Rabino Joshua dijo “Hay una estrella
que aparece cada 70 años y desencamina a los capitanes de barcos.”
Se ha sugerido que esta declaración sea una referencia al cometa de
Halley. (W. M. Feldman, Matemática y Astronomía Rabínica.)
(New York, 1931), pp. 11, 216.
4.
[La periodicidad de 575 y medio años del cometa de 1682, y sus
previos regresos comentando en -44, fueron primero propuestos por
Halley y aceptados por Newton (Philosophiae Naturalis Principia
Mathematica tercera edición, 1726, Libro III, Proposición XLI,
Problema XXI).]
5.
“La Causa del Diluvio Demostró, siendo un Apéndice a la 2ª edición
de la Nueva Teoría de la Tierra” (Londres, 1708). Whiston cambió la
fecha calculada por cometógrafos más tempranoa xcomo rwniwnso un
múltiplo de 575½ años. David Rockenbach, Seth Calvisius, y
Christopher Helvicus habían arreglado la fecha a -2292, y Henricus
Eckstormius y David Herlicius a -2312.
6.
S. Suschken, Unvorgreifliche Kometen-Gedanke (Pensamientos en
Cometas Inimaginables) (1744), p. 8. “Es seguro que Whiston y otros,
que quieren predecir la aparición y desaparición de los cometas, se
engañan a sí mismos y se convierten en blanco de burla para el
mundo.”
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Diluvio y Cometa
La idea que un cometa anunció el Diluvio no era nuevo para William Whiston: se encuentra en varios autores más tempranos, los llamados
“cometógrafos” y cronologistas del siglo XVII. Pero ellos, en
efecto, sólo describieron la apariencia del cometa en el momento del
Diluvio, y no dedujeron teoría alguna de él. No vieron ninguna
relación causal: era más de naturaleza de coincidencia. Lo nuevo en
Whiston fue la identificación del cometa de 1680 como el cometa del
Diluvio, y los perturbadores efectos en la posición y movimiento de
nuestro planeta, atribuido por él a las actividades del cometa;
finalmente, su teoría general es que la misma Tierra fue una vez un
cometa.
El autor que Whiston nombra como su fuente es J. Hevelius, cuyo
libro “Cometografía” fue publicada en 1668. Al parecer, Whiston no
regresó más allá a las fuentes de Hevelius: a Abraham Rockenbach (15
-16), Seth Calvisius (1556-1615), Henricus Ecstormius, Christopher
Helvicus (1581-1617) y David Herlicius (1557-1636). (1)
Abraham Rockenbach fue un erudito del Renacimiento tardío, un hombre de
amplios intereses, ya evidente del hecho que él ocupó tanto, la
cátedra de griego y Matemáticas en la Universidad de Frankfurt, y
después enseñó leyes y se volvió Decano de la Facultad de Filosofía
en esa Universidad. En 1602 publicó un corto tratado en latín, Del cometis tractatus novus methodicus, y en él estaba la siguiente
entrada sobre el Diluvio:
En el año de la creación del mundo, 1656, después de que Noé había
llegado a la edad de 600 años, tres días antes de la muerte de
Matusalén, apareció un cometa en la constelación Piscis, fue visto
por el mundo entero cuando cruzó los doce signos del zodíaco en el
espacio de un mes; el dieciséis de abril desapareció de nuevo.
Después de esto, siguió inmediatamente el Diluvio, en que todas las
criaturas que se mantienen en la tierra y se arrastran en ella
fueron ahogadas, con la excepción de Noé y el resto de las criaturas
que habían entrado con él en el arca. Sobre estas cosas cuenta el
Génesis, en el capítulo 7. (2)
Rockenbach vivió y escribió casi cien años antes que Whiston.
¿Cuáles fueron las fuentes de Rockenbach? Él no nos dejó conocerlas.
Se refirió a ellas al principio de su tratado, afirmando que estaba
basado en información ex probatissimis & antiquissimis veterum
scriptoribus —"del más fidedigno y más antiguo de los escritores
tempranos.” Ya hemos tenido la ocasión de citar de Rockenbach en
relación con el cometa que brilló durante el Éxodo. (3)
Allí él sólo
se refiere a Plinio, aunque él probablemente usó otras fuentes además
de: Lydus, Servius, Hephaestion, y Junctinus, que escribieron sobre
cometas, y Servius también menciona las escrituras de Campester y
Petosiris.
Aunque nunca podemos estar seguros de las fuentes en las que Abraham
Rockenbach y otros cometógrafos entraron al mencionar un cometa en
conexión con el Diluvio, la gran autoridad medieval rabínica, Rashi,
estaba probablemente entre ellos(4). Rashi escribió referente a
Khima, un cuerpo celestial mencionado en Job 9:9 y 38:31, y en Amos
5:8, que es “una estrella con una cola,” o un cometa. En el Talmud,
Khima es asociado con el Diluvio, y esta parece haber sido la fuente
de la aserción de los cometógrafos de que 'un cometa apareció en
conjunción con ese evento.
La pregunta ahora es, ¿que era Khima, y cual fue su papel en el
Diluvio? ¿Realmente era un cometa como lo pensó Rashi?
Referencias
1. Herlicius escribió en 1619 (Kurzer Discurs vom Cometen (Corto
Discurso sobre Cometas, etc.): .): “Man liest in den Historien dass
im God. Jahr Alters Nohae, in welchem die Strafreife Welt mit der
Suendfluth vordorben, ein Comet in der Fischen erschienen sey unter
der Gubernation Jovis, welcher 29 Tagen alle Signa oder Zeichen des
Zodiacs durchgangen, und aller Welt Erschienen sey“. ( “El Hombre
lee en la Historia que Dios, en los tiempo en el cual llegó el
castigo del mundo al pecado, un cometa apareció entre los peces,
bajo la gobernación de Jovis, la cual por 29 días toda señal del
zodíaco pasó, y apareció por todo el mundo.)
2. Anno a conditu mundi, millesimo, sexcentesimo, quinquagesimo
sexto, postquam Noa annum aetatis sexcentesimum attingit, triduo
ante obitum Methusalem, Cometa in duodecatemorio piscium, a toto
terrarum orbe, conspectus est, quid duodecim signa coeli, unius
mensis spatio percurrit, dicimoq; sexto Aprilis die rursus evanuit.
Post hunc, diluvium statim secutum est, in quo omnia viventia humiq;
serpentia animalia, Noa excepto, reliquisque creaturis cum Noa in
arcam ingressis, suffocata sunt. De quibus Genesism cap. 7 scriptum
est.
3. Mundos en Colisión, sección “El Cometa Tifón.”
4. “Rashi” es una abreviación para Rabino Isaac ben Salomón; él
vivió en el sur de Francia en el siglo XXI. Su comentario a la
Biblia y a algunas partes del Talmud todavía es considerado como el
más autoritario en el campo de conocimientos rabínicos que tienen
las grandes autoridades en cada uno de los veinte siglos desde el
principio de aprendizaje rabínico. Hasta hoy, el comentario de Rashi
se le proporciona a muchas ediciones hebreas de las Escrituras y
Talmud, con el super comentario sobre Rashi, por autoridades más
tardías, también agregadas.
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Khima
El Tractate Brakhot del Talmud babilónico dice que el Diluvio fue
causado por dos estrellas que se cayeron de Khima hacia la Tierra.
La declaración se lee de la siguiente manera:
Cuando el Santísimo... quiso traer un diluvio sobre el mundo, Él
tomó dos estrellas de Khima y trajo un diluvio sobre el mundo. (1)
Ya he mencionado que Rashi, el exégeta medieval, cuya autoridad es
insuperable entre los rabinos, dice que en la frase citada, Khima
significa una estrella con una cola, o un cometa. Esta explicación
encontró su camino en los Jobs de varios teólogos gentiles. (2)
¿Debe entenderse, entonces, que cuando dos grandes meteoritos se
desprenden de un cometa y se caen a la Tierra, causan grandes
mareas? Los casos cuando cayeron meteoritos mientras un cometa
brillaba en el cielo es un hecho conocido, y el clásico caso lo
encontramos en Aristóteles. (3)
Un meteorito, igual en su masa, al
que, con su impacto, formó el cráter de Arizona, si cayera en el
océano, levantaría grandes mareas y olas, de una cobertura tan
ancha, que posiblemente le diera la vuelta al globo?. Entonces
¿debemos entender el Diluvio como una inmensa marea con enormes olas
recorriendo y atravesando los continentes? Este cuadro difiere
ampliamente de la historia del Génesis, según la cual el agua estaba
cayendo durante un largo período, del cielo, y que las aguas de las
profundidades subieron, cubriendo la superficie de la tierra.
El Tractate Brakhot explícitamente señala los puntos a la causa del
Diluvio, que antes de clasificar la narrativa en Génesis en su
integridad como imaginación folklórica (lo que en parte, ciertamente
lo es), y también antes seguir más allá con la idea de Rashi,
debemos inquirir: ¿Cual cuerpo celestial es Khima? ¿Está
correctamente explicado como cometa?
En el Antiguo Testamento, Khima se menciona en varias ocasiones. En
Job, Cap. 9, el Señor es quien,
“el arranca los montes con su furor... y las vuelca... el remueva la tierra de su lugar... el manda
al sol, y no sale; y seela a las estrellas... El solo extendió los
cielos... El hizo a Aish y Kesil, y Khima, y los lugares secretos
del sur....”
En la versión del Rey James, estos nombres se
traducen como Arcturus, Orión, y las Pléyades. Las cámaras del Sur
normalmente son explicadas como las constelaciones del sur.
Khima y Kesil son también nombradas en Job, capítulo 38, donde, de
nuevo, en un texto que trata con los actos violentos a los cuales la
Tierra fue una vez sometida:
“. . . ¿Quien encerró con puertas el
mar cuando se derramaba saliéndose de su seno? . . . ¿Cuándo puse yo
nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad… y establecí sobre
él mi decreto… le puse puertas y cerrojo, Y dije: Hata aquí llegarás
y no pasarás adelante…”
El Señor le pregunta a Job:
“¿Podrás tu atar
los lazos de Khima, O desatarás las riendas de Kesil? ¿Sacarás tu a
su tiempo las constelaciones de los cielos, O guiarás a Mazzaroth
con sus Hijos? …”
Davidson y Lanchester se preguntan sobre el
significado de este pasaje: como la versión del Rey James, ellos
traducen Pléyades por Khima, o Orión por Kesil. (4)
Mazzaroth queda
sin traducir (N. de T. En la versión Reina Valera, Mazzarot se
traduce como la Osa Mayor)
En Amos, capítulo 5:8, una vez más, son mencionados Khima y
Kesil,
en un verso que revela los grandes actos del Señor,
“buscad al que
hace Khima y Kesil, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace
oscurecer el día como noche: el que llama a las aguas del mar, y las
derrama sobre la faz de la tierra…”
Hieronymus, también conocido como
San Jerónimo, el autor del siglo IV del Vulgate, la versión latina del Antiguo Testamento, traduce
Khima como Arcturus en una instancia (Amos 5), como Pléyades en otra
(Job 38), y como Hyades en la tercera (Job 9):
|
KHIMA |
KESIL |
AISH |
Job 9:9 |
Hyades |
Orion |
Arcturus |
Job 38:31 |
Pléyades |
Arcturus |
|
Amos 5:8 |
Arcturus |
Orion |
|
Similarmente, Kesil fue traducido por el Septuagint, la versión
griega del Antiguo Testamento, que fecha hasta atrás, al siglo III
antes de la era presente, como Hesperus, o la Estrella de la Tarde,
y en otra instancia como Orión. Aish, traducido como Arcturus en el
Vulgate, traducido como Pléyades por el Septuagint:
|
KHIMA |
KESIL |
AISH |
Job 9:9 |
Arcturus |
Hesperus |
Pléyades |
Job 38:31 |
Pléyades |
Orion |
|
Amos 5:8 |
no se da |
no se da |
|
Obviamente el verdadero significado de estos nombres se perdió,
porque la misma autoridad, en varias ocasiones usó diferentes
constelaciones estelares o planetas para cada una de ellas: Kesil,
Khima, Mazzaroth, Aish. Intérpretes más tardíos tentaron en la
oscuridad; por lo que Calmet, el eminente comentarista francés y
exégeta de principios del siglo XVIII tradujo Khima como el
Gran
Oso. (5) Otros lo tradujeron como Sirio (Can Mayor).
Los intérpretes estaban especialmente integrados por la descripción
en Job 38. El Señor pregunta a Job si él puede ligar las cadenas de
Khima o soltar las riendas de Kesil.
“La palabra en la segunda
cláusula es de una raíz que siempre tiene el significado de halar o
tirar de. . .” (6)
¿Cuál estrella está en cadenas? ¿Y que estrella
es tirada por riendas, como si fuese por caballos?
Las identidades de Khima y Kesil, Aish y Mazzaroth, eran de menor
importancia cuando se sumaron para encontrar su significado por su
propia causa en las oraciones poéticas de Amos y Job. Pero tal
identificación, especialmente de Khima, crece en importancia si la
citada frase del Tractate Brakhot puede contribuir a una comprensión
del etiología del Diluvio, como los antiguos lo conocieron o
pensaron conocerlo.
En Mundos en Colisión, yo he explicado que Mazzaroth significa la
Estrella de la Mañana (Tarde); el Vulgate tiene a Lucifer como
Mazzaroth y el Septuagint se lee: “Puedes traer a Mazzaroth en su
estación y llevar a la estrella de la Tarde por su larga cabellera?”
Yo ya he mostrado el porqué la estrella de la Mañana-Tarde fue
descrita como teniendo cabellera o cola, y por que Venus no aparecía
en sus estaciones.
Aparentemente los otros miembros del grupo eran planetas también. Y
realmente nosotros haber empezado por el descubrimiento que en la
literatura rabínica, Khima es llamado Mazal Khima. (7) En hebreo,
mazal significa “planeta”. Entonces, ¿cual planeta es Khima? Si
nosotros pudiéramos averiguar cual de los planetas es Khima,
entonces también podríamos saber a que planeta el Talmud asignó la
causa física de la inundación mundial. Como hemos visto, los textos
Bíblicos, en sí, no contienen los medios para determinar cual de los
planetas son Khima y Kesil.
“Si no fuese por el calor de Kesil, el mundo no podría soportar el
frío de Khima; y si no fuese por el frío de Khima, el mundo no
podría soportar el calor de Kesil.”
Esta frase se encuentra,
también, en el Talmud babilónico, en el Tractate Brakhot. (8)
Kesil quiere decir en hebreo “necio” (fool). De los textos bíblicos
no está claro porqué uno de los planetas recibió este adverso nombre
adverso, o, porqué, más probablemente, la palabra “necio” es
derivada del nombre del planeta. (9)
En la Ilíada, Ares-Marte es llamado “necio”. Pallas Atena le dijo:
“Necio, ni siquiera ahora has aprendido cuan mucho más poderos, me
confieso ser, que tu, que tu mides tu fuerza con la mía.” (10)
Estas
palabras también explican porqué Marte fue llamado necio:
chocó
repetidamente con el planeta-cometa, Venus, mucho más macizo y más
fuerte que él.
Para los pueblos del mundo este prolongado combate
debe de haber parecido, o como una valiente acción por parte de
Marte, sin descansar, sino que, por el contrario, volviendo de
nuevo, y de nuevo a atacar al estupendo Venus, o debe de haber
parecido una acción necia de arremeter repetidamente contra el
planeta más fuerte. Homero describió las batallas celestiales como
acciones necias por parte de Marte. Así Kesil, o el “necio”, entre
los planetas nombrados en el Antiguo Testamento, es muy
probablemente Marte.
En Plinio encontramos una frase que se lee:
“La estrella Marte tiene
una luz ardiente. . . debiendo esto a su excesivo calor y a la
escarcha de Saturno, Júpiter estando situado entre ellos, combina la
influencia de cada uno y lo hace saludable.” (11)
El efecto
calorífico, atribuido en el Talmud a Kesil, es atribuido por Plinio a
Marte, y el efecto refrescante de Khima, a Saturno. Por esta frase
de Plinio nos fortalecemos en nuestra identificación de Kesil como el
planeta Marte; corrobora la conclusión que acabamos de hacer, con la
ayuda de la Ilíada. Pero lo que es más aun importante, Pliny ayuda a
identificar el “planeta Khima”: es Saturno.
Cicerón también escribió que “Saturno tiene una influencia
refrescante,” considerando que Marte “imparte calor.” (12) Porfirio,
un autor del siglo III, escribió similar a Plinio y a Cicerón: “El
poder de Kronos [Saturno] se percibe como flojo y lento y frío. El
poder de Ares [Marte] lo perciben ardiente.” (13)
Plotino, contemporáneo de Porfirio escribió: “Cuando el planeta
frío [Saturno] está en oposición con el planeta caliente [Marte],
ambos se vuelven dañinos”. (14) Otras declaraciones al mismo efecto
se pueden encontrar en Vitruvio, (15) y Proclo. (16) En estas
frases, así como en aquellas de Plinio y del Talmud, Marte es
considerado como ser un planeta ardiente (17) Saturno como un
planeta frío. (18)
El pasaje en el Libro de Job (38:31) puede ahora ser leído: “¿Podrás
tu atar los lazos de Saturno y desatarás las ataduras de Marte?” Las
ataduras de Saturno pueden verse incluso hoy, con un telescopio
pequeño. Las riendas de Kesil, están discutidas en Mundos en
Colisión, sección “Los Corceles de Marte.” Las dos lunas pequeñas de
Marte,
Phobos y Deimos, fueron conocidas a Homero (19) y son
mencionadas por Virgilio. (20) Fueron considerados por los pueblos de
la antigüedad como corceles uncidos al carruaje de Marte.
El pasaje en el Talmud que hace al planeta Khima responsable por el
Diluvio: “Dos estrellas hicieron erupción del planeta Saturno y
causaron el Diluvio.”
Referencias
1. Tractate Brakhot (Seder Zerafim) capítulo IX, Fol. 59a, traduc.
por Maurice Simon, edic. por I. Epstein (Londres, 1948).
2. Cf. Por ejemplo J. B. Wiedeburg, Astronomische Bedenken ueber die
Frage ob der vorstehende Untergang der Welt natuerlicher Weise
entstehen, inbesondere durch Annaeherung eines Cometen zur Erde
werde befoerdert werden.(Reflexiones Astronómicas sobre la Pregunta
si el antes citado Fin del Mundo será de una Forma Natural, sobre
todo sería propiciado a través del acercamiento de cometas a la
tierra) (Jena, 1744), pag. 80, 157.
3. El meteorito cayó en Aegospotami, cerca del Bósforo. Vea Spyridon
Marinatos, Two Interplanetary Phenomena of 468 B.C.(Dos Fenómenos
Interplanetarios del 458 A.C.) (Atenas, 1963).
4. A. B. Davidson por H. C. Lanchester, a Job 38:31 en La Biblia de
Cambridge (Cambridge, 1926).
5. Augustin Calmet, Commentaire litteral sur tous les livres de
l’ancien et du nouveau Testament (Comentario literal de todos los
libros del antiguo y nuevo Testamento), “Los XII pequeños profetas”
(Paris, 1715).
6. La Biblia de Cambridge.
7. Jacob Levy, Woerterbuch ueber die Talmudim und Midrashim
(Diccionario sobre el Talmudismo y el Midrashismo) 2ª ed. (Berlin,
Vienna, 1924): entrada “Khima.”
8. Op. cit., Fol. 58b.
9. S. R. Driver a Amos 5:8 en La Biblia de Cambridge (Cambridge,
1918).
10. La Ilíada, Libro XXI, línea 400.
11. Pliny, Historia Natural II. 34: “Saturni sidus gelidae ac
rigentis esse naturae . . . tertium Martis ignei, ardentis a solis
vicinitate . . . hujus ardore nimio et rigore Saturni, interjectum
duobus ex utroque temperari Jovem salutarmque fieri.”
12. De Natura Deorum II. 46.
13. L. Thorndike, Una Historia de la Magia y Ciencia Experimental
Vol. I (New York, 1920), p. 43.
14. Plotinus, Es de valor la Astrología? Traducc. por K. Guthrie
(Londres, 1918). [Similarmente escribió el astrólogo Dorotheus—vea
J. Haeg en Hermes XLV (1910), pág. 315-319. En la astrología
babilónica, la conjunción de los dos planetas era considerada
favorable (J. Oppert, Fragmentos mitológicos (Paris, 1882), p. 37.]
15. De Architectura IX. 1, par. 16: “Martis stella, itaque fervens
ab ardore solis efficitur. Saturni autem . . . vehementer est
frigida. Ex eo Iovis cum inter utriusque circumitiones habeat
cursum, a refrigeratione caloreque earum medio convenientes
temperatissimoque habere videtur effectus.”
16. Proclus Diadochus, En el Vol. de Timaeo IV, pág. 92,: “Las
Estrellas” iii.1.: “Saturno y Marte son los extremos, y en oposición
uno del otro. . . uno siendo el principio de refrescar, el otro de
calentar. . . Júpiter sostiene el centro y lleva a una feliz mezcla
las actividades creativas de los otros dos.” [Cf. también el resumen
del sistema de Philolaos en su In euclide de Proclus. 402. 21:
“Cronos, de hecho, sostiene todas las substancias húmedas y frías, y
Ares toda la naturaleza de fuego.”]
17. El otro nombre para Marte en Hebreo rabínico—Maadim—significa
“rojo” o “enrojeciéndose.” Marte tiene un color rojizo.
18. [Estas cualidades astrológicas de los dos planetas son descritas
largamente en el Tetrabiblos de Plotemy II.9. Cf. R. Klibansky, E.
Panofsky, and F. Saxl, Saturno y and Melancolía (Londres, 1964);
también D. Cardona, “El Misterio de las Pléyades,” KRONOS Vol. 3 No.
4 (1978), pág. 24-44.]
19. Ilíada XV. 119-120.
20. Georgica III. 91: “Martis equi biiuges.”
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Los Cometas de Saturno
Antes
de escudriñar en las tradiciones antiguas por cualquier posible
asociación de Saturno con el Diluvio, debemos notar que la idea que
Saturno pueda haber tenido algo que ver con el origen de algunos de
los cometas del sistema solar no es sin una fundación teórica. Un
grupo de cometas de corto período lleva el nombre de “La familia
saturniana de cometas”; ellos giran en elípticas que acercan
estrechamente a la órbita de Saturno. Una familia más grande de
cometas de corto período lleva el nombre de “Joviano” , y Júpiter es
considerado que tiene algo ve ver con su origen: sus órbitas llegan
muy cerca de la órbita de Júpiter.
La explicación usual para las familias Saturnianas y Jovianas de
cometas es que ellos, originalmente habían viajado en órbitas
extremadamente elongadas o aun parabólicas, y que pasando cerca de
uno de los planetas grandes, fueron cambiadas a cometas de
cortos-períodos, viajando en elípticas— es usual decir que fueron
“capturados”.
Sin embargo, el astrónomo ruso K. Vshekhsviatsky, del
Observatorio de Kiev, una de las principales autoridades en cometas,
ha traído fuertes argumentos para demostrar que los cometas del
sistema solar son cuerpos celestes muy jóvenes—de solamente unos
pocos miles de años—y que se originaron en explosiones de los
planetas, especialmente de los más grandes planetas, Saturno y
Júpiter, o de sus lunas.
Comparando la luminosidad observada de los
cometas periódicos en sus subsecuentes regresos, él encontró fallas
y rápida disminución de sus masas por la pérdida de materia al
espacio, a través del cual viajan; la cabeza del cometa emite colas
en cada pasaje cerca del sol y luego disipa la materia de las colas
sin recuperarla.
Entonces, Vshekhsviatsky concluyó que los cometas
de duración corta se originaron en el sistema solar, y no fueron
capturados de afuera de ese sistema—un punto al cual la mayoría de
los astrónomos todavía se adhiere—y que ellos vinieron a la
existencia por medio de explosiones de Júpiter y Saturno, y a una
magnitud más pequeña, por la explosiones de planetas más pequeños,
como Venus y Marte. (1)
Para originarse de esta manera desde un planeta, la masa
explotada debe superar el tirón gravitatorio del cuerpo-padre;
mientras más grande sea la masa del planeta, mayor debe ser la
velocidad inicial de escape de la materia desplazada. Por esta
razón, la idea de la explosión de cometas desde los planetas se
prefiere a la idea de su explosión desde el sol.
Debido a la gran
masa del sol, la velocidad de escape de allí debe ser de una
aproximación de xxx kilómetros en el primer segundo, y desde
Saturno, sólo 35 km. Pero incluso estas velocidades son bastante
altas, por lo que el Profesor Vshekhsviatsky reconoció que debe de
haber habido circunstancias inusuales, las cuales no intentó
determinar, pero cuya existencia afirmó en base a los efectos
producidos, es decir, los efímeros cometas alcanzando a las órbitas
de Júpiter y Saturno cada vez que estos cometas retroceden del sol,
a sus puntos más lejanos (aphelia). (2)
La frase en el Tractate Brakhot que atribuye la causa del Diluvio a
los cuerpos cometarios que erupcionaron del planeta Saturno, no
parece tan fantástico como cuando primero comprendimos el
significado de Khima en esa frase.
La explosión de cuerpos cometarios desde Saturno y Júpiter se afirma
en base a cálculos y observaciones completamente astronómicos; las
circunstancias de tales explosiones deben de haber sido
reconocidamente extraordinarias; el tiempo cuando esto pasó debe
medirse en los miles de años, no en decenas de miles o millones.
¿También podremos ser capaces de establecer, con la ayuda de la
memoria humana colectiva, cuales fueron las extraordinarias
condiciones?
Pero, no debemos primero, ubicarnos en terrenos más firmes,
demostrando que la afirmación en el Tractate Brakhot un es solo un
testimonio, sin apoyo en las tradiciones y creencias de las razas
antiguas del mundo?
Referencias
1. K. Vshekhsviatsky, Publicaciones de la Sociedad Astronómica del
Pacífico, Vol. 74 (1962), p. 106.
2. [Su-ma Chien, el historiador chino (aprox. -145 hasta aprox. -80)
escribió que el planeta Júpiter, “si no está en el lugar donde
debería estar” podría producir diferentes tipos de cuerpos
cometarios. (Les gouverneurs du ciel -Los Gobernantes del cielo-, traducc. por E. Chavannes). El origen de los cometas de las
conjunciones de planetas fue postulado por varios filósofos griegos,
entre ellos, Demócrito y Anaxagoras.. (Aristóteles, Meteorologica I,
6; Diogenes Laertius; Seneca, Quaestiones Naturales).]
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Saturno y el Diluvio
Siguiendo las fuentes rabínicas que afirman que el Diluvio fue
causado por dos cometas arrojados por el planeta Khima, y nuestra
interpretación del planeta Khima como Saturno, empezamos a entender
los textos astrológicos, tales como ciertos pasajes en el
Tetrabiblos de Ptolomeo, que atribuyen al planeta Saturno
inundaciones y todas las catástrofes causadas por las altas aguas.
(1)
La presencia del planeta (6) en Acuario, especialmente, trajo
expectativas de pesadas lluvias pesadas e inundaciones(2) , como es
atestiguado, entre otros, por el escritor romano del siglo I, Lucan.
(3) Muchos de los antiguos astrólogos estaban de acuerdo en este
punto. (4) En un trabajo titulado Speculum astrologiae, Junctinus
atribuye las inundaciones a la acción de los cometas de Saturno. (5)
Los textos cuneiformes contienen profecías de un diluvio que tiene
lugar cuando un cometa asume una dirección con su cabeza hacia la
Tierra. (6)
Filósofos de la antigüedad, que no eran astrólogos, expresaron su
creencia que Saturno está, de alguna manera, relacionado a la
humedad—entre ellos, los pre-Socráticos Philolaus y Philodemus, (7)
y, algo después, Platón. (8) El antiguo Pliny escribió en su
Historia Natural, que es bien conocido que las pesadas lluvias
siguen transiciones de Saturno. (9)
Servius afirmó que “Saturno es
un dios de las lluvias . . . Cuando está en el signo de Capricornio,
causa lluvias muy pesadas, sobre todo en Italia” (10) y de nuevo:
“Saturno es el dios de todo lo que es húmedo y frío.” (11) Proclus
registró las creencias Pitagoreanas: “De nuevo, en los cielos, Ares
es fuego, Júpiter, aire, Kronos, agua.” (12)
Nonnos se refirió al
“antiguo Kronos , de pesadas rodillas, vertiendo lluvia.” (13)
Hipólito escribió de las creencias de un miembro de la secta de
Peratae: “Pero el agua, dice, es destrucción; ni tampoco el mundo,
dice, pereció más rápido por cualquier cosa que el agua. El agua,
sin embargo. . . ellos afirman (que es) Cronus.” (14) Nosotros
reconocemos que la conexión astrológica entre Saturno y las
catástrofes creadas por el agua alta tienen un origen muy antiguo.
En la historia caldea del Diluvio, como es contado por Berossos,
Kronos (Saturno) develó al rey Xisuthros que un diluvio universal
empezaría el 15 del mes Dasios. Abydenos dice: “Kronos anunció a
Sisithros que una inundación sería vertida desde arriba.” (15)
Referencias
1. Tetrabiblos II. 8. 84. Afirmaciones similares pueden ser
encontradas en Hephaestion I. 20.
2. A. Bouche-Leclercq, L’astrologie grecque (Paris, 1899), p. 96 and
n. 1; cf. J. Geffcken, “Una Visión Gnóstica,” Sitzungsberichte der
Preussischen Akademie der Wissenschaften (Reportes de reuniones de
lal Academia Prusiana de Ciencias) (1899), p. 699.
3. Lucan, Pharsalia, traduc. por R. Graves (Londres, 1956), Bk. I,
11. 640ff: “No9 es como si este fuera el mes de acuario, y el frío y
malévolo planeta, Saturno, encendiera sus oscuros fuegos arriba,
produciendo, por eso, un verdadero Diluvio Deucalioniano para
inundar estas tierras”. Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum X,
249, 2ff.
4. Junctinus, Speculum astrologiae p. 317a. Cf. F. Boll, Sternglaube
und Sterndeutung,(Creencia en las Estrellas y Astrología) 4ª ed. por
W. Gundel (Leipzig, 1931), p. 114.
5. “Die Keilschriften prophezien bereits, dass eine Hochflut
eintritt, wenn der Komet diese Richtung [mit dem Kopfe nach der
Erde] einnimmt. F. Boll, op. cit., p. 114; Cf. Jastrow, Die Religion
Babyloniens und Assyriens (Giessen, 19??), Vol. II, p. 696, n.1.
6. Cf. Klibansky et al., Saturno y Melancolía, pág. 138, n. 39.
7. Cratylus 402b.
8. Pliny, Natural History II. 106: “Igitur (sidera) in suo quaeque
motu naturam suam exercent, quod manifestum Saturni maxime transitu
imbribus faciunt.”
9. Servius, Commentarii in Virgili Georgicas I. 336: “Saturnus deus
pluviarium est, unde etiam senex fingitur . . . Hic autem in
Capricorno facit gravissimas pluvias, praecipue in Italia.”
10. Ibid., I. 12: “Quod Saturnus humoris totius et frigoris deus
sit.” Cf. Pauly’s Realencyclopaedie XI. 1987-1988, donde Kronos es
descrito como representante de ríos y agua. El astrólogo árabe del
siglo nueve, Abu Ma'sar escribió: “[Saturno] preside sobre los
trabajos de humedad. . . lagos y ríos.”
11. (Introduction to Astrology,(Introducción a la Astrología) Libro
IV, citado en Klibansky et al., Saturn and Melancholy, p. 130.
12. Proclus Diadochus, In Timaeo 32b. [En su comentario sobre la
Geometría, deEuclides (I. 402. 21), Proclus atribuye una concepción
similar a la del folósofo pre-Socrático, Philolaos.]
13. Nonnos, Dionysiaca VI, 175-178.
14. Hippolytus, Refutatio Omnium Haeresium, Book V, chapter 11 in
The Ante-Nicene Fathers, Vol. V. Hippolytus lived between the years
170 and 236.
15. Cyril, Contra Julianum I. 5. Cf. Syncellus, Chronicon 28 y
Eusebius, Praeparatio Evangelica IX. 12. Cf. también el relato de
Alexander Polyhistor en Cirilo, Contra Julianum, loc. cit. [Las
tradiciones de los hidús asignan el Diluvio al final del Satya yuga
y al reinada de Satyavrata, quien se conoce como Saturno (E. Moor,
TEl Panteón Hingú [1864], p. 108). Cf. Sir W. Jones, “Sobre los
Dioses de Grecia, Italia e India,” Investigaciones Asiáticas Vol. I
(1799), p. 234: “El Satya, o (si podemos llamarlo así) la edad
Saturniana era, en verdad, la edad del diluvio general flood. . . .”
Brahma (i.e., el planeta Saturno—ver abajo, sección “El Culto de
Saturno,” n. 5), se dice que le advirtió a Manu que el Diluvio
pronto se tragaría al mundo (The Mahabharata, XXXX); y cuando las
aguas del diluvio cubrieron la tierra, Brahma es descrito flotando
sobre la expansión del océano (Agneya Purana, capítulo IV; cf. S.
Shastri, La Leyenda del Diluvio en la Literatura Sánscrita [Delhi,
1950], p. 51). Una antigua talladura en madera publicada por
Athanasius Kircher (China Illustrata [Amsterdam, 1667], p. 158)
retrata a Brahma (identificable por sus cuatro caras, or chatra
mukha) como sentado sobre un disco , aparentemente Saturno, que
flota sobre las aguas del Diluvio. Cf. F. Maurice, Antigüedades
Hindús (Londres, 1800), Vol. II, opp. p. 352. El grabado en Madera
lustra el tercer avatar de ishnu y, más específicamente, podría
estar inspirado por las palabras del Padma Purana: “entonces el
Señor . . . flotó sobre el vasto océano, vacío del sol y de la luna.
. . .” (Shastri, La Leyenda del Diluvio, p. 41; compare también el
Salmo 29: “el Señor se sienta sobre el diluvio” ).].
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La Luz de los Siete Días
Isaías, describiendo los días por venir, cuando tengan lugar
grandes cambios en la naturaleza, dice que la tierra dará su aumento
en abundancia, y “la luz de la luna será como la luz del sol, y la
luz del sol será siete veces, como la luz de los siete días. . . .”
(1)
Uno podría pensar que “la luz de los siete días” se refiere a los
siete días de la creación—sin embargo, la explicación real me parece
que es diferente: la expresión “la luz de los siete días” se
refiere, en mi punto de vista, a los siete días que preceden el
Diluvio a los que se refiere el verso:
“Durante aun siete días, yo
causaré que llueva sobre la tierra. . . . Y vino a pasar después de
siete días, que las aguas del Diluvio estaban sobre la tierra.”
(Génesis 7:4, 10)
No se explica en el texto—después de siete días,
¿de que? Pero la tradición rabínica relaciona que durante siete días
antes del Diluvio “las personas oyeron una gran conmoción en el
cielo,” eso significó “el fin de la era.”
La tradición Talmúdica, que a menudo alcanza más lejos al pasado
que otras fuentes mejor conocidas, como los libros de las
Escrituras, revelan en este caso, una memoria no sospechada a la
lectura del séptimo capítulo del Génesis. Pero en vista de lo que
hemos sacado hasta ahora, y lo que estamos intentando iluminar en
las páginas siguientes, la cegadora luz, durante los siete días,
precediendo al Diluvio, es un detalle interesante e importante.
El
mundo estaba envuelto en una deslumbrante luz, siete veces más
fuerte que la luz del sol; la luz era tan fuerte y tan brillante en
el día y la noche, igual, que el sol estuvo completamente
predominado por ella; y en los días de Isaías, miles de años
después, la memoria de la luz de los siete días era vívida en la
tradición, por lo que el profeta pudo referirse a ella deseando
describir la luz solar de la edad mesiánica. (2)
Numerosos textos Sánscritos afirman que
siete o incluso doce soles
brillaban justamente antes del Diluvio. “Encendiéndose, de repente,
toda la esfera terrestre ardió.” Doce soles brillaron con
“deslumbrante fulgor” y consumieron el mundo. (El Skanda Purana en
Shastri, La Leyenda de Diluvio en la Literatura Sánscrita, pág. 86).
Cf. cuentas similares en el Matsya Purana, cap. ii, el Padma Purana,
cap. xxxvi, el Vishnu Purana, cap. iii, el Kalika Purana, cap. xxv,
y en el Mahabharata, capítulo “Matsyopakhyana.”].
La luz de los siete días no era de origen solar. ¿De que origen era?
¿Fue causada por las nubes brillantemente iluminadas de hidrógeno
ionizado, o protones, lanzados a lo largo del sistema solar y
vertidos sobre la tierra? En el último caso podrían haber llegado de
la distancia actual de Saturno en aproximadamente una semana,
considerando que las partículas de protones—hidrógeno
ionizado—llegaron del sol en el espacio de veinticinco horas. (3)
Este es el lapso de tiempo que pasa una señal luminosa de una
llamarada solar (protuberancia) al despliegue de las luces
polares—la aurora boreal.
La luz de los siete días sirvió la población del mundo como una
advertencia de algunos extraordinarios eventos. (4)
Referencias
1. Isaías 30:26.
2. [Una memoria de la luz de los
siete días puede estar preservada en
las cuentas babilónicas de “antorchas flameantes, iluminando la
tierra con su brillantez”, justo antes de la llegada de las aguas
del Diluvio. ( Epica de Gilgamesh, traduc. por A. Heidel, tablilla
XI).]
3. La distancia de Saturno del Sol es cerca de 9.5 unidades
astronómicas. Vea abajo, sección “La Era Dorada de Saturno.”
4. [Una advertencia de duración de siete días es también una
característica de varias cuentas sánscritas. Vea S. Shastri, La
Leyenda del Diluvio en la Literatura Sánscrita (Delhi, 1950), p.
30.]
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Nova
De vez en cuando, una vez en una década o en un siglo, una
incandescente estrella invisible con luz brillante, puede volverse
más brillante que cualquiera de las estrellas fijas, y que
cualquiera de los planetas en el cielo; puede verse, no sólo en el
cielo nocturno, sino en algunos casos, en completa luz del día; se
quema durante semanas o meses, luego pierde su brillo, y finalmente
se vuelve una vez más una estrella escasamente visible. Tal estrella
incandescente es llamada una nova. (1)
La stella nova, vista en
1572, por los días de Tycho de Brahe, realmente pertenecía a la
categoría de supernova. De Brahe observó que la nova no pertenecía
al sistema solar, sino que era una de las estrellas fijas. Era más
luminosa que Júpiter y Venus y fue vista al mediodía—durante meses
permaneció visible al ojo desnudo. Otra supernova fue observada por
Johannes Kepler en 1604. Un evento similar más temprano, registrado
en los anales chinos durante el año 1054, dio lugar a la Nebulosa
del Cangrejo. Otras observaciones indican que también ocurrió una
supernova en 1006.
Isaac Newton sugirió una colisión entre dos estrellas como la causa
de la formación de una nova. El punto de vista prevaleciente es que
una nova es el resultado de la interacción de dos estrellas en un
sistema binario, cuando ambos miembros se rompen entre sí en un
íntimo acercamiento. En tal caso, los filamentos de la estrella rota
son rasgados fuera del cuerpo y esparcidos y lanzados en grandes
borbotones, para ser absorbidos por la estrella compañera. El súbito
traslado de materia se piensa que produce la cataclísmica explosión
de la estrella. (2)
Con el desarrollo de la espectroscopía en el siglo diecinueve se
encontró por el desplazamiento de las líneas espectrales, que los
gases de una nova se mueven rápidamente hacia el observador, así
como también en todas las otras direcciones; la atmósfera de la
estrella se expande con una velocidad que alcanza a veces más de de
tres mil kilómetros por segundo. (3)
Mientras los gases exteriores de la estrella son lanzados al
espacio, mucho del núcleo interno permanece.
Referencias
1. [Se piensa que más de veinte novas ocurren en nuestra galaxia
cada año, pero solo raramente alguna se vuelve prominente como para
aproximarse aun a un tercio de la magnitud de brillantez. Una
supernova en la parte de nuestra galaxia, observable desde la Tierra
puede ocurrir una vez en varios cientos de años: La nova de Kepler
(1604) fue el último de tales eventos.]
2. [En el caso de una nova pequeña, el incremento en luminosidad es
de aproximadamente cien veces. Vea J. S. Gallagher et al.,
Astrophysical Letters Agosto 15, 1976.]
3. [Más común un rango de velocidades desde 1,300 to 2,500 km/sec.]
“Estrella del Sol”
Saturno no es un planeta visible en el cielo. Si no fuese por su
movimiento lento, un ojo sin ayuda apenas lo podría distinguir de
las estrellas circundantes. En muchas fuentes antiguas Saturno es
llamado “sol.” El nombre usual para Saturno en la astronomía caldea
era Alap-Shamas, significando “Estrella del Sol.” (1) Diodorus de
Sicilia informó que los caldeos llamaban a Cronos (Saturno) con el
nombre de Helios, o sol, y él explicó que esto era porque Saturno
era el más visible de los planetas ; (2) Hyginus también escribió
que Saturno fue llamado “Sol.” (3)
En los textos astrológicos
babilónicos, la palabra Shamash (Sol) fue usada para designar a
Saturno:
“Hemos aprendido de las notas escritas por los astrólogos,
que por la palabra ‘sol' , debemos entender que la ‘estrella del
sol', es decir, Saturno.” (4)
Ninib era el nombre babilónico para
Saturno: “Ninib, en varios lugares, se dice que brilla como el sol.”
Él era conocido como UT-GAL-LU, el “gran sol de tormentas.” (5) Los
griegos llamaban a Saturno, Phaenon, “el que brilla”. (6)
¿Si Saturno siempre fue tan invisible como lo es en la actualidad,
¿que podría haber causado que las razas de la antigüedad, como por
consentimiento común, darle a Saturno el apelativo de “sol” o “el
que brilla?”
“Los astrólogos, ciertamente deben haber encontrado
contrario a la razón el asociar la estrella que nos da luz y vida
con una de las más pálidas, y el más lento de los planetas”. (7)
La etimología folklórica de los hebreos explicó el nombre Khima como
significando “aproximadamente cien (ke'me-ah) estrellas.” (8)
El Bhagavat Gita contiene la siguiente descripción de una deidad:
“Si el fulgor de mil soles fuera a estallar de una sola vez en el
cielo, eso sería como el esplendor del poderoso. . . el destrozador
de los mundos.” (9)
Todo lo que hemos considerado hasta ahora indica que Saturno alguna
vez explotó en un estallido de luz, como nova. La fecha de este
evento sería duro de especifican, aun aproximadamente, pero
posiblemente tuvo lugar más o menos hace unos diez mil años. El
sistema solar y todavía más allá de él fueron iluminados por la
estrella explotada, y en materia de una semana, la Tierra fue
envuelta en aguas de origen Saturniano.
Referencias
1. J. Menant, La bibliotheque du Palais du Ninive (Paris, 1890), p.
99.
2. El llama a Saturno “epiphanestaton"—el más visible (II. 30. 3-4).
[J. Bidez, Revue de Philologie XXIX (1905), pp. 319-320 llamó la
atención al hecho que uno de los mejores manuscritos platónicos,
Epinomis, el Parisinus 1807A, tiene “Sol” donde se esperaría
“Saturno”, en el pasaje donde el papel de los planetas es discutido.
Bidez comentó: “. . . La designation qui fait du Saturne ‘l’astre du
soleil’ se trouve attestee par un temoignage nouveau, extremement
remarquable a cause de son anciennete.” Cf. F. Boll,
“Kronos-Helios,” Archiv fuer Religionswissenschaft XIX (1919), p.
344. El autor cita también otros ejemplos. En 1869 una estela
dedicada a “Kronos-Helios” fue encontrada en Beirut. Vez G. Colonna
Ceccaldi, “Estela inédita de Beirut,” Revue Archeologique 23 (1872),
Vol. I, pp. 253-256. Sobre el aspecto solar del culto a Saturno en
la Africa romana, vea a M. Leglay, Saturne Africain (Paris, 1966),
pp. 183-187, 229.].
3. “Secunda stella dicitur solis quam alii Saturni dixerunt. Hanc
Eratosthenes a Solis filio Phaethonta apellatam dicit. (Hyginus, De
Astronomia II. 42, 8-10. Cf. A. Bouche-Leclerq, L’astrologie grecque
(Paris, 1899), p. 93, n. 2.
4. R. C. Thompson, Los Reportes de los Magos y Astrólogos de Nineveh
y Babilonia en el Museo Británico, Vol. II (Londres, 1900), pag.
xxv-xxvi (nos. 174 and 176). [Cf. M. Jastrow, “Sol y Saturno,” Revue
d’Assyriologie et d’Archeologie Orientale VII (1910); e igualmente
en La Religión de los Babilonios y los Asirios (Giessen, 1905), Vol.
II, p. 483 n. 4; 578, n. 4.]
5. P. Jensen, La Cosmología de los Babilónicos (Strassburg, 1890),
pp. 116, 140. [Cf. Jastrow, La Religión de los Babilonios y Asirios,
Vol. I, pp. 57, 154.] (Una visión gnóstica) Eine gnostische Vision,”
op. cit., p. 699. “La Estrella Brillante” era una designación para
Saturno en Babilonia. Vea, por ejemplo, una inscripción de Nabonidus
en Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament de James
B. Pritchard ed., (Princeton, 1950), p. 310.
En India, el apelativo para el sol, arki, era también aplicado a
Saturno. R. Temple escribe (El Misterio de Sirio [New York, 1976],
p. 180):
De nuevo, en sánscrito, arka significa “perteneciente o relative al
sol.” Arkam significa “tan lejos como el sol, aun incluyendo al
sol.” Arki se ha convertido en un nombre para Saturno, que en ese
tiempo se pensaba que era el planeta más distante. Arc significa
“brillar, luminiscente,” y puede significar “causar que brille.”
Arkin significa “radiante con luz.”
Arkaja, el nombre a menudo aplicado a Saturno, lo denomina como un
retoño del Sol (Markandeya Purana)].
6. Bidez, Revue de Philologie, op. cit., p. 320: “Les astrologues
trouverent sans doute de plus en plus deraisonnable de donner en
appanage a l’astre d’ou nous vient la lumiere et la vie, une des
plus pales et la plus lente des planetes.”
7. Rabbi Samuel in Tractate Brakhot, Seder Zera’im of the Babylonian
Talmud, IX, fol. 59.
8. The Bhagavat Gita, ch.
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La llegada de las Aguas
Siguiendo los “siete días” cuando el mundo parecía estar ardiendo en
“el fulgor de mil soles”, comenzó el Diluvio.
Primero, según la cuenta hindú, inmensas nubes recogieron lo que
“sombreó al mundo entero.” (1)
“Estas nubes ominosas. . . retumbando y disparando relámpagos, se
extendieron en el cielo.” (2)
Eran “tan inmensas como montañas.”
“Algunas eran oscuras, algunas rojas, algunas blancas, algunas
brillantes (en matices). (3) Otras fuentes las describen como
amarillas, o azul celeste, o rojas.
“Fuerte en rugido y violentas en
el tamaño, llenan el cielo entero.” (4)
Estaban “orladas con
relámpagos, meteoros y rayos.” (5) Entonces, “retumbando
estruendosamente, con relámpagos [ellas] se vertieron en
torrenciales y espesos arroyos como ruedas de carruajes.” (6)
Ellas
“llovieron con terribles rugidos, inundando los tres mundos con
incesantes torrentes de aguaceros. . . ” (7) “y luego fueron vistos
en todos los lados de los cuatro océanos engullendo con tempestuosas
olas la superficie entera de la tierra”. (8)
Toda la creación fue
“golpeada con violencia por los densos y luminosos diluvios.” (9)
Al principio del diluvio, la nova en el cielo brilló a través del
esplendor de los cielos iluminados y a través de las capas de
lluvia, aumentando cada vez más en intensidad. (10) La expresión
Bíblica “el Señor se siento sobre el diluvio” (11) era una
descripción apta para la llameante nova sobre las aguas del Diluvio.
Tiene una contraparte babilónica con el título de Tammuz como
bel
girsu: “señor del diluvio.” (12)
La nova ardió espantosamente, pero
pronto la luz se volvió difusa, las sombras crecieron cada vez más
oscuras, el mundo que era todo esplendor y luz se puso cada vez más
y más oscuro; las aguas torrenciales se volvieron cada vez más
espesas; las nubes de polvo oscurecieron todavía más el cielo, y
finalmente, el drama de lo que estaba teniendo lugar en la tierra,
continuó en la oscuridad.
El Diluvio no fue una abundante lluvia pacífica, que llenaba la
tierra de agua, subiendo cada vez más en nivel. Las fuentes
antiguas dan una descripción del Diluvio que difiere grandemente del
espectáculo de lluvias vertiéndose desde arriba sobre una tierra
pacífica y un mar pacífico.
Referencias
1. Skanda Purana in S. Shastri, The Flood Legend in Sanscrit
Literature (Delhi, 1950), p. 87.
2. Agneya Purana in ibid., p. 50.
3. Kalika Purana in ibid., p. 103.
4. Vishnu Purana in ibid., p. 50.
5. Skanda Purana in ibid., p. 88.
6. Bhagavata Purana in ibid., p. 61.
7. Kalika Purana in ibid., p. 103.
8. Bhagavata Purana in ibid., p. 61.
9. Ibid., loc. cit.
10. Cf. la expression babilónica de los lamentos del Tammuz: “El
brillante océano para tu perdición te ha tomado.” (S. Langdon,
Tammuz and Ishtar [Oxford, 1914], p. 15).
11. Psalm 29.
12.
S. Langdon, Babylonian Liturgies (Paris, 1913), p. 96.
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El Diluvio en las Fuentes Rabínicas
Durante los “siete días” cuando el mundo fue inundado con capas de
luz, y aterradoras señales y los cielos se llenaron de conmoción,
“el Santo. . . revirtió el orden de la naturaleza, el sol subiendo
en el oeste y poniéndose en el este.” (1)
Pero durante el Diluvio “el sol y la luna no vertieron luz
alguna” (2) y durante un año entero, los planetas no siguieron sus
cursos regulares. (3) Esto puede ser debido al polvo descargado por
los volcanes, que el cielo permaneció velado durante un largo
período, y este velo hizo imposible cualquier orientación celestial
para los pocos sobrevivientes; pero muy posiblemente, la declaración
se refiere a un cambio en las órbitas celestiales. Las fuentes
rabínicas agregan que la tierra estaba temblando, y que el sol fue
oscurecido, y que las fundaciones del cosmos fueron desalojadas. El
mundo entero estaba en actividad volcánica; “entre relámpagos y
truenos, se oyó un fuerte sonido en el mundo entero, nunca antes
oído.” (4)
El Diluvio fue causado por aguas que se vertieron de arriba, pero
también por aguas tiradas desde el suelo“. Todas las fuentes de las
grandes profundidades estaban rotas, y se abrieron todas las
ventanas de cielo.” (5) Las aguas que vinieron del cielo estaban
calientes. Muchos pasajes en la literatura rabínica se refieren al
agua caliente. (6)
La literatura rabínica también se refiere a grandes mareas y
gigantescas olas de agua que cubrieron la faz de la tierra. “El
diluvio comenzó a sacudir el arca de lado a lado. Todos dentro de
ella fueron sacudidos como lentejas en una olla.” (7) También se
dice que no una, sino muchas arcas o navíos fueron usados como
medios de escape, pero fueron arruinados o volcados uno después del
otro, en el agua que surgía. (8)
A juzgar por esto, uno pensaría que
hubo amplias señales de la inminente catástrofe, e intentaría
organizar el rescate preparando barcos o naves, probablemente todos
destinados a fallar. La cuenta Bíblica para explicar la
supervivencia de las especies humanas y algunos animales de la
tierra, hizo del arca de Noé el tema central de la historia. Deben
de haber habido muchos Noés, y así lo dice también el
Midrashimo—pero ninguno de ellos escapó con su barco a la violencia
de la naturaleza.
Posiblemente, en algunas cuevas en lo alto de las
montañas, en lejanas regiones separadas de la tierra, los seres
humanos sobrevivieron el Diluvio; pero ningún barco ni arca. Los
esfuerzos por encontrar los restos de un arca en la Montaña Ararat
probablemente son tan fútiles como buscar las costillas de Adán. Sin
embargo, tales esfuerzos se hacen, incluso en nuestro tiempo. (9)
La duración del diluvio se describe de diferentes maneras—cuarenta
días, y también mucho más tiempo. (10) Como la anterior catástrofe
de la caída del hombre, esta catástrofe del Diluvio, según la
cosmogonía hebrea, cambió la naturaleza de la hierba, los animales y
los hombres. La prosperidad del tiempo antes del gran diluvio se fue
para nunca más volver; el mundo estaba en ruinas. La tierra fue
cambiada; aun el cielo no era el mismo.
Los continentes cambiaron sus lugares en las catástrofes anteriores,
y una vez más en la catástrofe del Diluvio. Las áreas que ahora son
las orillas del mediterráneo, eran las orillas de un océano
abierto—por lo que uno podría concluir de la siguiente declaración:
“Antes del nacimiento de Noé, el mar tenía el hábito de transgredir
sus límites dos veces diarias, mañana y tarde. Después se mantuvo
dentro de sus confines”.
Cuando los volcanes hicieron erupción, el cielo se oscureció, y el
océano se infló y rodó sobre un desvalido planeta que tembló cuando
fue cogido por nubes de hidrógeno de origen cósmico.
Referencias
1. Tractat Sanhedrin 108B of the Babylonian Talmud, ed. by I.
Epstein (19xx). [Tomado literalmente, esta afirmación implica un
reverse en la rotación de la tierra, o un reverse de sus polos. Para
discutir la última posibiliidad, vea The Reversing Earth (La Tierra
Revertida) de Peter Warlow, (Londres, 1982) y su discusión por V. J.
Slabinski y C. L. Ellenberger en KRONOS VII. 2 (1982), pp. 86-96;
cf. también KRONOS VIII.3 (1983), pp. 84-89. En el modelo
electromagnético propuesto por Velikovsky en Cosmos sin Gravedad
(1946) o como aquel concebido por R. Juergens,”On the Convection of
Electrical Charge by the Rotating Earth” ("Sobre la Convección de la
Carga Eléctrica por la Tierra en Rotación”) KRONOS II.3 [1977], pp.
12-30) y E. R. Milton, disturbios de Saturno de la magnitud descrita
aquí, ciertamente traerían cambios drásticos en el movimiento
rotatorio de la Tierra.]
2. L. Ginzberg, Las Leyendas de los Judíos (Philadelphia, 1928),
vol. I, p. 162.
3. Midrash Rabba al Genesis 25:2.
4. Ha-Yewani Zerahiah, Sefer Hayashar, The Book of the Righteous,
editado y traducido por S. J. Cohen (New York, 1973), p.
5. Genesis 7:11.
6. La opinion de Rabbi Hisda respecto a este efecto está registrada
en Rosh Hashanah 12A y Sanhedrin 108B. Cf. J. B. Wiedeburg,
Astronomische Bedenken (Reflexiones Astronómicas) (Jena, 1744), p.
80, y otras fuentes en Ginzberg, Leyendas Vol. V, p. 178.
7. Ginzberg, Leyendas, vol. I, p. 162.
8. Ibid., Vol. VI, p. 35.
9. E.g., la expedición recontada por D. Balsinger y C. Sellier, jr.
en En Busca del Arca de Noé (Los Angeles, 1976). Si hubiera algunas
antiguas estructuras fosilizadas que parecieran un arca, como lo
aseguran algunos exploradores, entontes, Probablemente son la
presencia de estos restos que causaron el relato del autor bíblico
para relacionar el barco de rescate con las escarpadas montañas de
Ararat al sur de los montes Caucásicos.
10. Parece que la tradición de “un año” del diluvio llevó a una
confusión en los cálculos, y que las huellas de esta confusión
parecen encontrarse en la doble redacción de la historia del
Diluvio. La edad de Noé y sus contemporáneos indicarían que el año
era más corto; aun así podría haber consistido en un número de
meses, pero no meses de treinta días; y los días mismos pueden haber
sido más cortos.
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Hidrógeno y Oxígeno
El conflicto entre los planetas más grandes dio como resultado la
expulsión de filamentos largamente-estirados arrojados por un
perturbado Saturno, que cruzaron la órbita de la Tierra. El
hidrógeno del planeta, combinado con el oxígeno de la atmósfera
terrestre, en descargas eléctricas que se convirtieron en agua.
Hay indicaciones definidas de una drástica caída del oxígeno
atmosférico en el tiempo del Diluvio—por ejemplo, dicen muchas
fuentes, que los sobrevivientes de la catástrofe fueron incapaces de
encender fuegos. (1)
El consumo del oxígeno en el aire, por su conversión en agua, no
podía fallar en tener un marcado efecto en todo lo que respira. La
vida animal que sobrevivió necesitó acomodarse a las condiciones
cambiadas.
Según fuentes rabínicas, antes del Diluvio, el hombre era
vegetariano; pero la población post-diluviana no continuó con los
hábitos vegetarianos de la “pecadora” población de la tierra. El
Talmud y el Midrashim narran que después del Diluvio, un instinto
carnívoro fue despertado en el animal y en el hombre, y todos tenían
el impulso de morder. (2)
El miedo de ti y el pánico de ti estará en cada bestia de la tierra
y en cada pájaro del aire... Cada cosa viva que se mueve serán
tu comida; y así como te di las plantas verdes, yo te daré todo. (3)
La prohibición en contra de reprimir la sed de sangre(4) es una
ordenanza que se dice, fue introducida inmediatamente después del
Diluvio.
En un programa teológico, este resultado del Diluvio no parece
apropiado para una catástrofe provocada para castigar a la raza
humana y a los animales, para limpiarlos de sus vicios y hacerlos
mejores. Debido a su aparición no-programada, la urgencia carnívora
no debe haber sido un motivo mitológico, sino un resultado de
cambios fisiológicos. Más probablemente, una anemia conectada con la
disminución del oxígeno en el aire, fue responsable de la nueva
inclinación. (5)
Referencias
1. [Tales fueron las cuentas de los Sioux, Menomini, y otras tribus
indias, como lo cuenta J. G. Frazer en sus “Observaciones” al
Volumen II de Apollodorus, en las series de Loeb, La Biblioteca,
pág. 342. Cf. Skanda Purana, describiendo al mundo en diluvio en el
cual “nada podia ser visto…fuego, no había, ni luna, ni sol.”
(Shastri, La Leyenda del Diluvio en la Literatura Sánscrita, pág.
88). Aun en la atmósfera relativamente rala de La Paz, Bolivia, “por
el reducido contenido de oxígeno … los fuegos comienzan con tanta
renuencia que hay muy poco trabajo para el departamento de bomberos
de la ciudad.” (Manual del Area para Bolivia [Washington, 1974], p.
55.].
2. El Liibro de Enoc 89:11: “Después del diluvio ellos comenzaron a
morderse unos a otros.” Según Midrash Aggada sobre el Génesis 10:8,
Nimrod fue el primero en comer carne.
3. Génesis 9:2-3
4. Génesis 9:4ff.
5. [Uno podría especular que la dieta de carne pudiera
conducir a la
producción de células rojas adicionales en la sangre, que el cuerpo
necesita para absorber más eficientemente la reducida cantidad de
oxígeno entrando en los pulmones. En las grandes Alturas del Tibet y
su rala atmósfera, se dice que es imposible seguir la dieta
vegetariana defendida por las enseñanzas budistas. Cf. Ciencia Vol.
203, No. 4383 (Marzo 23, 1979), pág. 1230: “A grandes Alturas, todos
los animales se hiper-ventilan—un mecanismo involuntario de
respiración rápida en el cual el dióxido de carbono causa que el ph
de la sangre se vuelva alcalino y constriña los vasos sanguíneos.
Esto, a su vez, reduce el flujo de sangra hacia el cerebro y las
células cerebrales mueren por falta de oxígeno. Un ph alcalino en la
sangre también puede producir otros efectos fatales”].
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El Origen de los Océanos
Debe de haber sido en el mismo principio de mi ocupación con los
problemas desarrollados más tarde en mis libros y en manuscritos
todavía no publicados, que llegué a preguntarme el origen de las
sales en los mares y los océanos. La sal común es un ingrediente
sustancial del contenido oceánico, o, dijo de otra manera, el agua
de los océanos y mares contiene una solución sustancial de NaCl, o
de cloruro de sodio.
Aunque nuestra sangre y los tejidos abundan en
cloruro de sodio, el hombre y los animales no se adaptan a beber
agua salada, y la vida en la tierra sólo podría desarrollarse
gracias a la evaporación del agua de la superficie de los mares y
océanos, o por destilación—las aguas evaporadas están libres de
sales. Cayendo como lluvia o nieve o rocío, alimentan las fuentes
subterráneas y también los glaciares, y a través de ellos, los
arroyos, ríos y lagos, y normalmente es entregada para nuestro uso a
través de tubos de hormigón y cañerías de metal.
De las sales de los mares, el cloruro de sodio es el más abundante.
Su procedencia es, sin embargo, un enigma. Se asumía, y todavía se
hace, que las sales en los océanos se originan principalmente a
través de la importación de la tierra, habiendo sido disueltas de
las piedras, por el flujo de los riachuelos y ríos, éstos,
alimentados por fuentes subterráneas, y el mismo proceso funcionando
en las piedras de los lechos marinos.
Las formaciones terrestres son
ricas en sodio, y hace eones de tiempo, se supone, el sodio lavado
de las piedras proporcionó su volumen a los océanos; los mares se
evaporan y la concentración de estas sales crece. Pero, las piedras
no son tan ricas en cloro, y he allí el problema—de dónde vino el
cloruro para contribuir su abundancia al agua oceánica? Hay cloruro
en el agua de las fuentes, pero normalmente no en cantidades
significantes. La proporción de sales en los ríos es muy diferente
de su proporción en los mares.
El agua de los ríos tiene muchos
carbonatos (80 por ciento de las sales), y aun menos sulfatos (13
por ciento) y todavía menos cloruros (7 por ciento). El agua del mar
tiene muchos cloruros (89 por ciento), menos sulfatos (10 por
ciento) y sólo unos carbonatos (0.2 por ciento). La comparación de
estas figuras hace claro que no pueden hacerse responsables a los
ríos de la mayor parte de las sales de los mares.
Por consiguiente,
también es obvio que no hay ninguna manera apropiada de calcular la
edad de la Tierra, comparando la cantidad de sales en los mares, con
la descarga anual por los ríos; lo más que puede hacerse en este
respeto es calcular la cantidad rica de carbonatos en los ríos en su
relación a la concentración relativamente pobre de estas sales en
los mares; pero no habrá ninguna explicación, entonces, para la
concentración rica de cloruros en los mares, comparado con su
concentración pobre en los ríos.
Una parte de las sales podría ser rastreada al lavado de tierras y
el suelo de los mares; el cloro también es conocido por ser
descargado por los volcanes, pero para contar con el cloro encerrado
en los mares, las erupciones volcánicas, ya sea en la tierra o
debajo de la superficie de los mares, necesitaba haber tenido lugar
en una escala inimaginable—realmente, se dedujo que en una escala
imposible. Así, fue reconocido que la procedencia de cloro en las
sales de los mares es un problema no resuelto.
La investigación paleontológica pone en claro más bien que los
animales marinos, en alguna edad temprana estaban más estrechamente
relacionados a la fauna de agua dulce; en otras palabras, la
salinidad de los océanos aumentó notablemente a alguna edad en el
pasado.
El efecto más obvio y permanente de un diluvio de origen extraterrestre en la Tierra sería el aumento en su volumen de agua,
y del lugar ocupado por los mares. Actualmente, cuatro quintas
partes de la Tierra están cubiertas de agua. Una estupenda añadidura
de agua a la Tierra debería de haber disminuido, no aumentado su
salinidad, si el agua bajara en un estado puro. Pero si la Tierra
fue regada por torrentes de hidrógeno y agua, algunos otros
ingredientes de la atmósfera de Saturno pudieron haberse barrido a
través de la órbita de la Tierra.
En el libro budista, “Los Ciclos Mundiales,” el Visuddhi-Magga donde
se describen las catástrofes que terminaron las eras mundiales, se
dice:
Pero cuando un ciclo mundial perece por el agua. . . allí se levanta
una gran nube que destruye el ciclo de agua salada. Al principio
llueve con una lluvia muy fina, la cual gradualmente aumenta a
grandes torrentes, que llenan cien mil veces diez millones de
mundos, y luego se inundan las crestas de las montañas de la tierra
con agua salada, y oculto de la vista. Y el agua es mantenida a
flote a en todos los lados por el viento, y surge hacia arriba de la
tierra hasta que engulle los cielos. (1)
Los volcanes que estaban activos durante el cataclismo del
Diluvio y durante otros trastornos cósmicos, vomitaban azufre,
cloro, y carbonatos, y contribuyeron a la composición de las sales
de los océanos. Los carbonatos cayeron sobre la Tierra en grandes
cantidades en algunos de los trastornos, ciertamente en el que tuvo
lugar en medio del segundo milenio antes de la era presente, en el
mismo fin del Reino Medio en Egipto, un trastorno descrito en
detalle en Mundos en Colisión. Pero una porción mayor del cloro en
el que son tan ricos los océanos debe de haber venido de una fuente extraterrestre. (2)
Mi explicación del
origen de una gran parte de las sales de los
mares sugiere que Saturno no sólo es rico en agua sino que también
en cloro, ya sea en forma de cloruro de sodio o en alguna otra
combinación, o incluso libre de átomos. La última solución, un cloro
libre de átomos, parecía química y biológicamente algo difícil
considerar, porque el cloro es un elemento muy activo, buscando
vínculos con otros elementos; biológicamente porque estaría dañando
cualquier vida de plantas, sin embargo, hay otras indicaciones que
apuntan a la posibilidad de vida de plantas en Saturno.
Referencias
1. El Visuddhi-Magga, traduc. por H. C. Warren en Buddhism in
Translations (Cambridge, Mass., 1896), Cap. xiii, p. 327.
2. [El conocimiento que el agua de los océanos vino en su mayor
parte de Saturno y que las aguas eran saladas, fue combinado por los
griegos a una metáfora, en la cual el mar son las “lágrimas de
Kronos”. Esta tradición se originó con la escuela pitagoreana y
puede estar derivada de Egipto. (Plutarco, De Iside et Osiride, ch.
32: “Según lo que dicen los pitagoreanos, el mar es la lágrima de
Kronos.” Clemente de Alexandría, Stromata, V. 8, 20f.: “Esto creían
los pitagoreanos . . . comparando al mar con una lágrima de Kronos.”
Lo mismo es encontrado en un fragmento de Aristóteles en la edición
de V. Rose (Teubner, 1886), No. 196. Cf. de Porfirio La Vida de
Pitágoras (edición Nauck, pág. 39). Cf. también E. Lefebure,
Estudios Egitológicos, Vol. III: Le Mythe osirien (Paris, 1874), p.
125: . . . et il faut sans doute regarder comme égyptienne cette
croyance des Pythagoriciens rapportée par Plutarch, que la mer était
une larme de Kronos. . . .” ].
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Saturno el Dios de las Semillas
Saturno era llamado “el dios de las semillas” o “de la siembra,” (1)
también “el señor de los campos frutales.” (2)
Un Diluvio destruyendo mucha vida de fauna debe de haber causado una
gran diseminación de plantas: en muchos lugares deben de haber
crecido nuevas formas de vegetación, de la rica tierra fertilizada
por la lava y el barro; las semillas fueron llevadas desde todas
partes del globo y en muchos casos, por el cambio en el clima,
fueron capaces de crecer en nuevos ambientes. El eje de la tierra
fue cambiado de sitio, la órbita cambió, la velocidad de rotación
fue alterada, las condiciones de irrigación se volvieron diferentes,
la composición de la atmósfera no era la misma— prevalecieron
enteramente nuevas condiciones de crecimiento.
Ovidio describe el exuberante crecimiento de la vegetación siguiendo
al Diluvio, de esta manera.
“Después de la antigua humedad que
permanecía del Diluvio se volvió cálida con los rayos del sol, el
lodo de los húmedos pantanos se infló con el calor, y las semillas
fecundas de vida, nutridas en esa tierra que da vida, como en el
útero de una madre, creció, y al tiempo asumió alguna forma
especial.”
“Cuando, por consiguiente, la tierra, cubierta con el
barro del reciente Diluvio, se calentó por los cálidos y geniales
rayos del sol, trajo innumerables formas innumerables de vida, en
parte, de formas antiguas, y en parte criaturas nuevas y extrañas.”
(3)
Las innumerables nuevas formas de vida en los reinos animal y
vegetal que siguieron al Diluvio podrían ser solamente un resultado
de múltiples mutaciones. (4) Aunque ésta parece una explicación
suficiente del por que y cómo llegó Saturno a ser acreditado con el
trabajo de diseminación y mutación, no debe omitirse la mención de
otra posibilidad.
Si es verdad que la Tierra atravesó los gases explotados de Saturno,
no debe ser completamente excluido el que gérmenes fueron acarreados
junto con los meteoritos y gases, y alcanzaron la Tierra.
El mundo erudito en los años recientes se ha ocupado con la idea que
microorganismos— células vivientes o esporas—pueden alcanzar la
Tierra de los espacios interestelares, acarreadas junto con la
presión de rayos de luz. (5) La explosión de un planeta es más
probablemente el método de llevar semillas y esporas a través de los
espacios interplanetarios.
Las nuevas formas de vida podrían haber sido el resultado de
mutaciones, un asunto que yo he discutido en la Tierra en Agitación.
Pero la posibilidad que semillas hubieran sido acarreadas de un
planeta en explosión no puede descartarse tampoco.
Referencias
1. Augustine, De Civitate Dei VII. 13f. [Augustine wrote: “Saturnus
. . . unus de principibus deus, penes quem sationum omnium dominatus
est.” Cf. Arnobius 4.9; Macrobius, Saturnalia I. 7. 25; Servius, On
Vergil’s Georgics I. 21; Saturn fue acreditado con la introducción
de la agricultura en Italia (Macrobius, Saturnalia VII. 21). En
Grecia, Kronos era asociado con la cosecha de granos (H. W. Parke,
The Festivals of the Athenians (Londres, 1977), pág. 29. Entre los
egipcios se decía que “Osiris era semilla.” (Firmicus Maternus, El
Error de las Religiones Paganas, II. 6; cf. A. Erman, Die Religion
der Aegypter (La Religión de los Egipcios) (Berlin, 1934), pág. 40;
Gressman, Tod und Auferstehung des Osiris (Muerte y Resurrección de
Osiris), pág. 8ff. En Babilonia durante el festival que marcaba el
ahogamiento de Tammuz, se tiraban granos y plantas a las olas.
(Langdon, Tammuz e Ishtar, pág. 13.]
2. Lydus, De Mensibus IV. 10.
3. Ovid, Metamorphoses, lines 418ff., transl. by F. J. Miller. Cf.
Empedocles, fg. 60, 61, edited by J. Brun (Paris, 1966); cf. also
Plato, The Statesman, 65.
4. [Los efectos de una cercana supernova en la biosfera han sido
objeto de estudios intensivos para los geólogos, en los años
recientes, en un intento de explicar cambios repentinos en la
historia de la vida en este planeta. Cf. D. Russel and W. Tucker,
“Supernovae and the Extinction of the Dinosaurs,” Nature 229 (Feb.
19, 1971), pp. 553-554. Repentinas extinciones fueron seguidas por
la aparición de nuevas especies, muy diferentes de aquellas que les
precedieron en el registro estratográfico. En un intervalo
relativamente breve, completos géneros han sido aniquilados,
abriendo camino a nuevas criaturas de aspecto radicalmente
diferente, y que tienen muy poco en común con las formas que
vinieron a reemplazar. Vea N. D. Newell, “Revoluciones en la
Historia de la Vida,” Geological Society of America Special Papers
(Documentos Especiales de la Sociedad Americana de Geología) 89,
pág. 68-91; Cf. S. J. Gould y N. Eldredge, “Punctuated equilibria:
reconsideración del tiempo y manera de la evolución,” Paleobiology
1977, Vol. III, pp. 115-151. Así, en las últimas dos o tres décadas,
muchos geólogos y paleontólogos se han encontrado atraídos al punto
de vista que los repentinos cambios observados en la biosfera, como
aquel que marcó el fin de la era Mesozoica y que se cree que trajo
consigo la extinción de los dinosaurios, entre otro grupo de
animales, puede ser mejor explicado por la exposición de los
organismos vivientes en ese entonces, a dosis masivas de radiación
llegando de una supernova cercana. La radiación aniquilaría muchas
especies, especialmente aquellas cuyos representantes, ya sea por su
gran tamaño o por otras razones, no fueron capaces de protegerse de
los poderosos rayos; al mismo tiempo, nuevos organismos serían
creados a través de mutaciones o de una “macro-evolución”. Vea los
comentarios de Velikovsky en “Las Trampas de Fechar por
Radiocarbono,” Pensée IV (1973), p. 13: “. . . en la catástrofe del
Diluvio, yo atribuiría a la explosión de Saturno como nova, los
abundantes y fuertes rayos cósmicos que causaron mutaciones masivas
entre todas las especies de vida…” Los animales sufrirían mucho más
severamente que las plantas—en las plantas, el efecto principal
sería mutagenético. Vea K. D. Terry y W. H. Tucker, “Efectos
Biológicos de Supernova,” Science 159 (1968), pp. 421-423.].
5. E.g, F. Hoyle and Ch. Wickramasinghe, “Vienen del Espacio Externo
las Enfermedades Epidémicas??” New Scientist, 17 Noviembre, 1977,
págs. 402-404.
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El Culto a Saturno
Saturno, tan activo en los cambios cósmicos, fue considerado por
toda la humanidad como el dios supremo. Seneca dice que Epigenes,
quien estudió astronomía entre los Caldeos “estima que el planeta
Saturno ejerce la mayor influencia entre todos los movimientos de
los cuerpos celestiales.” (1)
Al volverse una nova, arrojó filamentos en todas las direcciones, y
el sistema solar se iluminó como si fuese por cien soles. Menguó
bastante rápidamente y se retiró a regiones lejanas.
Los pueblos que recordaban las tempranas tragedias representadas en
el cielo por los cuerpos celestes afirmaron que Júpiter alejó a
Saturno de su lugar en el cielo. Antes que Júpiter (Zeus) se
convirtiera en el dios principal, Saturno (Kronos) ocupaba el trono
celestial. En todas las antiguas religiones, el dominio pasa de
Saturno a Júpiter. (2) En la mitología griega, Kronos es presentado
como el padre, y Zeus como su hijo que lo destrona. Kronos devora a
algunos de sus hijos. Después de este acto, Zeus domina a su padre,
lo encadena, y lo saca de su estación real en el cielo. En el
folclor o religión egipcia, se dice que los participantes del drama
fueron Osiris-Saturno, hermano y marido de Isis-Júpiter.
El culto de Osiris y los misterios asociados con él dominaron la
religión egipcia como ninguna otra cosa. Cada hombre o mujer muertos
eran enterrados con observaciones que honraban a Osiris; la ciudad
de Abydos, en el desierto al oeste del Nilo y al noroeste de Thebes
era consagrada a él; Sais, en el Delta, conmemoraba el cuerpo
flotante de Osiris llevado por el Nilo hacia el mediterráneo. ¿Qué
hizo que Osiris fuese tan profundamente inculcado en la memoria
religiosa de la nación, que su culto saturó la mitología y la
religión?
El dominio de Osiris, antes de su asesinato por Seth, fue recordado
como un tiempo de beatitud. Según la leyenda, Seth, hermano de
Osiris, lo mató y lo desmembró, después de lo cual Isis, la esposa
de Osiris, siguió las peregrinaciones para coleccionar sus
dispersados miembros. Habiéndolos recogido, los envolvió junto con
los implementos de vendaje, y devolvió a Osiris a la vida. La
memoria de este evento era una cuestión de celebración anual entre
los egipcios. (3) Osiris se convirtió el señor del bajo mundo, la
tierra de los muertos. En una leyenda, una parte prominente del
ciclo de Osiris, dice que Isis dio nacimiento a Horus, quien ella
concibió del ya fallecido Osiris, (4) y que Horus creció para vengar
a su padre, comprometiendo Seth en un combate mortal.
En la Egiptología, el significado de estos acontecimientos ha
permanecido como un misterio irresoluto. El mito de Osiris “es
demasiado notable, y ocurre en demasiadas formas divergentes para no
contener un considerable elemento de verdad histórica,” escribió Sir
Alan Gardiner, el principal estudioso en estos campos; (5) pero,
¿cual verdad histórica será? ¿Podría ser de “un antiguo rey, cuya
trágica muerte fue la base de la leyenda entera?” se preguntaba
Gardiner. (6)
Pero de tal rey “no se ha encontrado un solo rastro
antes del tiempo de los textos de la Pirámide,” y en estos textos,
se habla de Osiris sin un final. Allí, él aparece como un dios
muerto o rey o juez de la muerte. ¿Pero quién fue Osiris en vida?
pregunta Gardiner. A veces “él es representado a nosotros como la
vegetación que perece en el agua del diluvio, misteriosamente
resurgiendo de ella. . . .” (7) El es asociado con la luz brillante.
(8)
Después de una vida de estudiar historia egipcia y religión,
Gardiner confesó que él permanecía sin saber a quien representó
Osiris representó: “El origen de Osiris sigue siendo para mí un
misterio sin solución.” (9) Ni otros, en su campo, han podido
ayudarle a encontrar una respuesta.
El Egiptólogo, John Wilson, escribió que es una admisión de fracaso
el hecho que el principal volumen cultural de la civilización
egipcia, su religión, sus rasgos mitológicos se narren una y otra
vez, se aluda a ello en textos y se represente en estatuas y
relieves de los templos, y no sea comprendido. (10) El significado
astral de deidades egipcias no fue comprendido y los eventos
cósmicos que sus actividades representan no han sido pensadas.
El profeta Ezekiel, en el destierro babilónico, tuvo una visión—la
semejanza de un hombre, pero hecho de fuego y ámbar, que lo alzó por
sus cabellos y lo llevó a una cámara oscurecida, donde los ancianos
de la casa de Israel, con incensarios en sus manos le rendían culto
a ídolos retratados en todas las paredes alrededor.
Luego, el ángel
de la visión le dijo:
“Verás mayores abominaciones que las que ellos
hacen"—y él llevó al profeta a la puerta de la verja de la casa del
Señor—" y, vea, mujeres allí sentadas que lloran por Tammuz.”
Luego,
él también le mostró judíos en la corte interna de la casa del Señor
“con sus espaldas hacia el templo del Señor y sus caras hacia el
este; y ellos le rendían culto al sol hacia el este.” (11)
El culto del sol y los planetas fue desacreditado por Jeremías, un
contemporáneo de Ezekiel. ¿Pero que era este llanto por Tammuz?
Tammuz era un dios babilónico; uno de los meses del año,
coincidiendo aproximadamente con julio, por el verano, fue nombrado
en su honor; y por este mismo nombre es conocido en el calendario
hebreo actual. Tammuz era un dios había muerto y estaba escondido en
el bajo mundo; su muerte era razón de ayuno, acompañado por lamentos
de las mujeres de la tierra. Su descubrimiento, o su retorno a la
vida en resurrección fueron los motivos de la pasión. (12)
Tammuz era un dios de la vegetación, del diluvio, y de las semillas:
“El dios Tammuz vino de Armenia todos los años en su arca, en el
desbordante río, bendiciendo el aluvión con nuevo crecimiento.” (13)
En el mes de Tammuz él estaba “amarrado”, y las liturgias hablan de
que fue ahogado (inundado) entre flores que fueron tiradas sobre él
cuando se hundió bajo las olas del Eufrates.” (14) El ahogamiento de
Tammuz era una ocasión de lamento para las mujeres: “El diluvio ha
tomado a Tammuz, la furiosa tormenta lo ha traído abajo.” (15)
De Tammuz se narra también que él era asociado con luz brillante,
(16) con el descenso al mundo inferior, visitado allí por Ishtar, su
esposa. La muerte de Tammuz, su subsecuente resurrección, o su
descubrimiento en los alcances lejanos, pero sin ser ya brillante,
eran los temas del culto que no era solo uno de los misterios, sino
el culto principal y superior.
Los misterios de Osiris, los gemidos por Tammuz, todos se refieren a
la transformación de Saturno durante y siguiendo al Diluvio. Osiris
no fue un rey sino el planeta Saturno, Kronos de los griegos, Tammuz
de los babilónicos. Los babilónicos llamaban a Saturno “la Estrella
de Tammuz.” (17) Después del Diluvio, Saturno era invisible (el
cielo estuvo cubierto durante mucho tiempo por nubes de polvo
volcánico) y los egipcios lloraron por Osiris, y los babilónico
lloraron por Tammuz.
Isis (Júpiter en ese momento) fue en busca de
su marido, e Ishtar (también Júpiter en ese tiempo temprano) fue al
bajo mundo para encontrar a su marido, Tammuz. Durante un tiempo en
que Saturno desapareció, ahuyentado por Júpiter, y cuando
reapareció, ya no era el mismo planeta: se movía muy despacio. La
desaparición del planeta Saturno al “mundo inferior” se volvió tema
de muchas observancias religiosas, comprendiendo liturgias, obras de
misterio, lamentos, y ayunos. Cuando Osiris fue visto de nuevo en el
cielo, aunque grandemente disminuido, los pueblos estaban frenéticos
por el retorno de Osiris de la muerte; no obstante él se volvió rey
del bajo mundo.
De la manera egipcia de ver el drama celestial, Isis
(Júpiter), el esposo de Osiris (Saturno) lo envolvió en el vendajes.
Osiris era conocido como “en vendado"—la manera en que los
fallecidos
llegaron a ser vestidos para su jornada al mundo de los muertos,
sobre el cual reina Osiris. Ritos similares eran famosos en honor de
Adonis, quien murió y resucitó después de una estadía en el bajo
mundo(18), en los misterios de Orfeo. (19)
Sir James G. Frazer, el coleccionista de folclor, vino a considerar
a Osiris como un dios de la vegetación (20); igualmente él vio en el
babilónico Tammuz, un equivalente del egipcio Osiris, un dios de
vegetación y, guiado por este concepto, escribió su libro “El Bough
Dorado”, (21) construido alrededor de la idea que el dios de la
vegetación, que muere y resucita el año siguiente.
Algunos pueblos, a través de las consecutivas edades planetarias
guardaron fidelidad al antiguo Saturno, o Kronos, o Brahma, (22)
cuya edad era anterior a aquella de Júpiter. Así, los Scythians
fueron llamados Umman-Manda por los Caldeos(23)—el "Pueblo de
Manda"—y Manda es el nombre de Saturno. (24) Los fenicios
consideraban a El-Saturno como su principal deidad; Eusebio nos
informa que El, un nombre también usado en la Biblia como nombre
para Dios, era el nombre de Saturno. (25) En Persia, Saturno era
conocido como Kevan o Kaivan. (26)
Los diferentes nombres para Dios en la Biblia reflejan el proceso de
haber atravesado muchas edades en las cuales un planeta reemplazó a
otro y fue de nuevo reemplazado por el próximo en la guerra
celestial. El era el nombre de Saturno; Adonis, de los sirios, la
deidad lamentada, también era, como Osiris, el planeta Saturno; pero
en el período del concurso entre los dos mayores planetas, Júpiter y
Saturno, los apelativos de los dioses duales se convirtieron en
Adonai, que quiere decir “mis señores”; luego, con la victoria de
Júpiter, llegó a ser aplicado solamente a el. (27)
Referencias
1. Naturales Quaestiones VII. 4. 2. [Un tratado astrológico
atribuido a Manetho afirma que “En el principio, Kronos, el Titán,
gobernaba todo el éter; su estrella, la cual los dioses que veían
lejos llamaban “el brillante”. ” Manethonis Apotelesmaticorum libri
sex, edic.. C. A. M. Axtius and Fr. A. Rigler (Colonia, 1832), p. 64
(Bk. IV, líneas 14-15). Cf. Proclus, En Timaeo (ed. E. Diehl,
Leipzig, 1904), vol. III, p. 169.]
2. [Cf. Ovid, Metamorphoses I, transl. by M. Innes: “When Saturn was
consigned to the darkness of Tartarus . . . the world passed under
the rule of Jove.” Tacitus refers to “a storm during which Saturn
was forcibly expelled by Jupiter and ceased to rule.” ("qua
tempestate Saturnus vi Jovis pulsus cesserit regnis.” ) The
Histories V. 2.]
3. [For a graphic description of some of the Egyptian rites, see
Firmicus Maternus, The Error of the Pagan Religions transl. by C.
Forbes (New York, 1970), pp. 44f.]
4. Plutarch, De Iside et Osiride.
5. Gardiner, Egypt of the Pharaohs, (Oxford University Press, 1961),
p. 424.
6. [Este punto de vista fue sostenido por Kurt Sethe. Vea
Urgeschichte und aelteste Religion der Aegypter (Pre historia y
religiones importantes de los egipcios).
7. (Leipzig, 1930), p. 73, n. 3.]
8. Ibid., p. 426. [La conexión de Osiris con el agua o
agua-de-inundaciones es frecuentemente ustada tanto en las Fuentes
nativas egipcias como en reportes por autores clásicos y tempranos
cristianos. Plutarco (De Iside et Osiride 33. 364f) escribió que el
Nilo es el “importante poderoso y húmedo”, que el Nilo es el “efflux
de Osiris” (39. 366c, 32.363d, 38.366a) y que Osiris es Océanus
(34,364d). Cf. Griffiths, Plutarch’s De Iside et Osiride, pp. 36,
56f., 424. Vea también Origen, Contra Celsum 5.38; Hippolytus,
(Refutatio Omnium Haeresium 5.7.23) reportó que los egipcios “decían
que Osiris era agua.” Cf. también Sallustius, De diis et de mundo,
4. Nockm en su comentario a su edición de Sallustius (p. xlviii, n.
44) compare un papiro griego del primer siglo (P. Leiden J. 384,
col. vii, 23) en el cual está escrito “Yo soy Osiris, a quien llaman
‘agua’.’” El ahogado de Osiris, descrito por Plutarco, es
atestiguado en algunos de los textos jeroglíficos egipcios más
tempranos. Vea K. Sethe, Die altaegyptische Pyramidentexte (Los
antiguos Textos Egipcios de las Pirámides) 24D, 615D, 766D; cf.
idem, Denkmal Memphitischer Theologie (Monumento Teológico de
Memphis) 8, 10b, 19ff., 62ff; H. Gressmann, Tod und Auferstehung des
Osiris (Muerte y Resurrección de Osiris), págs. 4, 11-12, 39].
9. [H. Brugsch, (Astronomische und astrologische Inschriften
altaegyptischer Denkmaeler (Inscripciones de los Monumentos
astronómicos y astrológicos del Antiguo Egipto) [Leipzig, 1883])
escribió de la identificación de ciertos planetas, entre ellos aquel
de Osiris, con el sol (“Los Planetas como Soles”), y publicó una
inscripción que había copiado en Philae: “es sind Sonnen, welche
leuchten tagtaeglich und welche strahlen in der Daemmerung, es sind
(dies) der Sahu-Stern der Seele des Osiris und der Sothis
Stern.”(son Soles que brillan a diario y que relumbran en la
semimoscuridad, son la Estrella del alma de Osiris y la estrella
Sothis) Gardiner, “Fue Osiris un Antiguo Rey que fue después
deificado?” El Diario de la Arqueología Egipcia 46 (1960), p. 104.
10. J. Wilson, “Cultura Egipcia y Religión” en La Biblia y el
Antiguo Meidio Oriente, Ensayos en Honor a William Foxwell Albright
edic. por E. Wright (New York, 1961), p. 307.
11. Ezequiel, ch. 8.
12. S. Langdon, Tammuz e Ishtar (Oxford, 1914), pp. 9, 22, 84f.
13. H. Gressman, La Torre de Babel (New York, 1928), p. 28; cf.
Langdon, Tammuz e Ishtar, pág. 13.
14. Langdon, articuleo “Tammuz” en La Encyclopedia Británica, XIII
Edición Vea también, Liturgias Babilónicas (Paris, 1913), p. 96.
15. Langdon, Tammuz e Ishtar, p. 15. Langdon agrega que “Como Damu,
el, [Tammuz] es llamado bel girsu (ummun mersi), ‚señor de la
inundación.’” (Ibid., p. 6 n.)
16. Langdon, Tammuz e Ishtar, p. 15: “El brillante océano te ha
tomado para tu perdición . . .” Cf. pág. 21: “La brillante corona de
tu cabeza ha despojado . . .”
17. E. F. Weidner, Handbuch der babylonisches Astronomie (Manual de
la Astronomía babilónica) (Leipzig, 1915), p. 61; cf. A. Jeremias,
Handbuch der altorientalistischen Geisteskultur (Leipzig, 1913), pp.
92, 137.
18. Cf. C. Vellay, Le Culte et les fetes d’Adonis-Thammouz dans
l’orient antique (El Culto y las Fiestas de Adonis-Thammouz en el
antiguo oriente)
19. (Paris, 1904); Sir James G. Frazer, Adonis, Attis, Osiris, Vols.
I-II (Londres, 1922).
20. Cf. W. Guthrie, Orpheus and Greek Religion (Orfeo y la Religión
Griega) (Londres, 1935).
21. Esto también fue reconocido por Hugo Gressman ("Tod und
Auferstehung des Osiris,” (Muerte y Resurrección de Osiris) Das Alte
Orient (El Antiguo Oriente) [1923], p. 12.
22. Vea especialmente el volumen titulado Adonis, Attis, Osiris.
23. [Que Brahma es Saturno fue entendido por Velikovsky hace tanto
tiempo como a principios de los 1940s, aunque no publicó la idea
hasta 1974 en el texto de su conferencia ante el simposio de la
Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Vea Pensée VII
(1974), p. 10 and KRONOS III.2 (1977), p. 6. La identificación de
Brahma con Saturno es evidenciada por el hecho que el dios es
asignado una esfera celestial (cf. El Ramayana, traducc. por R.
Griffith, Vol. I [Londres, 1870], Canto XLV, p. 208; cf. también The
Kalika Purana, cap.. xxv). Una esfera celestial podría ser
interpretada como una órbita. En el Mahabharata se dice más allá que
“la altísima-alma de Brahma [está] sentada en la bóveda más alta”
(citado en Shastri, La Leyenda del Diluvio, pág. 10). La
Brhad-aranyaka Uphanishad coloca a Brahma en el “mundo” más alto.”
En la cosmología del Yogabhasya de Vyasa, la esfera celestial más
alta es aquella de Brahma. En el Vishnu Purana, el Brahmaloka, que
es el cielo de Brahma, es el séptimo y más alto cielo. Algunas
Fuentes se refieren a Brahmaloka como Satyaloka. Cf. Tacitus, Las
Historias V. 4: “Enla más alta órbita y ejerciendo la mayhaor
influencia se mueve la estrella Saturno.” Hace muchos años, F.
Wilford reportó la opinion de ciertos eruditos Brahmanes que le
dijeron que mientras Shiva brille en el planeta Júpiter, “Saturno es
dirigido por Brahma.” ("En Egipto, etc. de los Antiguos Libros de
los Hindús,” Asiatick Researches (Investigaciones Asiáticas) III
(1799), pág. 382). Cf. E. Moor, The Hindu Pantheon (El Panteón
Hindú) 1864), pág. 218. Yo asumo que Wilford es la fuene no conocida
de la aseveración de Moor, que Brahma es Saturno.
In China, el planeta Saturno estaba asociado con el palacio y con el
Emperador. Era llamado “el planeta del Hijo en la Tierra.” (Se-ma
Ts’ien, Les memoires historiques, edic. por E. Chavannes, vol. III,
pt. 2, p. 367.)].
24. Cyril I. Gadd, La Caída de Nineveh (Londres, 1926); cf. D. J.
Wiseman, Las Crónicas de los Reyes Caldeos en el Museo Británico
(Londres, 1956).
25. P. Jensen, La Cosmología de los Bailonios, pág. 114. Cf. El
Brihajgatakam de Vahara Mihira, traducc. Por Swami Vijnanananda
(Allahabad, 1912), p. 38, n.2: “Saturno es Manda.”
26. Praeparatio Evangelica IV.xvi: “Kronos [El] fue deificado en la
estrella Saturno.” Esta declaración es citada por Eusebius de la
redacción de Philo’s d la perdida Historia Fenicia de Sanchuniathon.
Algunos escritores clásicos, entre ellos Tácito (Histories V.4)
alegan que los Judíos eran adoradores de Saturno; cf. La refutación
de Agustín en Contra Faustum Manichaeum XX. 13.
27. Dabistan 31; Bundahis, E. West. P. Jensen, La Cosmología de los
Babilonios, pág. 114.
28. Origen, Contra Celsum, V. 41.
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Diecisiete
En la historia del Diluvio Universal se dice:
“En el año seiscientos
de la vida de Noé, en el segundo mes, en el decimoséptimo día del
mes, el mismo día, todas las fuentes de las grandes profundidades se
rompieron, y las ventanas del cielo se abrieron.” (1)
Cinco meses
después, según el libro del Génesis, en el decimoséptimo día del
séptimo mes, el arca descansó en Ararat.
En la creencia religiosa egipcia, Osiris fue ahogado “en el
decimoséptimo día del mes Athyr.” (2) El ayuno para Tammuz,
conmemorando su descenso al bajo mundo, empezó en el decimoséptimo
del mes nombrado en su honor. (3) Aunque la similitud de las
versiones babilónicas y Bíblicas de la historia del Diluvio fue
repetidamente enfatizada, la importancia del número diecisiete en la
historia de Tammuz respecto al mismo número en el libro del Génesis
no fue enfatizada, o incluso notada.
La fiesta de las Saturnalia empezaba “siempre en el 17 de diciembre” y
con el tiempo, en la Roma imperial, cuando era celebrada por tres
días consecutivos, empezaba en el decimoquinto y continuaba durante
dos días más, hasta el decimoséptimo. (4)
La conexión entre el número diecisiete y el Diluvio no está así
confinada a las fuentes bíblicas, babilónicas, y egipcias —también
las encontramos en las creencias y prácticas romanas. La importancia
del número diecisiete en el misterio juega relacionando a Osiris
ahogándose y en las festividades de las Saturnalia es una indicación que
estas conmemoraciones estaban relacionadas al Diluvio.
Referencias
1. Génesis 7:11.
2. Plutarco, De Iside et Osiride, ch. 13; cf. también cap. 42. [La
coincidencia de la fecha bíblica del comienzo del diluvio con la
fecha de la desaparición de Osiris, o el ahogamiento, fue notada por
el erudito del siglo 18, Jacob Bryant, quien afirmó, además, que
ambas cuentas del mes eran la segunda después del equinoccio del
otoño (Un Nuevo Sistema o Un Análisis de la Antigua Mitología,
segunda edición [Londres, 1775], pág. 334. Bryant también creía que
“en esta historia de Osiris, tenemos una conmemoración del patriarca
y del Diluvio” (ibid., pág. 334, Nº. 76). La identidad de las dos
fechas ha sido notada por varios autores, entre ellos, George St.
Clair. Vea sus Registros de la Creación Descubiertos en Egipto
(Londres, 1898), pág. 437. Sobre el significado de la fecha
diecisiete en Egipto. El Plutarco, De Iside et Osiride de Griffiths,
pág. 312. Cf. H. E. Winlock, “Origen del Antiguo Calendario
Egipcio,” Procedimientos de la Sociedad Filosófica Americana 83
(1940), pág. 456 Nº.: “ÇA través de los tiempos Cópticos y Ärabes,
por lo menos, la noche del diecisiete de junio era celebrada como la
‘noche de la Caída’, cuando se creía que una caída milagrosa se cayó
al Nilo, causando que este se levantara.” ].
3. [Según Langdon, En Babilonia, se dice que el dios Tammuz
descendió al bajo mundo el 18 de Tammuz y que se levantó el 28 de
Kislev (Diciembre).” (Menologías Babilónicas y los Calendarios
Semíticos [Londres, 1935], pág. 121). Originalmente, la fecha había
sido el diecisiete; pero “cuando fue alterada la cuenta de las
fechas al grado de hacer que el día comenzara con el levantamiento
del sol en lugar de la aproximación de la noche” (M. Jastrow, La
Religión de Babilonia y Asiria [Boston, 1898], p. 78), el 18avo día
del mes comenzó cerca de doce horas más temprano e invadió cerca de
las horas del día del séptimo día, que ahora eran contadas como
parte del 18avo día. Según Fuentes rabínicas, el fin de los 40 días
de lluvia mencionados en la cuenta del Génesis, llegó el 27 de
Kislew —el muy mismo día que el 28 de Kislev en los relatos
babilónicos, cuando se dice que Tammuz se levantó].
4. [Macrobius, Saturnalia I. 10. 2f. Cf. Cicero, Ad Atticum 13. 52.
1.]
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Festivales de Luz
El Diluvio y los siete días de luz brillante que lo precedieron
fueron una experiencia universal, y dejaron recuerdos indelebles.
Muchos de los ritos religiosos y observancias de todos los credos
regresan a estos eventos del pasado, en que los dioses celestiales,
Saturno y Júpiter, eran los participantes principales. Entre la más
antigua de todas estas observancias estaban los festivales de luz,
de siete días de duración, celebradas en honor a Saturno. Los “siete
días de luz” justo antes de que el Diluvio agobiara la Tierra, es
recreado en estos festivales. (1)
Herodoto describe que un festival nocturno de luz es sostenido cada
año en Sais, en conmemoración de la muerte y resurrección de Osiris.
Era llamado la Fiesta de las Lámparas:
Hay una noche en la cual todos los habitantes queman una multitud de
luces al aire libre, alrededor de sus casas. . . . Éstas alumbran la
noche entera. . . . Los egipcios, quienes están ausentes del
festival, observan la noche del sacrificio, nada menos que el resto,
por una iluminación general de lámparas; para que la iluminación no
sea confinada a la ciudad de Sais, sino que se extiende sobre todo
Egipto. (2)
En Roma, la fiesta de luz fue llamada Saturnalia. Según la
tradición, la Saturnalia había sido establecida en honor de Saturno
cuando, de repente, después de un largo y próspero reinado, “Saturno
de repente desapareció.” (3) Macrobio escribió que, celebrando
las Saturnalia, los romanos honraban los altares de Saturno con las
velas encendidas. . . enviando afilamientos de cera redondos durante
Saturnalia.” (4) En su tiempo, el festival era celebrado durante
tres días consecutivos pero, escribió Macrobio,
Y todavía, de hecho, entre los
hombres viejos había algunos que supusieron que las Saturnalia duraban siete días. . . para Novius. . .
dice: ‘Largamente esperando ellos vienen, los siete días de
Saturnalia '; y Mummius también. . . dice: ‘De las muchas excelentes
instituciones de nuestros ancestros, éste es el mejor—que ellos
hicieron que comenzaran los siete días de las Saturnalia cuando el
tiempo está más frío. (5)
Hannukah y Navidad son ambas fiestas de luz y, como las
Saturnalia,
ambas pueden remontarse a los días del Diluvio Universal. La
tradición hebrea que Hanukkah fue establecido para conmemorar el “el
milagro con el aceite” que fue encontrado lleno y suficiente para
siete días, es una racionalización muy pobre.
Un mejor terreno para
el re-establecimiento de una fiesta, similar a las Saturnalia, en
Judea, era el hecho que a la mitad del segundo siglo antes de la era
presente, Roma conquistó Grecia, y aproximadamente el mismo tiempo
en la rebelión del Hashmanaim (bien conocido por el nombre de uno de
los hijos, Judah Maccabi) contra el gobierno Helenístico, el pueblo
de Palestina se estaban llegando cerca del los tiempos de su
conquista de Grecia. Así, la fiesta de Hanukkah parece ser una
adaptación de las Saturnalia romanas. (6)
La observación de este festival fue más tarde tomado por la fiesta
de Navidad, la cual fue originalmente observada durante siete días,
del 25 de diciembre hasta el primero del Año Nuevo.
Referencias
1. [El más temprano de los festivales de este tipo que conocemos era
la celebración annual de siete días de duración, conmemorando la
inauguración del templo de Ningirsu en Babilonia, en le tiempo de
Gudea (antes aprox. 2000 B.C.). Para este y otros festivales
similares, vea P. Bourboulis, Antiguos Festivales del tipo de
“Saturnalia” (Salonica, 1964). Ningirsu fue “aquel que cambió la
oscuridad en luz,” lo mismo que Ninib, o Saturno (M. Jastrow, La
Religión de los Babilonios y los Asirios, cap. IV, pág. 56ff). En
Atenas, la fiesta en honor a Saturn era llamada la Kronia. Vea H. W.
Parke, Festivales de los the Atenienses (Londres, 1977), pág. 29-30.
Aparecería que la idea principal detrás de los festivales tipo
Saturnalia, tan difundidos en la antigüedad, era el recreamiento de
las condiciones que existieron durante la Edad Dorada, cuando
reinaba Saturno. La celebración de la Saturnalia romana, la cual,
según Macrobius, pre-data la fundación de Roma por muchos siglos
(VII. ??), estaba marcada por un revés de relaciones sociales, la
soltada de la estatua de Saturno que estaba parada en el Foro desde
sus lazos (Macrobius, Saturnalia VII. ??), la coronación de un
rey-bufo (aparentemente representando a Saturno) cuyos comandos
debían ser estrictamente obedecidos (Tacitus, Anales 13, 15;
Epictetus, D, I. 25. 8; Lucian, Saturno. 2. 4. 9), y quien fue más
tarde sacrificado en el altar de Saturno. Algunos detalles de tal
sacrificio son dados en el Acta Sancti Dasii, edic. por F. Cumont en
Analecta Bollandiana XVI (1897). Vea también a Cumont, “Le roi des
saturnales,” Revue de Philologie (“El rey de los Saturnales” Revista
de Filología XXI (1897), pág. 143-153. Porphyry reporta la
existencia de un festival similar en Rhodas durante el cual un
hombre era sacrificado a Kronos (De Abstinentia II. 54). Un festival
persa similar era la Sacaia (Dio Chrysostom, Orationes IV. 66). Un
posible paralelo en México puede haber sido el festival Atemoztli,
“La Caída de las Aguas,” descrita en u n manuscrito reproducido en
Kingsborough, The Antiquities of Mexico(Las Antigüedades de México):
“En el 21 de diciembre ellos celebrant el festival de aquel dios
quien, ellos dicen, fue el que descubrió la tierra cuando fue
aniquilada por las aguas del diluvio.” ].
2. Herodotos II. 62, traduc. por George Rawlinson. Cf. J. G. Frazer,
Adonis, Attis, Osiris, segunda edición (Londres, 1907), pp. 300f.
3. Macrobius, Saturnalia I. 7. 24: subito non comparuisset. [Fue
entonces, según Macrobius, que Italia vino a ser llamada Saturnia en
honor al planeta. Cf. Dionysius de Halicarnassus, Antiquitates
Romanorum I. 6; Ovid, Fasti, VI. 1. 31.]
4. (Saturnalia I. 7. 31-32, transl. by P. Davies, 1969). Macrobius
notó también la opinion de aquellos que “piensan que la prácrica es
derivada simplemente del hecho que fue durante el reinado de Saturno
que nosotros hicimos nuestro camino hacia la luz, desde una rústica
y oscura existencia hasta el conocimiento de las artes liberales.”
[Cf. arriba, “Tammuz y Osiris,” Nº. 9 sobre el festival egipcio de
la luz en honor a Osiris.]
5. Saturnalia X.
6. De manera similar, el camino de orar con la cabeza cubierta
parece ser tomado de una costumbre romana—la costumbre girega era
orar con la cabeza descubierta.
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Saturno y Júpiter
La historia de este par, el antiguo Kronos y Zeus, o Saturno y
Júpiter, como está reflejado en muchas tradiciones alrededor del
mundo, cuenta una historia que no tiene ningún parecido a la serena
y tranquila circulación de estos cuerpos celestes en sus órbitas,
que la astronomía moderna afirma como un hecho.
Saturno y Júpiter están muy similares al sol; si no eran planetas,
podrían ser considerados estrellas, como nuestro sol. (1) Júpiter es
casi 330 veces más grande que la Tierra, y Saturno, 80 veces. Ambos
planetas están cubiertos de gases, los cuales están en constante
movimiento, como la atmósfera gaseosa del sol. El sol tienen nueve
satélites, y numerosos asteroides y cometas; Júpiter tiene por lo
menos catorce satélites y numerosos asteroides y cometas. Saturno
tiene diez satélites conocidos; y cuatro o cinco cometas constituyen
la familia Saturniana (aunque estos cometas no circulen alrededor
del mismo Saturno, normalmente son considerados como relacionados a
la órbita de Saturno).
Si Júpiter y Saturno fueran libres de los vínculos del sol, ellos
podrían ser considerados como estrellas o soles. Si dos de estas
estrellas son puestas en el espacio cerca una de la otra,
constituirían un sistema de doble-estrella, ambas estrellas
circulando alrededor de un enfoque común.
Como hemos dicho, el cuadro que emerge del folklore comparativo y la
mitología, presenta a Saturno y a Júpiter en vigorosas
interacciones. Supongamos que estos dos cuerpos se acercaron uno al
otro lo suficientemente cerca en un tiempo, causando violentas
perturbaciones y enormes efectos en las mareas en ambas atmósferas..
Su mutua perturbación condujo a una explosión estelar, o nova.
Como
hemos visto, se piensa que una nova es el resultado de una
inestabilidad en una estrella, generado por una súbita entrada de
materia, usualmente derivada de su compañero, en un sistema binario.
Si lo que nosotros llamamos hoy Júpiter y Saturno son los productos
de tal sucesión de eventos, su apariencia y masas respectivas deben
de haber sido anteriormente bastante diferentes. (2)
Un escenario como este explicaría la importancia de Saturno antes de
su cataclísmica ruptura y desmembramiento— debe de haber sido un
cuerpo más grande de lo que es ahora, posiblemente del volumen de
Júpiter. Lo más interesante es que, por algunas razones, G. Kuiper
originalmente asumió que Saturno tenía una masa igual que la de
Júpiter. (3)
En algún punto, durante un extremo acercamiento a
Júpiter, Saturno se volvió inestable; y, como resultado de la
entrada de material extraño, explotó, resplandeciendo como una nova,
la cual, después de menguar, dejó un remanente, que los antiguos aún
reconocieron como Saturno, aunque era ya solo un fragmento del
cuerpo celestial de días más tempranos. En la explosión de Saturno,
mucha de la materia absorbida anteriormente fue tirada al espacio.
Saturno fue grandemente reducido en tamaño y alejado a una órbita
distante—el sistema binario estaba roto y Júpiter tomó la posición
dominante en el cielo.
Los antiguos griegos vieron esto como Zeus,
victorioso sobre su padre, forzándolo a soltar a los hijos que
anteriormente había tragado, y desterrándolo a los alcances
exteriores del cielo. A los ojos egipcios era Horus-Júpiter
asumiendo el poder real, dejando a Osiris reinar encima del reino
del muerto.
Si las descripciones de Saturno como un “sol” tienen algún
significado, Saturno debe de haber sido visible, en el tiempo antes
de su explosión, como un disco grande. Si éste fuera el caso, la
distancia incrementada entre la Tierra y Saturno podría ser el
resultado del traslado de la Tierra de su lugar, o de Saturno de su
lugar, o de ambos. Saturno sólo podría haber sido movido por el
planeta Júpiter, el único miembro más poderoso que Saturno, de la
familia planetaria. Y, de hecho, el mito dice que Saturno fue
alejado por Júpiter.
Referencias
1. [En Mundos en Colisión, Velikovsky escribió sobre eventos que
puede, en teoría haber tenido lugar en el futuro: “Alguna estrella
oscura, como Júpiter o Saturno, puede estar en el camino del sol, y
puede ser atraído hacia el sistema solar y causar mucho daño en él.”
(énfasis añadido). Mientras en 1950, los astrónomos asumían que
ambos planetas estaban cubiertos por gruesas capas de hielo, ellos
saben ahora que son, en su composición, como estrellas, y que tienen
propiedades termales. En el caso de Saturno, H. Spencer Jones (Vida
en Otros Mundos [Compañía Macmillan: New York, 1940], cap. 6)
argumentaba que Saturno debe de haber estado cubierto con agua
semi-congelada, o con amoníaco congelado. El libro de Spencer-Jones
fue publicado en el mismo año en el cual Velikovsky sacó una
conclusiones totalmente diferentes acerca de la historia y
estructura termal sobre Saturno. Las conjeturas de los astrónomos
estaban basadas en un simple cálculo de la cantidad de calor
alcanzando al planeta: Saturno, estando casi diez veces más lejos
del Sol que la Tierra, debía tener una mínima temperatura cercana a
los -155º grados Celsius. Las razones por las cuales Velikovsky
concluyó que la temperature de Saturno debería de ser
considerablemente más alta que el estimado aceptado estaban basadas
en, primero, “el calor residual de la catástrofe en la cual Saturno
fue descarrilado de su órbita” y, segundo, “la radioactividad
resultante de la catástrofe debe ser todavía muy pronunciada en
Saturno.” (Del manuscrito no publicado, Las Pruebas del Tiempo).
Encima de todo esto, “basado en su historia pasada, Saturno puede
ser considerado como una estrella y puede tener algo del mecanismo
que hace que nuestro sol brille con luz intensa.”
En 1966, Kellerman describió sus observaciones y medidas en una
longitud de onda de 21.3 cm, lo cual mostró una temperatura de 90º
grados Fahrenheit para las capas atmosféricas internas. (Icarus)
Libros de texto revisados, tomando cuentas de los descubrimientos,
comenzaron a hablar de “temperature de ambiente” en Saturno,
registrada en la banda de 21-centímetros. (por Ej., Fred Whipple,
Tierra, Lune y Planetas, tercera edición revisada [Cambridge, Mass.,
1968], pág. 187). En 1972, en mediciones de longitud de onda de 50 y
100 centímetros, se encontraron temperaturas “inusualmente altas”
—aproximadamente 240º F. y 520º F. respectivamente. “Entonces,
parece que Saturno, como Júpiter, no es un desierto completamente
congelado que una vez se pensó que era.” (D. McNally, “Serán los
Planetas Jovianos ‘Estrellas Fallidas’?” Nature 244 [Agosto, 1973],
págs. 424-426).
Pronto fue comprendido que Saturno debía tener una fuente de energía
interna, y que es, de hecho, más como una estrella que como un
planeta, aunque no es considerado lo suficientemente grande para
funcionar como una verdadera estrella. (Science News 101 [1972],
pág. 312. El artículo compara el punto de vista expresado solamente
unos pocos años antes, por C. Sagan, de que Saturno no podría ser un
lugar que albergara vida, por sus temperaturas atmosféricas algunos
grados bajo cero, Fahrenheit. Cf. Vida Inteligente en el Universo).
Mediciones en rangos lejanos-infrarrojos y submilimétricos,
publicados en 1977, indicant que la fuente interna de energía de
Saturno anda “dentro del rango de 2.3 a 3.2 veces la energía
absorbida del flujo solar.” (R. F. Loewenstein et al.,
“Observaciones lejanas Infrarojas y submilimétricas de los
planetas,” Icarus 31 [1977], pág. 315. Cf. El Diario Astrofísico
157, pág. 169ff.). En otras palabras, Saturno emite hasta tres veces
la cantidad de energía que recibe del sol.
Al principio de 1980, análisis de medidas tomadas por el Pioneer 11
durante su vuelo pasando cerca de Saturno, mostraron que el interior
del planeta tiene una temperature que exceed los 10,000 degrees
Kelvin, lo que es considerablemente más caliente que la superficie
del Sol (menos de 6,000 degrees Kelvin).].
2. Una hipótesis que las masas protoplanetarias de Júpiter y Saturno
eran casi las mismas fue anticipado por G. Kuiper.
3. Cielo y Telescopio (Marzo, 1959), pág. 259.
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Los Anillos de Saturno
Un caso del mito de Saturno puede ser verificado con la ayuda de un
pequeño telescopio: Saturno está en cadenas. En vez de resolver
algo, este hecho presenta un nuevo problema que exige una solución.
¿Cómo supieron los antiguos griegos y romanos, que Saturno está
rodeado por anillos? (1) Es extraño que esta pregunta no fuera hecha
antes. (2) La existencia de estos anillos alrededor de Saturno se
volvió conocida en tiempos modernos, solo en el siglo diecisiete.
después de ser inventado el telescopio. Ellos fueron vistos primero,
pero mal entendidos, por Galileo (3) y entendido por Huygens. (4)
Si el mito no inventó estos anillos, por alguna casualidad, los
griegos los deben de haber visto. Este último caso podría ser verdad
si los griegos, o algunas otras personas orientales hubieran poseído
lentes adaptados para la observación de cuerpos celestiales, o si
los anillos alrededor de Saturno fueron, en algún momento, visibles
al ojo desnudo en el pasado—ahora que ellos no son visibles sin
instrumentos de aumento.
Hay casos de observaciones exactas por los
caldeos, que hacen pensar en el uso de algunos medios técnicos
exactos. (5) Estos medios podrían consistir en una clase de
astrolabio como aquel de Tyche de Brahe, que hizo observaciones muy
exactas de cuerpos celestiales sin la ayuda de un telescopio;
también Copérnico, antes de Tyche de Brahe, hizo todos sus cálculos
de los movimientos de los planetas antes de que se inventara el
telescopio. Pero ni Tycho de Brahe ni Copérnico vieron los
anillos.
La estatua de Saturno en el Capitolio Romano tenía correas alrededor
de sus pies, (6) y Macrobio, en el siglo V de nuestra era, ya
ignorante del significado de estas correas, preguntó: “Pero por qué
está el dios Saturno en cadenas?”
En la leyenda egipcia, Isis (Júpiter) envolvió a Osiris (Saturno).
El apelativo egipcio para Osiris era “el envuelto.” (7)
En el Zend-Avesta se dice que la estrella Tistrya (Júpiter, más
tarde, Venus) mantiene a Pairiko en dobles ataduras. (8) Saturno es
abrazado por dos grupos de anillos—uno más grande y uno más pequeño,
con un espacio en medio. Para ver esto es necesario un mejor
telescopio que aquel usado por Galileo o el otro usado por Huygens;
la doble estructura del cinturón fue observada primero en 1675. (9)
Los anillos de Saturno también eran conocidos a los aborígenes de
América antes de que Colón descubriera la tierra; esto también
significa que antes de que el telescopio fuera inventado, a
principios del siglo XVII. Un antiguo tablero grabado, de madera, en
México muestra a la familia de los planetas: uno de ellos es
Saturno, fácilmente reconocible por sus anillos. (10)
Ni tampoco los Maoris de Nueva Zelanda eran ignorantes acerca de
ellos:
“Uno de los grandes misterios conectados con Saturno es la
pregunta todavía sin contestar de cómo los antiguos Maoris de Nueva
Zelanda sabían acerca de los anillos—ya que hay evidencia que ellos
tenían una leyenda de los anillos Saturnianos mucho antes de los
días de Galileo.” (11)
En el mito se dice que Júpiter ahuyentó a Saturno, y que en esta
ocasión, Saturno fue puesto en cadenas. Si estas palabras significan
lo que dicen, y no son una porción sin sentido del mito—ni en
sueños, por lo menos, no hay partes sin sentido—ya que el
conocimiento de los antiguos acerca de los anillos de Saturno pudo
haber sido adquirido debido a una mejor visibilidad:: en otras
palabras, en algún momento en el pasado, Saturno y la Tierra parecen
haber estado más cerca uno del otro.
Originalmente asumí que los anillos de Saturno podían consistir
de agua en forma de hielo, pero desde la antigua erudición alrededor
del mundo dice que fue Júpiter quien le puso estos anillos alrededor
a Saturno, (11) yo consideré que ellos podrían tener también algunos
otros componentes. Desde que el estudio espectroscópico de los
anillos de Saturno ha confirmado que más probablemente consisten de
agua en forma de hielo. (13)
Referencias
1. [Aeschylus, en Eumenides 641, refiriéndose a los anillos de
Saturno: “El [Zeus] mismo envuelve en cadenas a su viejo padre,
Cronus” ; cf. Lucian, Astrology, 21: “Por otra parte, tampoco es
verdad que Saturno está en cadenas.” Los neoplatonistas como Proclus
En Timaeo, tr. por Festugiere, vol. III, pág. 255 y Nº. 4; In
Cratylo 209.3f) y Porphyry (De Antro Nympharum 67.21ff.) buscó un
significado filosófico o místico en la tradición. Cf. también
Clemens Alexandrinus, Homilia, VI. xiii in Patrologiae Cursus
Completus, Serie Greca, J.-PÁG. Migne Ed., Vol. II.207f; Dio
Chrysostom, Décimocuarto Discurso 21ff: “Y sin embargo el Rey de los
Dioses, el primero y más anciano, está en cadenas, dicen ellos, si
hemos de creer a Hesiod y a Homero y a los otros hombres sabios que
cuentan esta historia acerca de Cronus.” Cf. Hesiod, Trabajos y
Días, 169ff. Auustín, refutando a aquellos que aseveraban que el
Sabat Judío era celebrado en honor a Saturno, escribieron: “ita
patres nostri longe fuerunt a Saturnoiacis catenis, quamvis pro
tempore propheatiae sabbati vacationem observaverint.” (Contra
Faustum Manichaeum XX. 13. in Migne ed., Patrologiae Cursus
Completus, Series Latina, Vol. XLII, Pág. 379). Cf. También
Arnobius, Contra Gentes IV. 24 in ibid., vol. III: “Numquid
paricidii causa vinctum esse Saturnoum, et suis diebus tantum
vinculorum ponderibus revelari?” y Minucius Felix, Octavius XXI, in
ibid., vol. III, col. 304: “Quid formae ipsae et habitus? . . .
Saturnous compeditis.” Un epigrama de Marcial (III. 29) se refiere a
los lazos de Saturno, comparándolos a anillos: “Has cum gemina
compede dedicat catenas, Saturnoe, tibi Zoilus anulos priores.”
“Estas cadenas con su dobles cadenas, Zoilus te las dedica a ti,
Saturnous. Ellas eran anter sus anillos."—traduc. por W. Kerr
(Londres, 1919). Los santuarios a Saturno en la África romana
retrataban al dios con su cabeza rodeada “por un velo que cae sobre
cada uno de sus hombros,” de alguna manera un reminiscente de los
anillos del planeta. Vea J. Toutain, De Saturnoi Dei in Africa
Romana Cultu (Paris, 1894), pág. 42 y fig. 1 and 2.].
2. [Pero cf. Th. Taylor en The Classical Journal 40 (1819), págs.
324-326, y A. de Grazia, “Antiguos Conocimientos de las cintas de
Júpiter y los Anillos de Saturno,” KRONOS II.3 (1977), pág. 65ff.]
3. [Cuando Galileo vio por primera vez los anillos, en Julio de
1610, el pensó que eran dos satellites a cada lado de Saturno, y
esto es lo que él también anunció en su Sidereus Nuntius. Cf. A.
Alexander, El Planeta Saturno, (1962), pág. 84ff.]
4. [Chr. Huygens, Systema Saturnoium (1659); Cf. Alexander, El
Planeta Saturno, loc. cit.]
5. PÁG. Jensen, La Cosmología de los Babilonios, Pág.
6. Macrobius, The Saturnoalia, I.8.5, traduc. por PÁG. V. Davies
(New York, 1969): “ Saturno, también, es representado con sus pies
atados juntos, y, aunque Verrius Flaccus dice que el no sabae la
razón . . . Apollodorus dice que a través del año, Saturno está
atado con un lazo de lana, pero es liberado en el día de su
festival.” Cf. ibid., I.8.1.
7. Vea abajo, sección “Tammuz y Osiris” . Cf. A. S. Yahuda, “El
Culto a Osiris y la Designación de los Ídolos de Osiris en la
Biblia,” Diario de Estudios del Cercano Este III (1944), pPág.
194-197.
8. El Zend-Avesta xvi, traduc. por J. Darmesteter (1883), pág. 107.
[El texto del Zend-Avesta se lee: “Tistrya, estrella brillante,
mantiene a Pairiko en lazos dobles, en lazos triples.” Un tercer
anillo alrededor de Saturno fue observado en 1980. Velikovsky
también pensaba que las representaciones Mithráicas de Kronos con su
cuerpo rodeado por una serpiente (cf. F. Cumont, Los Misterios de
Mithra [1903], figs. 21-23) podría atestiguar una memoria de los
anillos de Saturno. Cf. la Sani Hindú (el planeta Saturno) mostrado
en un antiguo madero reproducido en F. Maurice, Antigüedades Indias
(Londres, 1800), Vol. VII, y descrito por el autor como “cercado con
un anillo formado por serpientes.” Tammuz, quien representaba al
planeta Saturno en Babilonia (E. Weidner, Manual de la Astronomía
Babilónica [Leipzig, 1915], pág. 61) fue llamado “aquel que está
atado.” Vea también, de Thorkild Jacobsen, Hacia la Imagen de Tammuz
(Imprenta de la Universidad de Harvard, 1970), pág. 85. y de A. E.
Thierens, Astrología en la Cultura Mesopotámica (Leiden, 1935).
Ninib, quien era también Saturno, se decía que sostenía “el lazo
irrompible” o “la poderosa Serpiente"—Jastrow, La Religión de
Babilona y Asiria, CaPág.. xvii, pág. 463.].
9. La observación fue hecha por G. D. Cassini.
10. Kingsborough, Antigüedades de México (Londres, 1830), Vol. IV,
el cuarto plato desde el final del volúmen. Vea Fig.
11. Guy Murchie, Músic de las Esferas (Boston, 1961), pág. 94. [Una
útil discussion de las ideas astronómicas de los Maori es
suministrada por un monografía por E. Best, El Conocimiento
Astronómico de los Maori,, Genuino y Empírico,, Nueva Zelanda
Dominium Museum Monografía No. 3 (Wellington, 1922), Pag. 35:
PAREARAU representa uno de los planetas. Stowell dice que es
Saturno; que Parearau es un nombre descriptivo para aquel planeta, y
describe su apariencia, rodeada por un anillo. La palabra pare
denota una cinta o diadema; arau significa “enredado"—o quizás
“rodeado”, en este caso, si los nativos realmente pueden ver la pare
de Saturno con el ojo desnudo. Si fuera así, entonces el nombre
parece uno adecuado . . . Del origen de este nombre, uno dice, ‘Su
cinta la rodea completamente, por lo tanto, ella es llamada
Parearau.’” ].
12. [En cuanto al proceso de los anillos de Saturno, Velikovsky
pensaba que pudieran haber sido análogos a la formación del anillo
en forma de disco de material gaseoso alrededor de algunas estrellas
en sistemas binarios, como es descrito por H. Friedman en Science
181, (Agosto 3, 1973), pág. 396: “El gas entra en las órbitas
Keplerianas y se acumula en un disco, de alguna manera parecido a
los anillos de Saturno . . .”].
13. En Agosto de 1965, Tobias Owen, escribiendo en Science, (Pág.
975) reportó que “el espectro de reflejo del bloque de hielo dió el
mejor igual a lo absorción observada en los anillos de Saturno"—sino
que “las más probables y similares alternativas” serían “hielos de
metano y amoníaco"—ambos conocidos ingredientes de la atmósfera
Joviana, estando el metano también en la composición de la envoltura
de la nube Saturniana. Vea también al Apéndice 26. [Tan temprano
como en 1947, Kuiper (Las Atmósferas de la Tierra y Planetas
[1949]), concluyó, en base a mediciones espectrales en infrarrojo
que “los anillos están cubiertos por escarcha, si no de hielo
compuesto.” Cf. A. Cook et al., “Los Anillos de Saturno—Una
Inspección,” Icarus 18 (1973), Pág. 317: “Aunque congelado, el H2O
es un importante componente, el poder de reflexión espectral indica
la presencia de otros materiales.”].
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La Edad Dorada de Saturno
La edad que el hombre más tarde llamó la Edad de Kronos (Saturno)
fue recordada con nostalgia como una edad de beatitud. Referencias a
la Edad de Kronos en la erudición antigua son muy numerosas. (1)
Esiodo habla de:
Una raza dorada de hombres mortales que vivieron por el tiempo de
Kronos, cuando él estaba reinando en el cielo. Y ellos vivieron como
dioses, sin penas de corazón, remotos y libres de trabajo o
esfuerzo: la edad miserable no descansó en ellos. . . La fructífera
tierra, sin esfuerzo, les dio abundantes frutos, y sin limitación.
Ellos moraban en descanso y paz en sus tierras, con muchas cosas
buenas…(2)
Algo similar escribe Ovidio en el sexto libro de sus
Metamorfosis:
Al principio estaba la Edad Dorada, cuando los hombres, de propio
acuerdo, sin amenaza de castigo, sin leyes, mantenían buena fe y
hacían lo que era correcto. . . . La misma tierra, sin compulsión,
intacta por el azadón, sin surcos por ninguna parte, producía todas
las cosas espontáneamente. . . . Era una estación de primavera
eterna. (3)
Fuentes rabínicas recuentan que los hombres vivían bajo condiciones
muy favorables antes del Diluvio, y que éstos contribuyeron a su
maldad:
“Ellos no conocían ni trabajo ni esfuerzo, y como
consecuencia de su extraordinaria prosperidad, ellos crecieron
insolentes.” (4)
La dominación de Saturno en algún período remoto en la historia de
la vida de de los pueblos en la Tierra era de tan pronunciado y
saturado carácter que la pregunta surge si las aventuras del planeta
atravesando muchas proezas pudieron por sí solos ser la plena causa
del culto del planeta y la denominación de la Edad Dorada, “la Edad
de Kronos” (Saturno).
Saturno explotó y causó que la Tierra pasara
por la mayor de sus catástrofes históricas, y esto era completamente
suficiente hacer de Saturno la suprema deidad; pero parece que la
Edad de Saturno es un nombre para la época antes del Diluvio;
después del Diluvio, Saturno, desmembrado, casi dejó de existir como
cuerpo planetario, y cuando a lo largo fue reconstituido, fue
engrillado por anillos, y estaba lejos de ser el cuerpo celestial
dominante que lo colocó como suprema deidad de la época.
La “Edad de Kronos” es una edad tan gloriosa que apenas es concebible conectarla
con el período después del Diluvio. Los gemidos por Adonis, Tammuz
de los babilonios, u Osiris de los egipcios, deplorados al fin de su
dominación, no al principio de ella.
¿Entonces, por qué Saturno era la suprema deidad por cuyo nombre fue
llamada la grandiosa y gloriosa edad antes del Diluvio? ¿Porqué fue
quitado Urano de su papel de deidad principal, y para los
espectadores en la Tierra, castrado? Si las distancias entre la
Tierra y Saturno y Urano eran en ese tiempo lo que son ahora,
entonces tales acontecimientos escasamente podrían ser observados:
Urano es sólo apenas visible en el cielo nocturno sobre Mesopotamia,
en una noche más translúcida.
Saturno es claramente visible, pero no
es, para un ojo sin ayuda, un espectáculo en el cielo; era más
voluminoso y más luminoso antes del Diluvio, pero si se movía en una
órbita no muy diferente de la presente, y la Tierra estaba
moviéndose aproximadamente en los mismos vecindarios donde se mueve
en la actualidad, entonces la sorpresa todavía persiste, de cómo un
cuerpo en una órbita 30-años pudo hacer que los habitantes de la
Tierra, en su órbita de un año, lo consideraran como el más supremo
de todos los cuerpos celestiales en el cielo.
El apelativo “sol” empleado para Saturno podría explicarse por su
brillo inusual cuando explotó como una nova durante un corto tiempo,
realmente durante siete días, antes comienzo del Diluvio en la
Tierra. Asumiendo que la longitud del día por esos tiempos no era
muy diferente de su valor presente, la velocidad de las masas en
movimiento que están en el orden de 100 kilómetros por segundo o
8,600,000 kilómetros en un período de 24 horas, y la Tierra y
Saturno estando en sus puntos más cercanos en sus órbitas
recíprocas, o en conjunción (qué es otra conjetura), en siete días
cubrieran una distancia de aproximadamente 60 millones de
kilómetros.
En las órbitas del presente, la distancia entre Saturno
y la Tierra varía de 1,279 millones de kilómetros a una conjunción
superior, a 1,578 millones de kilómetros a la oposición; la menor de
estas distancias el aproximadamente 21 veces mayor de lo que
anteriormente se calculó. Esto también significa que, a menos que la
velocidad del agua arrojada era un orden de magnitud mayor que 100
Km. por segundo, la distancia entre Saturno y la Tierra debe de haber
sido sustancialmente menor de lo que es en la actualidad.
Yo he seleccionado arbitrariamente la figura de 100 kilómetros por
segundo para el movimiento del material explotado; hoy, la velocidad
de escape, o la velocidad requerida para que un proyectil en la
superficie de Saturno deje la atracción gravitatoria del planeta es
de 35 kilómetros por segundo. Para Júpiter, la velocidad de escape
es de 59 kilómetros por segundo. Asumiendo que Saturno era de una
masa igual que la de Júpiter, la misma figura aplicaría a éste
también. Con 100 kilómetros por segundo, tenemos casi el doble de la
velocidad de escape.
La arbitrariedad de la asunción de tal
velocidad para nuestros cálculos es obvia. Pero si el juego de
figuras también, no está lejos de lo que realmente eran, la
conclusión sería que la distancia de la Tierra, de Saturno, era
solamente una vigésimo parte de lo que es ahora; esto nos permitiría
especular si la Tierra pudo, en algún período temprano, haber sido
un satélite de Saturno. La distancia 60 millones de Kms. es
correspondiente a la distancia de Mercurio del Sol, o sea, 58
millones de kms; los satélites de Júpiter orbitan a distancias de 24
millones de Kms. del primero. Teóricamente, Saturno podría tener
satélites tan grandes como la Tierra: la Luna es de sólo 1/40ava
parte de la Tierra en volumen, considerando que Saturno es 760 veces
más grande que nuestro planeta. (5)
Si ese fue alguna vez el caso, la “Edad de Saturno” y las
condiciones muy inusuales bajo las cuales vivió la humanidad, y el
culto a Saturno antes del Diluvio, ganaría significando. El
apelativo “sol” usado para Saturno se entendería, no sólo como el
resultado de la gran luz que emitió por un corto período, cuando se
convirtió en nova, sino también de su papel duradero de un Primario
para la orbitante Tierra.
Si hay verdad en la conjetura, y no es nada más que una conjetura,
que la Tierra fue alguna vez un satélite de Saturno, el último debe
de haber orbitado más cerca del sol, para que la Tierra recibiera
calor de él—Saturno exuda poco calor (6)—y si la edad de Kronos fuera
una edad dorada, entonces también es apropiado asumir que las
condiciones en el satélite Tierra no eran desfavorables para la
vida. El registro geológico documenta climas extremos para el pasado
de la Tierra—tiempos cuando los corales crecían en el Ártico, y
tiempos cuando la Tierra, en parte, incluso, en el ecuador, estaba
engrillada por hielo.
Tales climas requieren condiciones
definitivamente anormales, que sólo podrían ser creadas por
posiciones variantes de nuestro planeta como cuerpo astronómico. Por
consiguiente, las conjeturas como las hechas en esta sección, no
está en conflicto con los registros—sin embargo, no es lo que pudo
haber tenido lugar, sino lo que tuvo logar, o el registro histórico,
que es la meta apropiada para la pesquisa. En ausencia de
indicaciones directas, sólo podemos tratar el problema de la Tierra
como un satélite de Saturno, como con una construcción hipotética,
requiriendo una más extensa elucidación.
La astronomía moderna supone que el noveno planeta, Plutón, fue una
vez un satélite de Neptuno que, habiendo chocado con Tritón, otro
satélite del planeta, fue arrojado fuera del anillo y se convirtió
en planeta independiente; el satélite Tritón, sin embargo, como
consecuencia de la colisión, invirtió la dirección de su revolución
y se volvió un satélite retrógrado. (7)
Otro caso de una conversión
postulada de un satélite planetario en un planeta independiente es
discutido por Van Flandern y Harrington en su papel “Una
Investigación Dinámica de la Conjetura que Mercurio es un Satélite
Escapado de Venus,” Icarus 28 (1976), Págs. 435-440.]. Aunque el
principio de una conversión de un satélite en planeta en su propio
derecho, no es un fenómeno discutido aquí la primera vez.
La Edad Dorada de Saturno, o Kronos llegó a su fin cuando el dios
supremo de ese período, el planeta Saturno, se quebrantó. La Edad de
Kronos no fue la edad más temprana de que el hombre retuvo algunas
memorias, aunque bastante en penumbras—aunque todavía más lejos en
el pasado, esa penumbra aumenta casi a la oscuridad. (8)
Referencias
1. [Sobre la edad dorada de Kronos vea El Estadista, de Platón. cf.
PÁG. Vidal-Naquet, “El Mito del Estadista de Platón, las
Ambigüedades de la Edad de Oro y de la Historia,” Diario de Estudios
Helenísticos 98 (1978), Pág. 132-141. Cf. Porphyry, De Abstinentia
IV. 2; Teleclides, citado en Athenaeus, Deipnosophistae VI. Según
Macrobius, en el reinado de Saturno no había distinction entre
libertad y esclavitud (Saturnalia I. 7. 26) y todos los bienes eran
en común (I. 84). Cf. Pompeius Trogus en Justin, bk. 43: “Se dice
que Saturno era tan justo que nadie bajo el era un sirviente, ni
nadie tenía posesiones privadas, sino que todas las cosas eran
mantenidas en común y sin divisions, como si la herencia de uno
pertenecía a todos..” En el reinado de Saturno en Italy, vea a
Dionisio de Halicarnassus, Antiquitates Romanorum I. 36. 1; Vergil,
Fourth Eclogue also, El Aeneid 11. 252 Silius Italicus 3. 84; 13,
63; 17. 380. Martial, Epigrams 63. Macrobius, Saturnalia VII. 26.].
2. Hesiod, Works and Days, traduc. by Evelyn-White, 110.
3. Ovid, Libro Metamorfosis I, traducc por Innes.
4. Ginzberg, Leyendas, I.
5. [La proporción de la masa de la Tierra a la masa de Saturno es de
1:90.]
6. [Análisis de la información coleccionada por el Pioneer 11 ha
llegado a un aproximado de una temperadura de aprox.. 10,000º
degrees Kelvin en el interior de Saturno. Parece haber algun escape
de calor en la atmósfera superior.]
7. [R. A. Lyttleton, “Sobre los posibles resultados de un Encuentro
de Plutón con el Sistema Neptuniano” Noticias Mensuales de la
Sociedad Astronómica Real 97, Pág. 108. Cf. la crítica a la
sugerencia de Lyttleton, de R. S. Harrington y T. C. van flandern en
“Los Satélites de Neptuno y el Origen de Plutón,” Icarus reprinted
in KRONOS V. 2. (1979), Pág. 76. La alternative postulada por los
autores involucra un encuentro cercano entre Neptuno y un hipotético
de dos a cinco veces el tamaño de la Tierra. La sugerencia del
autor, de que la luna de Plutón recién descubierta pueda haber sido
también un satellite independiente de Neptuno, podría ayudar a
resolver la pregunta del origen de la compañera de la Tierra.]
8. [Tradiciones similares de una edad dorada exitían entre los
Sumerians (S. N. Kramer, “Sumerian Myths and Epic Tales” in J.
Pritchard ed., Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old
Testament [Princeton, 1950], Pág. 37ff.), ancient Egyptians (F.
Lenormant, Les Origines de l’histoire [Paris, 1880], vol. I, Pág.
58), Hindús Las Leyes de Manu) chinos (Les Memoires historiques de
Se-ma Ts’ien, traduc. por E. Chavannes [Paris, 18xx], vol. I, Pág.
17ff.) entre otros.].
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Arcoiris
Después del Diluvio, la esperanza se convirtió en fe, de que ninguna
tal o similar destrucción vendría a diezmar de Nuevo a la humanidad.
Se cuenta la historia que el Señor hizo un convenio con Noé, y los
siguientes fueron los términos de este convenio:
Entonces Dios dijo a Noé,
...“Estableceré mi pacto con vosotros,
y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá
más diluvio para destruir la tierra..” (1)
Como una señal visible de que no se repetiría la catástrofe,
apareció por primera vez un colorido arco iris, después del
Diluvio—era un nuevo y sin embargo desconocido fenómeno atmosférico,
entonces. En esta refracción coloreada de luz del sol en pequeñas
gotas de agua suspendidas, los rescatados creyeron ver la promesa
divina de no repetir el diluvio:
Y dijo Dios,
“Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí
y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por los siglos
perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal
del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir
nubes sobre la tierra, se dejará ayer entonces mi arco en las nubes.
Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser
viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas . Estará el
arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo. (2)
El pacto, según la concepción moral de los hebreos, era un hecho
recíproco. Fue mantenido solo en su promesa de no traer un gran
diluvio sobre la Tierra: la Tierra y el hombre continuaron siendo
formados y reformados en extensas catástrofes antes del cierre de la
edad de la creación, que es el tema del Libro de Génesis
Referencias
1. Génesis IX. 8-11.
2. Génesis IX. 12-15. [Según el Génesis II. 5-6 ninguna lluvia cayó
sobre la nueva tierra creada, lo cual era humectada solamente por un
rocío que ascendía del suelo y caía como rocío. Si este fenómeno
persistió hasta el Diluvio, esto explicaría la novedad del arociris
después de la catástrofe.
3. Pedro Sarmiento de Gamboa, el conquistador español que viajó a
Los Andes en el siglo XVI, registró en su Historia de los Incas una
cuenta sobre Manco Capac, el primer Inca, que tiene un curioso
parecido a la historia bíblica. Saliendo de una cueva después de la
reaparición del sol, Manco Capac y sus hermanos “llegaron a la
montaña, la cual está aproximadamente a dos leguas del pueblo de
Cuzco, y subiendo a la cima, ellos vieron sobre ella el arco iris, el
cual los nativos llamaron guanacuari. Y, interpretándolo como un
presagio favorable, Manco Capac dijo: ‘Consideremos esto como una
señal que el mundo no volverá a ser destruido por el agua’” ("Tened
aquello por señal que no será el mundo mas destruido por agua!”
Captítulo 12). El arco iris fue retratado en el altar de los
Coricancha en el templo de Viracocha en Cuzco. Vea R. T. Zuidema,
“La Imagen del Sol y la Huaca de Susurpuquio en el Sistema
Astronómico de los Incas en el Cuzco,” Journal de la Societe de
Americanistes LXIII (1974-76), Pág. 218. Si, como lo sugiere Dwardu
Cardona, la referencia al arco iris en este pasaje sería a los
anillos de Saturno—una sugerencia a la que tiendo a seguir—las
“ataduras” de Saturno en sus anillos puede haber sido tomada como
una garantía de su futura conducta.].
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