A) Sacerdote y
chamán
El chamán está presente en las sociedades preagrícolas de cazadores
recolectores, su conocimiento se basa especialmente en su experiencia
individual de primera mano. La tradición y el ritual tienen un peso
más grande en el papel del sacerdote. Este desarrolla su actividad a
partir de los grupos agrícolas de VIDA SEDENTARIA.
En la actividad chamánica, el estado modificado de conciencia es un
medio imprescindible para el desarrollo de su actividad. El
sacerdote no necesita modificar su estado de conciencia para actuar.
El sacerdote se encuentra enmarcado en grupos sociales más
complejos. Forma parte de una estructura religiosa más jerarquizada,
más centralizada. El entorno de las ciudades facilita y hace
necesarias a causa de su crecimiento formas de comunicación más
indirectas entre los ciudadanos. La distribución de la población y
su organización se realiza según formas piramidales. Por el
contrario, los grupos nómadas en cuyo seno florece el chamanismo son
menos jerárquicos y las relaciones interpersonales son más directas,
más "horizontales". El contexto chamánico es menos autoritario en
cuanto la conducta individual, a ese nivel hay menos regulaciones
formales de la moral particular.
Sin que deban de
asumirse de manera rígida, sino más bien como preferencias o
características más habituales algunos criterios básicos pueden ser
orientadores.
|
Chamán |
Sacerdote |
Tipo de vida |
Nómada |
Sedentario |
Medio |
Rural |
Urbano |
Antigüedad |
Preagrícola |
Agrícola |
Antigüedad de la práctica |
Miles de años |
Cientos de años |
Calendario |
No importante |
Importante |
Ritual sujeto a calendario |
Poco importante |
Muy importante |
Importancia del ritual |
Poca |
Mucha |
Jerarquía social |
Escasa |
Relevante |
Podemos considerar en cualquier manera, la existencia de figuras que
desempeñan ambas funciones. Por ejemplo, el "marakame" (chamán huichol)
es a la vez una cosa y otra, predominando la función chamánica o la
sacerdotal según las circunstancias (Harner).
B) Chamán y medium
Ambos afirman tener relación, de alguna manera, con los "espíritus".
En ambos se produce un cambio en el estado de conciencia, una
modificación que puede ser buscada por ambos voluntariamente. En el
caso del chamán el control de la relación con los espíritus es, en
general, más enérgico; mientras que el medium actúa de un modo menos
combativo y adaptado a lo que va elaborando en esos momentos. El
chamán puede discutir con los espíritus y aparenta tener más poder que
el medium. Trata a los "espíritus" que encuentra como a iguales.
Para Krippner (1980), entre los curadores es posible establecer una
tipología con cinco grupos diferenciados:
La actividad chamánica
podría ser descrita parcialmente como una forma particular del
mediumismo. Puede afirmarse también que el medium está presente en el
mundo urbano y su trance es pasivo, mientras que el chamán usa la
naturaleza, el mundo rural, como referencia y su trance o estado de
conciencia chamánico es un fenómeno activo con mantenimiento
generalmente del control.
Harner considera como esencial al chamanismo el estado de trance,
que se describe como un "viaje" (estado de conciencia chamánico).
Terminado el mismo, es capaz de recordarlo. El medium no recuerda
necesariamente lo que hizo o pasó durante el trance.
Según estos criterios, al estudiar la forma de trabajo de
E. Cayce
se mostraría no solo como un medium y sino también, en ocasiones,
como un chamán.
En sus estados de trance se distinguió por la utilización de la
técnica llamada "canalización". Para que tenga lugar, se busca un
estado de trance sin posesión. Cayce lo entendía como un poder, como
una influencia que uno podía despertar en sí mismo. Insistió en
lograr un trance sin posesión:
"No permitas que sea dirigido por una identidad que se proclama tu
guía. ¿Por qué?, porque invocar al infinito es mucho más grande,
mucho más satisfactorio, más válido para la experiencia del alma que
ser dirigido o guiado por una entidad externa al yo, que -como el
yo- pasa por un estado de transición o desarrollo" (Reed y Cayce,
1993).
El estado de trance sin posesión se practica por ejemplo, entre
los Gnawas (Ver parte III). Se alcanza en movimiento por lo que se
califica de trance cinético. El trance cinético es una técnica de
raíces ancestrales, que influye sobre prácticamente todos los
niveles de la persona, dotándola por su práctica de nuevas formas y
perspectivas de autoexperiencia. Mediante la desinhibición es
posible alcanzar estados de fusión con el entorno que se muestra
como replica de nosotros mismos.
El estado de trance con posesión está presente en todas las
culturas, tanto en África como en América, en Asia o Europa y
Australia. Mientras se produce, la persona deja de ser propiamente
ella misma. Queda alienada, convertida en alguien ajeno. En tales
estados se da una disminución de la capacidad de autocontrol por
parte del sujeto. Al mismo tiempo, está disminuida su capacidad de
darse cuenta de lo externo. Como ejemplo, en los estados de trance
del vudú caribeño (Ver parte III).
C) El curandero y el chamán
El curandero se presenta como persona capaz de tratar enfermedades
que son particularmente temidas por la gente y para las cuales la
medicina no posee todavía los métodos terapéuticos más eficientes
(Enciclopedia Lusobrasileña de culturas, 1977).
La actividad del curandero puede ser muy variada e inusual. Su
conexión con los clientes no es tan próxima como la que tiene
habitualmente el chamán. Se dan más en el medio rural que en el
urbano.
El chamán podría ser considerado como un tipo de curandero, pero
todos los curanderos no serían chamanes.
D) El mago y el chamán
Producir el sentimiento de lo extra-ordinario, romper con rutinas de
la vida, intervenir sobre el espacio y el tiempo son atribuciones
que comparten.
El mundo de lo mágico ha sido en ocasiones caracterizado por una
intensificación de la actividad o por conocimiento concreto
obtenidos a través de medios extraordinarios. Puede ser clasificado
como objetivo, cuando sus resultados finales pueden de alguna manera
cuantificarse. Y subjetivos cuando los resultados son imaginarios o
no contrastables (Ouspensky, 1944).
Para Nevill Drury, los chamanes son los curadores físicos y
espirituales en las culturas aborígenes de todo el mundo. Los magos
son su imagen en el espejo de las tradiciones culturales del mundo
de hoy. Destaca los paralelos existentes entre el chamanismo y el
ocultismo.
El mago que hoy conocemos a través de los medios de comunicación
(TV, cine, circo, etc.) puede suscitar el mismo asombro que el
chamán, y acaso pueda remontar hacia él sus orígenes. Sin embargo,
carece de la proyección sanadora que es esencial al chamanismo.