de "3a Vía - Pagina
de Paleoastronáutica"
Si hasta ahora no nos ha quedado nada claro el cuándo, cómo y quién
construyó la Gran Pirámide, el tratar de hablar de para qué uso se destinó,
resulta totalmente gratuito por faltarnos las referencias suficientes que
nos puedan dar alguna pista medianamente fiable. Existe una larga lista de
posibles aplicaciones, aunque la que prevalece, como no podía ser de otra
manera, es la de su utilización como monumento funerario o como teoría más
atrevida entre los círculos oficiales, la de
Para investigadores como Pedro Guirao, la Gran Pirámide fue diseñada
según los principios de la Geometría Hermética de Hermes-Toth.
Constaría de una parte energética positiva y de otra negativa para
facilitar la comunicación entre nuestra dimensión y otras.
|
estar destinada a ritos y
celebraciones religiosas de carácter especial.
A nosotros particularmente se nos antoja un tanto difícil y extraño,
el paso de una pomposa comitiva de sacerdotes medio arrastras por
los tortuosos pasajes y galerías que recorren la Gran Pirámide,
pasillos de un metro de ancho y poco más de altura, no resultan los
más apropiados para ningún tipo de rito o celebración.
Incluso el
paso del difunto faraón por estos exiguos corredores se aproxima más
a una película de los hermanos Marx que a cualquier ceremonia que
podamos imaginarnos, pongamos por ejemplo, en el grandioso Templo de Karnak.
Con la técnica y perfección demostrada por los arquitectos egipcios,
¿qué más les hubiera dado hacer las galerías de mayor tamaño, más
acordes con la grandeza de su faraón o de los dioses a los que
adoraban?.
Nada de lo realizado en la Gran Pirámide parece escapar a un diseño
premeditado por parte de sus constructores. Alineaciones y medidas
parecen estar milimétricamente dispuestas, obedeciendo a un plan
maestro totalmente desconocido para nosotros.
Si los antiguos
egipcios eran capaces de mover moles de 800 toneladas, ¿qué
dificultad habrían tenido en hacer pasajes más holgados y solemnes
para el paso de sus comitivas funerarias o religiosas?. ¿Por qué la
Gran Galería tiene una altura desproporcionada respecto al resto de
los pasajes?.
Y LOS MUERTOS, ¿DÓNDE ESTÁN?
Esta pregunta nos la tenemos que plantear por la sencilla razón de que jamás
se ha encontrado ningún difunto en el interior de una Pirámide. La solución
a esta incógnita ha sido siempre resuelta culpando a los ladrones de tumbas,
que no sólo robaban las joyas y demás riquezas, sino que extraían el cadáver
para ultrajar su memoria.
Esta teoría no deja de tener gran parte de lógica. Son muchos los años
transcurridos para haber dado la oportunidad a diferentes generaciones de
ladrones y saqueadores de barrer con todas las riquezas depositadas en el
interior de tumbas y pirámides. Ahora bien, como toda teoría tiene un pero.
Al igual que ha habido tumbas que han sido descubiertas intactas, sin señal
alguna de saqueo, como sería el famoso caso de la Tumba de Tutankhamón en el
Valle de los Reyes, también han aparecido pirámides en las mismas
condiciones de inviolabilidad.
Para otros investigadores, como es el caso de Alan F. Alford, la
Gran
Pirámide no es más que un gigantesco generador energético a modo de central
nuclear.
SEKHEMJET, OTRA PIEZA QUE NO ENCAJA
Sekhemjet, fue uno de los últimos faraones de la III Dinastía, que
siguiendo la moda impuesta por Zoser, hizo construir su pirámide en
la necrópolis de Sakkara, allá por el año 2.600 a.C. Se desconoce
exactamente si llegó a finalizar la estructura completa de la
pirámide o bien si ésta fue reutilizada posteriormente por sus
sucesores, sirviendo sus bloques para nuevas construcciones.
El caso
es que la cámara funeraria subterránea quedó en el más completo de
los olvidos durante miles de años hasta que
Sarcófago de Sekhemjet |
en 1.951, el arqueólogo
Zakaria Goneim descubrió entre los cascotes de la pirámide, la
puerta de entrada. Para poder acceder a la cámara funeraria, fueron
necesarios casi tres años de limpiezas de escombros acumulados en el
corredor de bajada, lo que nos dará una idea de la dificultad que
hubieran encontrado posibles ladrones.
La flor y nata de la egiptología, política, medios de comunicación y
curiosos, se dieron cita el día 8 de marzo de 1.954, para poder ver
por fin el cadáver de un faraón en el interior de una pirámide, la
prueba definitiva con la que callar de una vez por todas a aquellos
"intrusos" y "alucinados", que habían osado poner en duda las
afirmaciones de la egiptología oficial.
El mismísimo señor Ministro de Cultura de Egipto, tuvo el honor de dar el
último mazazo sobre el muro que daba acceso a la cámara funeraria, donde se
encontró un imponente sarcófago de alabastro rodeado de joyas y otros restos
del ajuar funerario, y un sorprendente ramo de flores, que aún marchitas
por el paso de miles de años, yacían sobre la parte superior del féretro.
El
perfecto estado del sarcófago, realizado en un sola pieza de un gran grosor,
con una puerta corredera, provoco retrasar la operación de apertura de éste,
hasta el 26 de julio. Este retraso aumentó más el interés entre los medios
de comunicación y la opinión pública, que siguieron expectantes el gran
acontecimiento.
En el día señalado, los más modernos equipos de conservación para recibir a
tan importante invitado de 4.600 años de antigüedad, se quedaron mudos de
sorpresa cuando el propio Zakaria Goneim, tras introducir su cabeza en el
interior del sarcófago, aseguraba desconsolado que, no había nada ni nadie
en el interior del féretro. Posteriores análisis químicos reafirmaron
categóricamente la total ausencia de restos orgánicos. Entonces..., ¿dónde
estaba el muerto?.
Y de nuevo volvemos al terreno de la especulación (¿cuántas veces van ya?),
al tratar de averiguar el verdadero uso de las pirámides, y más
concretamente el de la Gran Pirámide.
A menudo se asegura (no deja de ser una huida hacia adelante) que las
pirámides sólo eran las tumbas de las almas de los difuntos faraones, y que
sus cuerpos eran depositados en otro lugar. Parece que el sentido pragmático
de los antiguos egipcios era totalmente nulo, y que el sustento diario les
venía regalado del cielo, porque sino, no se entiende una tumba de 2.500.000
de bloques de piedra, y la ruina de un estado y toda una dinastía real como
una y otra vez nos aseguran que sucedió con la locura de Keops y compañía.
CONCLUSIONES
Tumba, templo, biblioteca en clave del saber humano, reactor nuclear, baliza
para naves espaciales, generador de energías desconocidas o simple montón de
piedras producto de la locura del hombre, la Gran Pirámide, sea cual sea su
función o funciones sigue constituyendo uno de los enigmas de mayor
envergadura al que el hombre se puede enfrentar. Lo es ahora y lo fue
también en tiempos de Heródoto, Diodoro de Sicilia o Napoleón.
Su inmensa figura recortada por el cielo de la meseta de Giza, desafía la
lógica humana y se burla siglo tras siglo de todas las conclusiones
precipitadas de aquellos que tratan de amoldar sus formas e historia a su
conveniencia, conocimientos y prejuicios de cada época.
Y nosotros..., ¿no nos mojamos?, ¿no damos nuestra opinión?, ¿preferimos
seguir criticando a diestro y siniestro sin aventurarnos a formalizar una
teoría como el que más?.
Sólo podemos asegurar:
-
Que existen suficientes indicios que señalan a la
Gran
Pirámide, como la primera y más antigua pirámide de Egipto.
-
Que Keops no
fue
su constructor, por lo que su datación en la IV Dinastía es totalmente
errónea.
-
Que su diseño, al igual que otros monumentos asociados al Antiguo
Imperio, nada tienen que ver con el resto de los existentes en Egipto, y que
denuncian el uso de unos conocimientos y una tecnología, que nos llevan a
sospechar cualquiera de los tres siguientes puntos, y que son parte de la
filosofía de organizaciones como la Ancient Astronaut Society, fundada a
mediados de los años setenta por Gene M. Phillips:
A-. Existió en la
antigüedad una civilización totalmente desconocida para nosotros, con un
alto desarrollo cultural y tecnológico. B-. Hace miles de años, la Tierra fue visitada por alguna
civilización exterior a nuestro planeta. Su paso dejo huella en
distintas civilizaciones antiguas en forma de tecnología y conocimientos
que fueron involucionando progresivamente, tras la marcha de estos
visitantes. C-. La combinación de ambos puntos anteriores.
El uso y la utilización de la Gran Pirámide, vendrían pues determinados por
las necesidades de esta civilización desconocida y que nuestra lógica,
factor determinante para la creación de nuestros parámetros técnicos y
culturales de enjuiciamiento, no son capaces de asimilar.
Creemos pues, que sólo una revisión en toda regla de nuestra historia y de
sus enclaves arqueológicos más importantes, serían capaces de arrojar algo
de luz a nuestro pasado, y por qué no, también a nuestro futuro.
Sabemos que por infinidad de lastres religiosos, políticos, económicos y
demás intereses que nuestra sociedad mantiene, hoy por hoy, cualquier
tentativa revisionista, no deja de ser más que una utopía.
TRES CLASES HAY DE IGNORANCIA:
NO SABER LO QUE DEBIERA SABERSE,
SABER MAL LO QUE SE SABE,
Y SABER LO QUE NO DEBIERA DE SABERSE.
|