Introducción
El Libro de Enoc
ha sido traducido al castellano
desde dos versiones inglesas, editadas por Robert H. Charles y
Hedley F. Sparks, y desde la versión francesa de François
Martin; las tres a su vez traducidas de los manuscritos etíopes,
cotejados con manuscritos griegos; corregidas además estas versiones
de acuerdo con los manuscritos arameos de Qumrân (4QEn -
4QEnastr), editados por Josef T. Milik, traducidos al
castellano por Florentino García M.
Los versículos y apartes incluidos [entre paréntesis]
muy probablemente no forman parte del libro, especialmente el
"Capítulo 108", que expresamente declara ser el comienzo de
otro libro. Sin embargo, se encuentran en varios manuscritos etíopes o
griegos, por lo que han sido incluidos en esta traducción para que los
lectores formen su propio criterio al respecto.
En el respectivo versículo, se citan adicionalmente (referencias a)
otros libros.
Los primeros cristianos tuvieron gran aprecio por el Libro de
Enoc, como lo atestiguan las epístolas canónicas de Judas (6 y
14-16) y 2 Pedro (2:4), así como la no canónica de Bernabé y los
escritos de Justino Mártir (100-165), Atenágoras (170);
Tatiano (110-172); Irineo, Obispo de Lyon (115-185); Clemente
de Alejandría (150-220); Tertuliano (160-230); Lactantio
(260-325) y además los de Metodio de Filipo, Minucius Felix,
Comodiano y Prisciliano (m. 385).
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Capítulo 1
1 Palabras de bendición con las que bendijo Enoc a los elegidos justos
que vivirán en el día de la tribulación, cuando serán rechazados todos
los malvados e impíos, mientras los justos serán salvados.
2 Enoc, hombre justo a quien le fue revelada una visión del Santo y
del cielo pronunció su oráculo y dijo: la visión del Santo de los
cielos me fue revelada y oí todas las palabras de los Vigilantes y de
los Santos y porque las escuché he aprendido todo de ellos y he
comprendido que no hablaré para esta generación sino para una lejana
que está por venir.
3 Es acerca de los elegidos que hablo y a causa de ellos que pronuncio
mi oráculo: el Único Gran Santo vendrá desde su morada
4 El Dios eterno andará sobre la tierra, sobre el monte Sinaí
aparecerá con su gran ejército y surgirá en la fuerza de su poder
desde los alto de los cielos.
5 Y todos los Vigilantes temblarán y serán castigados en lugares
secretos y todas las extremidades de la tierra se resquebrajarán y el
temor y un gran temblor se apoderarán de ellos hasta los confines de
la tierra.
(St 2:19)
6 La altas montañas se resquebrajarán y derrumbarán y las colinas se
rebajarán y fundirán, como la cera ante la llama.
7 Y la tierra se dividirá y todo lo que está sobre la tierra perecerá
y habrá un juicio sobre todos.
8 Pero con los justos Él hará la paz y protegerá a los elegidos y
sobre ellos recaerá la clemencia y todos ellos pertenecerán a Dios,
serán dichosos y benditos, los ayudará a todos y para ellos brillará
la luz de Dios.
(4Es 2:35)
9 Mirad que Él viene con una multitud de sus santos, para ejecutar el
juicio sobre todos y aniquilará a los impíos y castigará a toda carne
por todas sus obras impías, las cuales ellos han perversamente
cometido y de todas las palabras altaneras y duras que los malvados
pecadores han hablado contra Él.
(Dt 33:2; Judas 14-15)
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Capítulo 2
1 Observad todas las cosas que ocurren en el cielo, cómo las
luminarias del cielo no cambian su ruta en las posiciones de sus luces
y cómo todas nacen y se ponen , ordenadas cada una según su estación y
no desobedecen su orden.(Ac 17:26,25)
2 Mirad la tierra y presta atención a sus obras, desde el principio
hasta el fin, cómo ninguna obra de Dios sobre la tierra cambia, y
todas son visibles para vosotros.
3 Ved las señales del verano y las señales del invierno, cómo la
tierra entera se llena de agua y las nubes rocían la lluvia sobre
ella.
(Mt 16:3; LC 12:54-57)
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Capítulo 3
1 Observad y ved cómo todos los árboles se secan y cae todo su
follaje; excepto catorce árboles cuyo follaje permanece y esperan con
todas sus hojas viejas hasta que vengan nuevas tras dos o tres años.
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Capítulo 4
1 Y otra vez observad las señales del verano, cómo en Él el sol quema
y rescalda y entonces sobre la superficie ardiente de la tierra
buscáis sombra y refugio del ardor del sol, sin encontrar forma de
marchar ni por el suelo y ni por las rocas, a causa del calor.
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Capítulo 5
1 Observad y ved todos los árboles, cómo en todos ellos despuntan las
hojas verdes y los cubren y todos sus frutos son para adorno y gloria,
Ensalzad y considerad todo estas obras y sabed cómo el Dios vivo, el
que vive eternamente, Él ha hecho todas esas cosas.
2 Cómo todas sus obras prosiguen de año en año hasta siempre y todas
le obedecen sin alteraciones y todo pasa como Dios lo ha estatuido.
3 [Y ved como los mares y los ríos de igual forma cumplen y no cambian
sus tareas, según los mandamientos de Él.]
4 Pero, vosotros cambiáis sus tareas y no cumplís su palabra y en
cambio la habéis transgredido y habéis ultrajado su grandeza con
palabras altaneras e hirientes de vuestra boca impura. Duros de
corazón, ¡no habrá paz para vosotros!
5 Por ello maldeciréis vuestros días y los años de vuestra vida se
perderán; pero los años de vuestra destrucción se multiplicarán como
una maldición eterna, y no habrá misericordia ni paz para vosotros.
6 En esos días vuestros nombres significarán maldición eterna para
todos los justos y en vosotros serán malditos todos los malditos y por
vosotros jurarán todos los pecadores y malvados.
7 Para los elegidos habrá luz, alegría y paz y heredarán la tierra,
pero para vosotros impíos habrá maldición.
(Sal 37:11; Mt 5:4)
8 Y entonces la sabiduría se dará a los elegidos y vivirán todos, y no
pecarán más ni por olvido ni por orgullo, sino que en cambio los que
sean sabios serán humildes
9 No transgredirán más ni pecarán el resto de su vida, ni morirán por
el castigo o por la ira divina, sino que completarán el número de los
días de su vida. Su vida será aumentada en paz y sus años de regocijo
serán multiplicados en eterna alegría y paz por todos los días de su
vida.
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Capítulo 6
1 Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos
de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas;
2 y los Vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se
dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas
de los hombres y engendremos hijos".
(Gn 6:1-4)
3 Entonces Shemihaza que era su jefe, les dijo: "Temo que no queráis
cumplir con esta acción y sea yo el único responsable de un gran
pecado".
4 Pero ellos le respondieron: "Hagamos todos un juramento y
comprometámonos todos bajo un anatema a no retroceder en este proyecto
hasta ejecutarlo realmente".
5 Entonces todos juraron unidos y se comprometieron al respecto los
unos con los otros, bajo anatema.
6 Y eran en total doscientos los que descendieron sobre la cima del
monte que llamaron "Hermon", porque sobre él habían jurado y se habían
comprometido mutuamente bajo anatema.
7 Estos son los nombres de sus jefes: Shemihaza, quien era el
principal y en orden con relación a él, Ar'taqof, Rama'el, Kokab'el,
-'el, Ra'ma'el, Dani'el, Zeq'el, Baraq'el, 'Asa'el, Harmoni, Matra'el,
'Anan'el, Sato'el, Shamsi'el, Sahari'el, Tumi'el, Turi'el, Yomi'el, y
Yehadi'el.
8 Estos son los jefes de decena.
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Capítulo 7
1 Todos y sus jefes tomaron para sí mujeres y cada uno escogió entre
todas y comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a
enseñarles la brujería, la magia y el corte de raíces y a enseñarles
sobre las plantas.
2 Quedaron embarazadas de ellos y parieron gigantes de unos tres mil
codos de altura que nacieron sobre la tierra y conforme a su niñez
crecieron;
3 y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que
los humanos ya no lograban abastecerles.
4 Entonces, los gigantes se volvieron contra los humanos para matarlos
y devorarlos;
(Sal 14:4; Mi 3:3)
5 y empezaron a pecar contra todos los pájaros del cielo y contra
todas las bestias de la tierra, contra los reptiles y contra los peces
del mar y se devoraban los unos la carne de los otros y bebían sangre.
(Jr 12:4)
6 Entonces la tierra acusó a los impíos por todo lo que se había hecho
en ella.
(Gn 6:5-11,13; Ap 12:16)
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Capítulo 8
1 Y 'Asa'el enseñó a los hombres a fabricar espadas de hierro y
corazas de cobre y les mostró cómo se extrae y se trabaja el oro hasta
dejarlo listo y en lo que respecta a la plata a repujarla para
brazaletes y otros adornos. A las mujeres les enseñó sobre el
antimonio, el maquillaje de los ojos, las piedras preciosas y las
tinturas
2 Y entonces creció la mucho impiedad y ellos tomaron los caminos
equivocados y llegaron a corromperse en todas las formas.
3 Shemihaza enseñó encantamientos y a cortar raíces ; Hermoni a romper
hechizos , brujería, magia y habilidades afines; Baraq'el los signos
de los rayos; Kokab'el los presagios de las estrellas; Zeq'el los de
los relámpagos; -'el enseñó los significados; Ar'taqof enseñó las
señales de la tierra; Shamsi'el los presagios del sol; y Sahari'el los
de la luna, y todos comenzaron a revelar secretos a sus esposas.
4 Como parte de los hombres estaban siendo aniquilados, su grito subía
hasta el cielo.
(Ex 3:7-9)
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Capítulo 9
1 Entonces Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel observaron la tierra desde
el santuario de los cielos y vieron mucha sangre derramada sobre la
tierra y estaba toda llena de la injusticia y de la violencia que se
cometía sobre ella.
2 Considerando esto, los cuatro fueron y se dijeron: "el grito y el
lamento por la destrucción de los hijos de la tierra sube hasta las
puertas del cielo".
3 Y dijeron a los santos del cielo: "Es ahora a vosotros a quienes las
almas de los hijos de los hombres suplican diciendo 'llevad nuestra
causa ante el Altísimo, nuestra destrucción ante la gloria majestuosa
y ante el Señor de todos los señores' en cuanto a majestad".
4 Y Rafael, Miguel, Sariel y Gabriel dijeron al Señor del mundo: "Tú
eres nuestro gran Señor, el Señor del mundo, el Dios de dioses, el
Señor de señores y el Rey de reyes; los cielos son el trono de tu
gloria por todas las generaciones que existen desde siempre; toda la
tierra es el escabel ante ti para siempre, y tu nombre es grande,
santo y bendito por toda la eternidad.
5 "Eres tú quien todo lo ha creado y en ti reside el poder sobre todas
las cosas; todo es descubierto en toda su desnudez ante ti; tú lo ves
todo y nada se te puede esconder.
(1Cr 29:10-12, Hb4:13)
6 "Tú has visto lo que ha hecho 'Asa'el, como ha enseñado toda
injusticia sobre la tierra y revelado los secretos eternos que se
cumplen en los cielos;
7 y lo que ha enseñado a los humanos Shemihaza, al que tú habías dado
la facultad de gobernar sobre sus compañeros.
8 "Ellos han ido hacia las hijas de los hombres y se han acostado con
ellas y se han profanado a sí mismos descubriéndoles todo pecado.
9 "Luego, estas mujeres han parido en el mundo gigantes, por lo que la
tierra se ha llenado de sangre e injusticia.
(Gn 6:4,5,11)
10 "Y ahora mira que las almas de los que han muerto gritan y se
lamentan hasta las puertas del cielo y su gemido ha subido y no puede
cesar debido a la injusticia que se comete en la tierra.
(Ap 6:10)
11 "Pero tú que conoces todas las cosas antes de que sucedan, tú que
sabes aquello, tú los toleras y no nos dices qué debemos hacerles al
observar eso".
(Ha 1:2-4)
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Capítulo 10
1 Entonces el Altísimo, Grande y Santo habló y envió a Sariel al hijo
de Lamec.
2 Y le dijo: "Ve hacia Noé y dile en mi nombre, 'escóndete'; y
revélale la consumación que viene, pues la tierra entera va a perecer,
un diluvio está por venir sobre toda la tierra y todo lo que se
encuentre sobre ella perecerá.
3 "En seguida enseña al Justo, al hijo de Lamec, lo que debe hacer
para preservar su alma para la vida y escapar definitivamente, pues
por él será sembrada una planta y serán establecidas todas las
generaciones".
4 Y además, el Señor le dijo a Rafael: "Encadena a 'Asa'el de pies y
manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que está en Dudael
y arrójalo en él;
5 bota sobre él piedras ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas,
déjalo allí eternamente sin que pueda ver la luz,
6 y en el gran día del Juicio que sea arrojado al fuego.
7 "Después, sana la tierra que los Vigilantes han corrompido y anuncia
su curación, a fin de que se sanen de la plaga y que todos los hijos
de los hombres no se pierdan debido al misterio que los Vigilantes
descubrieron y han enseñado a sus hijos.
(Jl 2:22)
8 "Toda la tierra ha sido corrompida por medio de las obras que fueron
enseñadas por 'Asa'el, impútale entonces todo pecado".
9 Y el Señor dijo a Gabriel: "Procede contra los bastardos y réprobos
hijos de la fornicación y haz desaparecer a los hijos de los
Vigilantes de entre los humanos y hazlos entrar en una guerra de
destrucción, pues no habrá para ellos muchos días.
10 "Ninguna petición en su favor será concedida, pues esperan vivir
una vida eterna o que cada uno viva quinientos años.
11 Y a Miguel le dijo el Señor: ve y anuncia a Shemihaza y a todos sus
cómplices que se unieron con mujeres y se contaminaron con ellas en su
impureza,
12 ¡que sus hijos perecerán y ellos verán la destrucción de sus
queridos! Encadénalos durante setenta generaciones en los valles de la
tierra hasta el gran día de su juicio.
(2P 2:4; Judas 6)
13 "En esos días se les llevará al abismo de fuego, a los tormentos y
al encierro en la prisión eterna.
(Ap 20:10)
14 "Todo el que sea condenado, estará perdido de ahí en adelante y
será encadenado con ellos hasta la destrucción de su generación. Y en
la época del juicio que yo juzgaré, perecerán por todas las
generaciones.
15 "Destruye todos los espíritus de los bastardos y de los hijos de
los Vigilantes porque han hecho obrar mal a los humanos.
16 "Destruye la opresión de la faz de la tierra, haz perecer toda obra
de impiedad y haz que aparezca la planta de justicia; ella será una
bendición y las obras de los justos serán plantadas en alegría para
siempre.
17 "En ese tiempo todos los justos escaparán y vivirán hasta que
engendren millares. Todos los días de vuestra juventud y vuestra vejez
se completarán en paz.
18 "Entonces toda la tierra será cultivada en justicia y toda ella
será plantada de árboles y llena de bendición.
19 "Todos los árboles de la tierra que deseen serán plantados en ella
y sembrarán allí viñas y cada una de ellas producirá mil jarras de
vino y cada semilla producirá mil medidas por una, y una medida de
aceitunas producirá diez lagares de aceite.
20 "Y limpia tú la tierra de toda opresión, de toda violencia, de todo
pecado, de toda impiedad y de toda maldad que ocurre en ella y hazles
desaparecer de la tierra.
21 "Y todos los hijos de los hombres llegarán a ser justos y todas las
naciones me adorarán, se dirigirán en oración a mí y me alabarán.
22 "Y la tierra estará limpia de toda corrupción, de todo pecado, de
todo castigo y de todo dolor y yo no enviaré más plagas sobre la
tierra, hasta las generaciones de las generaciones ni por toda la
eternidad.
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Capítulo 11
1 "Y en esos días abriré los tesoros de bendición que están en el
cielo, para hacerlos descender sobre la tierra, sobre las obras y el
trabajo de los hijos de los hombres
2 "Y la paz y la verdad estarán unidas todos los días del mundo y por
todas las generaciones
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Capítulo 12
1 Ante esos sucesos Enoc había sido ocultado y no había ningún humano
que supiera dónde fue escondido ni dónde están ni qué le sucedió.
(Gn 5:24; Si 44:16; Sb 4:10,11; Hb 11:5)
2 El hacía todas sus acciones con los Vigilantes y pasaba sus días con
los santos.
3 Así, yo Enoc estaba comenzando a bendecir al Señor de majestad, al
Rey de los tiempos, y he aquí que el Vigilante del gran Santo me llamó
a mí, Enoc el escribiente y me dijo:
4 "Enoc, escriba de justicia, ve a los Vigilantes del cielo que han
abandonado las alturas del cielo, el eterno lugar santo y que se han
contaminado con las mujeres haciendo como hacen los hijos de los
hombres, y han tomado mujeres y han forjado una gran obra de
corrupción sobre la tierra, y hazles saber
5 que no habrá para ellos paz ni redención de su pecado.
6 "Y así como gozaron a causa de sus hijos ellos verán la muerte de
sus bienamados y llorarán por la pérdida de sus hijos y suplicarán
eternamente, pero no habrá para ellos misericordia ni paz".
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Capítulo 13
1 Luego, Enoc se fue y le dijo a 'Asa'el: "No habrá paz para ti,
contra ti ha sido pronunciado un gran juicio para encadenarte.
2 "No habrá para ti ni tregua ni intercesión, porque has enseñado la
injusticia y a causa de todas las obras de impiedad, violencia y
pecado que has enseñado a los humanos.
3 Y avanzando les hablé a todos ellos y todos temieron y se espantaron
y el temblor se apoderó de ellos.
4 Me suplicaron que elevara una petición por ellos para que pudieran
encontrar perdón por sus pecados y que la leyera en presencia del
Señor del cielo.
5 Porque desde entonces ellos no pueden hablar a Dios ni levantar sus
ojos al cielo, debido a la vergüenza por los crímenes por los cuales
fueron condenados.
6 Entonces escribí su oración con todas sus peticiones por sus almas y
por cada una de sus obras y por lo que suplicaban todos, que hubiera
para ellos perdón y larga vida.
7 Fui y me senté junto a las aguas de Dan, en la tierra de Dan, al sur
del Hermonín, a su lado occidental y estuve leyendo el libro donde
anoté sus peticiones, hasta que me dormí.
8 He aquí que me vinieron sueños y cayeron sobre mí visiones hasta que
levanté mis párpados a las puertas del palacio del cielo y vi una
visión del rigor del castigo. Y vino una voz y me dijo: "Habla a los
hijos del cielo para reprenderles".
9 Cuando desperté fui a ellos. Todos estaban reunidos juntos y
sentados llorando, en la Fuente del Llanto que está entre el Líbano y
Senir, con los rostros cubiertos.
10 Conté delante de ellos todas las visiones que había visto en sueños
y me puse a hablar con palabras de justicia y de visión y a reprender
a los Vigilantes celestiales.
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Capítulo 14
1 Este es el libro de las palabras de la verdad y de la reprensión de
los Vigilantes que existen desde siempre según lo ordenó el Gran Santo
en el sueño que tuve.
2 En esta visión vi en mi sueño lo que digo ahora con la lengua de
carne, con el aliento de mi boca, que el Grande ha dado a los humanos
para que hablen con ella y para que comprendan en el corazón. Así como
Dios ha creado y destinado a los hijos de los hombres para que
entiendan las palabras de conocimiento, así me ha creado, hecho y
destinado a mí para que reprenda a los Vigilantes, a los hijos del
cielo.
3 Vigilantes: yo escribí vuestra petición y en una visión se me reveló
que no será concedida nunca y que habrá juicio por decisión y decreto
contra vosotros,
4 que a partir de ahora no volveréis al cielo y por todas las épocas
no subiréis,
5 porque ha sido decretada la sentencia para encadenaros en las
prisiones de la tierra por toda la eternidad.
6 Pero antes veréis que todos vuestros seres queridos irán a la
destrucción con todos sus hijos y las riquezas de tus seres queridos y
de sus hijos no las disfrutaréis y ellos caerán en vuestra presencia
por la espada de destrucción.
7 Pues vuestra petición por ellos ni la petición por vosotros serán
concedidas. Continuaréis pidiendo y suplicando y mientras lloráis no
pronunciéis ni una palabra del texto que he escrito.
8 Esto me fue revelado en la visión: He aquí que las nubes me
llamaban, la neblina me gritaba y los relámpagos y truenos me
apremiaban y me despedían y en la visión los vientos me hacían volar,
me levantaban en lo alto, me llevaban y me entraban en los cielos.
9 Entré en ellos hasta que llegué al muro de un edificio construido
con piedras de granizo, rodeado y cercado completamente con lenguas de
fuego que comenzaron a asustarme.
(Ac 2:3)
10 Entré por esas lenguas de fuego hasta que llegué a una casa grande
construida con piedras de granizo cuyos muros. eran como planchas de
piedra; todas ellas eran de nieve y su suelo estaba hecho de nieve
11 Su techo era como relámpagos y trueno y entre ellos querubines de
fuego y su cielo era de agua.
12 Un fuego ardiente rodeaba todos sus muros cercándolos por completo
y las puertas eran de fuego ardiente.
13 Entré en esta casa que era caliente como fuego y fría como nieve.
No había en ella ninguno de los placeres de la vida. Me consumió el
miedo y el temblor se apoderó de mí.
14 Tiritando y temblando caí sobre mi rostro y se me reveló una
visión:
15 He aquí que vi una puerta que se abría delante de mí y otra casa
que era más grande que la anterior, construida toda con lenguas de
fuego.
16 Toda ella era superior a la otra en esplendor, gloria y majestad,
tanto que no puedo describiros su esplendor y majestad.
17 Su piso era de fuego y su parte superior de truenos y relámpagos y
su techo de fuego ardiente.
18 Me fue revelada y vi en ella un trono elevado cuyo aspecto era el
del cristal y cuyo contorno era como el sol brillante y tuve visión de
querubín.
19 Por encima del trono salían ríos de fuego ardiente y yo no resistía
mirar hacia allá.
20 La Gran Gloria tenía sede en el trono y su vestido lucía más
brillante que el sol y más blanco que cualquier nieve;
21 ningún ángel podía entrar verle la cara debido a la magnífica
Gloria y ningún ser de carne podía mirarlo.
22 Un fuego ardiente le rodeaba y un gran fuego se levantaba ante Él.
Ninguno de los que le rodeaba podía acercársele y multitudes y
multitudes estaban de pie ante Él y Él no necesitaba consejeros.
23 Y las santidades de los santos que estaban cerca de Él no se
alejaban durante la noche ni se separaban de Él.
24 Yo hasta este momento estaba postrado sobre mi rostro, temblando y
el Señor por su propia boca me llamó y me dijo: "Ven aquí Enoc y
escucha mi Palabra".
25 Y vino a mí uno de los santos, me despertó, me hizo levantar y
acercarme a la puerta e incliné hacia abajo mi cabeza.
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Capítulo 15
1 Y él me correspondió y me habló y yo oí su voz: "No temas Enoc,
hombre de justo, escriba de justicia; acércate y escucha mi voz.
2 "Ve y dile a los Vigilantes del cielo que te han enviado a suplicar
por ellos: 'A vosotros corresponde interceder por los humanos y no a
los humanos por vosotros'.
3 '¿Por qué habéis abandonando el cielo alto, santo y eterno, os
habéis acostado con mujeres y profanado a vosotros mismos con las
hijas de los hombres y tomado esposas como los hijos de la tierra y
habéis engendrado hijos gigantes?.
4 'Vosotros que fuisteis santos espirituales viviendo una vida eterna
os habéis manchado con la sangre de las mujeres y habéis engendrado
con la sangre de la carne y como los hijos del hombre habéis deseado
después carne y sangre como aquellos que mueren y perecen' .
5 "Por eso yo les he dado a ellos mujeres para que las fecunden y
engendren hijos por ellas y para que así no falten ellos sobre la
tierra."
6 'En cuanto a vosotros, fuisteis primero espirituales, viviendo una
vida eterna, inmortal por todas las generaciones del mundo;
7 por ello no se os han atribuido mujeres, pues la morada de los
espíritus del cielo es el cielo' .
8 "Y ahora, los gigantes que han nacido de los espíritus y de la
carne, serán llamados en la tierra espíritus malignos y sobre la
tierra estará su morada.
9 "Los espíritus malos proceden de sus cuerpos, porque han nacido de
humanos y de los santos Vigilantes es su comienzo y origen primordial.
Estarán los espíritus malos sobre la tierra y serán llamados espíritus
malos.
10 "Los espíritus del cielo tienen su casa en el cielo y los espíritus
de la tierra que fueron engendrados sobre la tierra tienen su casa en
la tierra.
11 "Y los espíritus de los gigantes, de los Nefilim, que afligen,
oprimen, invaden, combaten y destruyen sobre la tierra y causan
penalidades, ellos aunque no comen tienen hambre y sed y causan daños.
12 "estos espíritus se levantarán contra los hijos de los hombre y
contra las mujeres porque de ellos proceden.
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Capítulo 16
1 "Después de la muerte de los gigantes cuando los espíritus han
salidos de su cuerpo, su carne será destruida antes del juicio. Serán
así destruidos hasta el día de la gran consumación, del gran juicio en
el cual el tiempo terminará para los Vigilantes e impíos y seréis
totalmente consumados.
2 "Y ahora, a los Vigilantes, que te han enviado a suplicar por ellos,
que en otra época habitaban en el cielo, diles:
3 'Vosotros estabais en el cielo pero todos los misterios no se os
habían revelado. No habéis conocido sino un misterio indigno y en el
endurecimiento de vuestro corazón lo habéis comunicado a las mujeres y
por ese misterio ellas y los hombres han multiplicado el mal sobre la
tierra' .
4 "Diles pues: 'No tendréis paz'".
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Capítulo 17
1 Después me llevaron a un sitio cuyos habitantes son como el fuego
ardiente, pero cuando desean aparecen como humanos.
2 Me llevaron a la casa de la tempestad, sobre una montaña cuya cima
tocaba el cielo,
3 y vi las mansiones de las luminarias y los tesoros de las estrellas
y del trueno, en los extremos del abismo donde están el arco de fuego,
sus flechas y carcaj, la espada de fuego y todos los relámpagos.
4 Luego me llevaron hasta las aguas de vida y hasta el fuego del
occidente, el que recogió todas las puestas de sol.
5 Llegué hasta un río de fuego cuyas llamas corren como agua y
desemboca en el gran mar que esta al lado del poniente;
6 vi grandes ríos y llegué a una gran oscuridad y hasta donde ningún
ser carnal camina;
7 vi las montañas de las tinieblas de invierno y el sitio hacia donde
fluyen todas las aguas del abismo;
8 y vi la desembocadura de todos los ríos de la tierra y la
desembocadura del abismo.
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Capítulo 18
1 Vi los tesoros de los vientos y vi que con ellos Él ha adornado toda
la creación y los cimientos de la tierra;
2 y vi también la piedra angular de la tierra y los cuatro vientos que
sostienen la tierra y el firmamento;
3 vi como los vientos extienden el velo del cielo en lo alto y cómo
tienen su puesto entre el cielo y la tierra: son las columnas del
cielo;
4 vi los vientos que hacen girar y que conducen por las órbitas del
sol y de los astros en sus estancias;
5 vi los vientos que sostienen las nubes sobre la tierra; vi los
caminos de los ángeles; vi en los confines de la tierra el firmamento
en lo alto.
6 Después fui al sur y vi un sitio que ardía día y noche, en donde se
encontraban siete montañas de piedras preciosas, tres del lado
oriental y tres del lado del mediodía.
7 Así, entre las que estaban en el oriente, una era de piedra
multicolor, una de perlas, y la otra de piedras medicinales; y las que
estaban en el sur eran de piedra roja.
8 La del medio se elevaba hasta el cielo como el trono del Señor y la
parte alta del trono era de zafiro.
9 Yo vi un fuego ardiente, y más allá de esas montañas
10 está una región donde termina la gran tierra, y ahí culminan los
cielos.
11 Luego me fue mostrado un profundo abismo entre columnas de fuego
celeste, y vi en él columnas de fuego que descendían al fondo y cuya
altura y profundidad eran inconmensurables;
12 y más allá de este abismo vi un sitio sobre el cual no se extendía
el firmamento, bajo el cual no había tampoco cimientos de la tierra;
sobre el que no había ni agua ni pájaros, sino que era un lugar
desierto y terrible.
13 Allí vi siete estrellas parecidas a grandes montañas, que ardían, y
cuando pregunté sobre esto,
14 El ángel me dijo: "Este sitio es el final del cielo y de la tierra;
ha llegado a ser la prisión de las estrellas y de los poderes del
cielo.
15 "Las estrellas que ruedan sobre el fuego son las que han
transgredido el mandamiento del Señor, desde el comienzo de su
ascenso, porque no han llegado a su debido tiempo;
16 y Él se irritó contra ellas y las ha encadenado hasta el tiempo de
la consumación de su culpa para siempre, en el año del misterio".
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Capítulo 19
1 Después Sariel me dijo: " Aquí estarán los Vigilantes que se han
conectado por su propia cuenta con mujeres. Sus espíritus asumiendo
muy diversas apariencias se han corrompido y han descarriado a los
humanos para que sacrifiquen a demonios y dioses, hasta el día del
gran juicio, en que serán juzgados y encontrarán su final.
2 "En cuanto a sus mujeres, las que fueron seducidas por los
Vigilantes, se volverán sosegadas".
3 Yo Enoc, solo, he visto la visión, el final de todas las cosas y
ningún humano ha visto lo que yo he visto.
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Capítulo 20
1 He aquí los nombres de los santos ángeles que vigilan:
(Ap 8:2)
2 Uriel, uno de los santos ángeles, llamado el del trueno y el
temblor;
3 Rafael, otro de los santos ángeles, el de los espíritus de los
humanos;
(Tb 12:15)
4 Ra'u'el, otro de los santos ángeles, que se venga del mundo de las
luminarias;
5 Miguel, otro de los santos ángeles, encargados de la mejor parte del
la humanidad y del pueblo;
(Dn 10:13,21, 12:1; Judas 9; Ap 12:7)
6 Sariel, otro de los santos ángeles, encargado de los espíritus de
los hijos de los hombres que pecan en espíritu;
7 Gabriel; otro de los santos ángeles, encargado del paraíso, las
serpientes y los querubines;
(Dn 8:16, 9:21; Lc:1:19,26) (Gn 3:24; Ex 25:18-22; Ez 10:4-5)
8 Remeiel, otros de los santos ángeles, al que Dios ha encargado de
los resucitados.
(Mt 28:2,5; Mc 16:5)
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Capítulo 21
1 Después volví hasta donde todo era caótico;
2 y allá vi algo horrible: no vi ni cielo en lo alto ni tierra firme
fundamentada, sino un sitio informe y terrible.
3 Vi allí cuatro estrellas del cielo encadenadas que parecían grandes
montañas ardiendo como fuego.
4 Entonces pregunté: "¿Por qué pecado están encadenadas y por qué
motivo han sido arrojadas acá?".
5 Uriel el Vigilante y el Santo que estaba conmigo y me guiaba, me
dijo: "Enoc ¿por qué preguntas y te inquietas por la verdad?.
6 Esta cantidad de estrellas de los cielos son las que han
transgredido el mandamiento del Señor y han sido encadenadas aquí
hasta que pasen diez mil años, el tiempo impuesto según sus pecados.
7 Desde allí pasé a otro lugar más terrible que el anterior y vi algo
horrible: había allá un gran fuego ardiendo y flameando y el lugar
tenía grietas hasta el abismo, llenas de columnas descendentes de
fuego, pero no pude ver ni sus dimensiones ni su magnitud ni haría
conjeturas.
8 Entonces dije: "¡Qué espantoso y terrible es mirar este lugar!".
9 Contestándome, Uriel el Vigilante y el Santo, que estaba conmigo me
dijo: "Enoc ¿por qué estás tan atemorizado y espantado?". Le respondí:
"Es por este lugar terrible y por el espectáculo del sufrimiento"..
10 Y él me dijo: "Este sitio es la prisión de los ángeles y aquí
estarán prisioneros por siempre".
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Capítulo 22
1 Desde allí fui a otra parte, a una montaña de roca dura;
2 había ahí cuatro pozos profundos, anchos y muy lisos. Y dije: "¡Qué
lisos son estos huecos y qué profundos y oscuros se ven!".
3 En ese momento, Rafael el Vigilante y el Santo, que estaba conmigo,
me respondió diciendo:"Estas cavidades han sido creadas con el
siguiente propósito; que los espíritus de las almas de los muertos
puedan reunirse y que todas las almas de los hijos de los hombres se
reúnan ahí. Así pues esos son los pozos que les servirán de cárcel;
4 "Están hechos para tal cosa, hasta el día en que sean juzgados hasta
momento del gran juicio que se les hará el último día".
(Sal 68:19; Ef 4:9; 1P 3:19,20)
5 Vi allí al espíritu de un hombre muerto acusando, y su lamento subía
hasta el cielo, gritando y acusando.
6 Entonces pregunté a Rafael el Vigilante y el Santo, que estaba
conmigo: "¿De quién es este espíritu que está acusando que se queja de
tal modo que sube hasta el cielo gritando y acusando?".
7 Me respondió diciendo: "Este es el espíritu que salió de Abel, a
quien su hermano Caín asesinó; él lo acusa hasta que su semilla sea
eliminada de la faz de la tierra y su semilla desaparezca dl linaje de
los hombres".
8 Entonces pregunté observando todos los pozos: "¿Por qué están
separados unos de otros?"
9 Me respondió diciendo: "Esos tres han sido hechos para que los
espíritus de los muertos puedan estar separados. Así una división ha
sido hecha para los espíritus de los justos, en la cual brota una
fuente de agua viva.
(Jn 4:14, 7:38)
10 "Y así ha sido hecha ésta para los pecadores cuando mueren y son
sepultados y no se ha ejecutado juicio contra ellos en vida.
11 "Aquí sus espíritus serán colocados aparte, para esta gran pena,
hasta el día del gran juicio y castigados y atormentados para siempre
quienes merecen tal retribución por sus espíritus.
12 "Esta división ha sido separada para quienes presentan su queja y
denuncian su destrucción cuando fueron asesinados en los días de los
pecadores.
13 También ha sido hecha ésta para los espíritus de los hombres que no
fueron justos sino pecadores, para todos los transgresores y los
cómplices de la trasgresión; que en el día del juicio serán afligidos
fuera de allí, pero no serán resucitados desde allí".
14 Entonces bendije al Señor de Majestad y dije: "Bendito sea el
juicio de justicia y bendito sea el Señor de Majestad y Justicia que
es el Señor del mundo".
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Capítulo 23
1 Desde allí fui transportado a otro lugar al occidente, en las
extremidades de la tierra;
2 me fue mostrado un fuego que corría sin descanso y sin interrumpir
su carrera ni de día ni de noche, permaneciendo constante, mientras
tanto.
3 Yo pregunté diciendo: "¿Qué es esto que no tiene reposo alguno?".
4 Me respondió Ra'u'el: "La función de este fuego que corre hacia el
occidente es guiar a todas las luminaras del cielo.
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Capítulo 24
1 Y me mostró las montañas: el suelo entre ellas era de fuego ardiente
y llameaba por las noches.
2 Fui hacia allá y vi siete montañas magníficas, diferentes entre sí y
de piedras preciosas y hermosas y todas eran espléndidas, de
apariencia gloriosa y bello aspecto: tres por el oriente, apoyadas una
contra la otra; y tres por el sur, una bajo la otra; y vi cañadas
profundas y sinuosas, ninguna de las cuales se unía a las demás.
3 La séptima montaña estaba en medio de todas, superándolas en altura
a la manera de un trono, rodeada por árboles aromáticos,
4 entre los cuales había un árbol cuyo perfume yo no había olido nunca
y no había perfume similar entre estos ni entre los demás árboles:
exhala una fragancia superior a cualquiera y sus hojas, flores y
madera no se secan nunca, su fruto es hermoso y se parece a los
dátiles de las palmas.
5 Entonces dije: ""¿Qué árbol tan hermoso! Es bello a la vista, su
follaje gracioso y su fruto tiene un aspecto muy agradable".
6 Entonces, Miguel el Vigilante y santo, que estaba conmigo y que
estaba encargado de esos árboles, me contestó.
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Capítulo 25
1 Y él me dijo: " Enoc, para qué me preguntas por el perfume de ese
árbol y para qué quieres saber la verdad?".
2 Entonces, yo, Enoc, le respondí así: "Deseo aprender de todo, pero
especialmente acerca de este árbol".
3 Y él me contestó diciendo: Esta montaña alta que has visto y cuya
cima es como el trono de Dios, es su trono, donde se sentará el Gran
Santo, el Señor de Gloria, el Rey Eterno, cuando descienda a visitar
la tierra con bondad.
4 "No se permite que ningún ser de carne toque este árbol aromático,
hasta el gran juicio cuando Él se vengará de todo y llevará todas las
cosas a su consumación para siempre, pero entonces será dado a los
justos y a los humildes.
5 "Su fruto servirá como alimento a los elegidos y será transplantado
al lugar santo, al templo del Señor, el Rey Eterno.
6 Entonces ellos se regocijarán y estarán alegres; entrarán en el
lugar santo y la fragancia penetrará sus huesos; y ellos vivirán una
larga vida, tal y como la que sus antepasados vivieron. En sus días no
los tocará ningún sufrimiento ni plaga ni tormento ni calamidad."
7 Entonces bendije al Dios de la Gloria, al Rey Eterno, porque había
preparado tales cosas para los humanos, para los justos. Estas cosas
Él las ha creado y ha prometido dárselas.
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Capítulo 26
1 Fui trasladado desde allí hasta el centro de la tierra y vi un lugar
bendito en el cual había árboles cuyas ramas brotaban permanentemente.
2 Allí me fue mostrada una montaña santa y salía agua de debajo de la
montaña, desde el oriente y descendiendo hacia el sur.
3 Y vi al oriente otra montaña más alta que aquella y entre ellas un
cañón profundo y angosto por el que corría el agua que salía de la
montaña.
4 Y al occidente otra montaña, más baja que la anterior, poco elevada,
y por debajo, entre las dos, una hondonada profunda y seca, y otra
hondonada entre las tres montañas.
5 Todas eran barrancos profundos de roca dura y no había árboles
plantados en ellos.
6 Yo me maravillaba de las montañas y me asombraba de los barrancos,
me asombraba demasiado.
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Capítulo 27
1 Entonces dije: "¿Por qué esta tierra está bendita y llena de árboles
y en medio están estos barrancos malditos?"
2 Entonces Sariel, el Vigilante y el santo, que estaba conmigo, me
respondió y dijo: "Este barranco maldito es para aquellos que están
malditos para siempre; ahí serán reunidos todos los malditos que con
su boca pronuncian palabras indecorosas contra el Señor y ofenden su
Gloria, ahí serán reunidos y ahí estará el lugar de su juicio.
(2P 2:10; Judas 15)
3 El los últimos tiempos se ejecutará sobre ellos en justicia el
espectáculo del juicio, en presencia de los justos para siempre; ahí
se manifestará la misericordia y la bendición del Señor de Gloria y el
Rey Eterno.
4 El día del juicio sobre los anteriores, ellos le bendecirán por la
misericordia que les ha reservado.
5 Entonces yo bendije al Señor de Gloria, promulgué su Gloria y alabé
su grandeza.
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Capítulo 28
1 Fui desde allí hacia el oriente, en medio de la cordillera del
desierto y vi el desierto: estaba solitario y lleno de árboles y
plantas;
2 brotaba agua desde arriba,
3 acometiendo como un río caudaloso que fluía hacia el noroeste
llevando el agua y el rocío por todos lados.
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Capítulo 29
1 Desde allí fui a otro lugar en el desierto y me alejé mucho, hacia
el oriente de este sitio.
2 Allí vi árboles silvestres que exudaban perfumes de incienso y mirra
y sus frutos son parecidos a las nueces.
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Capítulo 30
1 Y más allá de ellos, me alejé muy al oriente y vi otro gran lugar,
con valles de muchas aguas,
2 en el que había cañas dulces aromáticas semejantes al lentisco;
3 y en las orillas de estos valles vi el fragante cinamomo. Y más allá
de estos valles me alejé hacia el oriente.
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Capítulo 31
1 Me fueron mostradas otras montañas y también en ellas vi árboles de
los cuales salía la resina llamada tsaru y gálbano.
2 Más allá todos los árboles todos los árboles estaban llenos de
resina que era semejante a la corteza del almendro.
3 Cuando se casca en estos árboles sale de ellos un olor perfumado y
cuando se muelen las cortezas son superiores a cualquier perfume.
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Capítulo 32
1 Más allá de tales montañas, hacia el noreste de ellas, me fueron
mostradas otras montañas, llenas de nardo escogido, lentisco,
cardamomo y pimienta.
2 desde allí continué hacia el oriente de todas estas montañas, lejos
de ellas, al oriente de la tierra, fui llevado por encima del mar Rojo
y me alejé mucho de él, pasé por encima de la oscuridad, lejos de
ella;
3 y fui llevado al lado del Paraíso de Justicia, y me fueron mostrados
desde lejos árboles en él, árboles numerosos en exceso y grandes,
diferentes unos de otros. Vi allí un árbol que era distinto de todos
los demás, muy grande, bello y magnífico, el árbol de la sabiduría,
los que comen de su fruto aprenden gran sabiduría.
4 El árbol es tan alto como un abeto, sus hojas se parecen a las del
algarrobo y su fruto es como un racimo de uvas, muy bonito; y la
fragancia de ese árbol penetra hasta muy lejos.
5 Y yo dije: "¡Qué hermoso es este árbol y cómo atrae mirarlo!".
6 Remeiel el Vigilante y el santo, que estaba conmigo, me contestó y
dijo: "Es el árbol de la sabiduría, del cual comieron tu primer padre
y tu primera madre y aprendieron la sabiduría y sus ojos se abrieron y
comprendieron que estaban desnudos y fueron expulsados del jardín del
Edén".
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Capítulo 33
1 Desde allí fui hasta los confines de la tierra y vi allí grandes
bestias diferentes unas de otras y también pájaros que diferían en sus
aspectos, hermosura y trinos.
2 Al oriente de esas bestias vi el final de la tierra, donde el cielo
descansa, y donde se abren los portales del cielo.
3 Vi como nacen las estrellas del cielos y los portales de los que
proceden y anoté las salidas de cada una de las estrella, según su
número, nombre, curso y posición y según su tiempo y meses, según me
las mostraba Uriel, uno de los Vigilantes.
4 Y me mostró y escribió para mí todo, incluso escribió para mí sus
nombres de acuerdo con sus tiempos.
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Capítulo 34
1 Desde allí fui transportado a la extremidad norte de la tierra y me
fueron mostradas grandes obras:
2 Vi tres puertas del cielo abiertas; a través de cada una de ellas
vienen los vientos del norte y cuando soplan hay frío, granizo,
escarcha, nieve, rocío y lluvia.
3 Si salen por una sola de las puertas, soplan para bien; pero cuando
soplan a través de las otras dos es con violencia y calamidad sobre la
tierra pues soplan con fuerza.
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Capítulo 35
1 Y desde allí fui hasta la extremidad occidental de la tierra y vi
tres puertas del cielo abiertas, el mismo número de puertas y salidas
que había visto en el oriente.
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Capítulo 36
1 Desde allí fui transportado a la extremidad sur de la tierra y allí
me fueron mostradas sus tres puertas abiertas del viento sur: para el
rocío, la lluvia y el viento.
2 Y desde allí fui transportado al límite oriental del cielo y vi las
tres puertas orientales abiertas las tres puertas orientales del cielo
y encima de ellas unas puertas pequeñas
3 Por cada una de estas puertas pequeñas pasan las estrellas del cielo
y corren por el curso trazado para ellas hacia el occidente.
4 Al ver esto bendije todo el tiempo al Señor de Gloria, y continuaré
bendiciendo al Señor de Gloria, que ha realizado grandes y magníficos
prodigios para mostrar la grandeza de su obra a los ángeles, a los
espíritus y a los humanos, para que ellos puedan alabar esa obra, toda
su creación, para que puedan ver la manifestación de su poder y alaben
la grandiosa obra de sus manos y le bendigan por siempre.
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Libro de las Parábolas
Capítulo 37
1 La segunda visión que él vio -visión de sabiduría- que vio Enoc,
hijo de Jared, hijo de Mahalalel, hijo de Kainan, hijo de Enos, hijo
de Set, hijo de Adán.
2 Este es el comienzo de las palabras sabias que hice salir con mi
voz, para hablarle y decirle a los habitantes de la tierra: "Escuchad
hombres de épocas pasadas y del porvenir, las palabras del santo que
habla en presencia del Señor de los espíritus.
3 Fue excelente declararlas a los hombres de antaño pero igualmente a
los del porvenir, no vamos a negarles el principio de sabiduría.
4 Hasta ahora tal sabiduría no ha sido dada por el señor de los
espíritus, pero yo la he recibido de acuerdo con mi discernimiento y
con el buen parecer del Señor de los espíritus gracias a quien me ha
sido dada mi parte en la vida eterna.
5 Tres parábolas me fueron comunicadas ya y yo he elevado mi voz para
relatarlas a quienes habitan sobre la tierra.
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Capítulo 38
1 Primera Parábola.- Cuando aparezca la asamblea de los justos y los
pecadores sean juzgados por sus pecados y expulsados de la superficie
de la tierra.
2 cuando el Justo se manifieste a los ojos de los justos, de los
elegidos cuyas obras dependen del señor de los espíritus; cuando la
luz brille para los justos y para los elegidos que habitan sobre la
tierra: ¿Dónde estará entonces la morada de los pecadores? ¿Dónde
estará el lugar de descanso de quienes han renegado del Señor de los
espíritus? Habría sido mejor para ellos no haber nacido.
(Mc 14:21)
3 Cuando los misterios de los justos sean manifiestos y los pecadores
juzgados y expulsados de la presencia de los justos y los elegidos,
4 desde ese momento los que dominan la tierra no serán poderosos ni
elegidos por más tiempo ni podrán ellos mirar a la cara de los santos,
porque será la luz del Señor de los espíritus la que brillará sobre la
cara de los santos, de los justos, de los elegidos.
5 Entonces, los reyes y los poderosos perecerán y serán entregados a
las manos de los justos y de los santos.
(Sal 149 2:9)
6 Y de ahí en adelante nadie buscará para ellos la misericordia del
Señor de los espíritus porque su vida encontró su final .
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Capítulo 39
1 Y ocurrirá en esos días que los hijos de los elegidos y santos
descenderán de lo alto del cielo y su linaje llegará a ser uno con el
de los hijos de los hombres.
2 Enoc recibió los libros del celo y la ira y los libros de la
angustia y el destierro: "Nunca más obtendrán misericordia", dijo el
Señor de los espíritus.
3 Y las nubes me cubrieron, y el viento me levantó de la superficie de
la tierra y me dejó en el límite de los cielos.
4 Allí tuve otra visión: vi el lugar donde habitan los santos y el
lugar de descanso de los justos.
5 Ahí contemplé con mis ojos las moradas en medio de los ángeles de
justicia y sus lugares de descanso entre los santos. Mientras suplican
y oran por los hijos de los hombres, la justicia brota entre ellos
como el agua y la misericordia se esparce sobre ellos como el sobre el
rocío sobre la tierra, por los siglos de los siglos.
6 En ese lugar con mis ojos vi al Elegido de Justicia y de Fe; la
justicia prevalecerá en sus días y los justos y los elegidos serán
innumerables ante él por los siglos de los siglos.
7 Vi su morada bajo las alas del Señor de los espíritus; todos los
justos y los elegidos brillarán frente a él como el resplandor del
fuego; su boca estará llena de bendición; sus labios glorificarán el
nombre del Señor de los espíritus; y la justicia y la verdad no
fallarán ante él.
8 Yo deseaba vivir allí y mi espíritu anhelaba esa morada: esa era
desde antes mi herencia, tal y como había sido establecida para mí
ante el Señor de los espíritus.
9 En esos días alabé y ensalcé el nombre del Señor de los espíritus
con bendiciones y alabanzas porque Él me ha destinado para la
bendición y la gloria de acuerdo con el buen parecer del Señor de los
espíritus.
10 Por mucho tiempo mis ojos observaron ese lugar y lo bendije a Él y
lo alabé diciendo: "Bendito es Él y bendito sea desde el principio y
para siempre".
11 Ante Él no hay renuncia; Él sabe desde antes de que el mundo fuera
creado qué es para siempre y qué será de generación en generación.
12 Aquellos que no duermen te bendicen; ellos están ante tu Gloria y
bendicen, alaban y ensalzan diciendo: " Santo, Santo, santo es el
Señor de los espíritus, Él llena la tierra con espíritus".
13 Mis ojos vieron allá a todos aquellos que no duermen, bendiciendo y
diciendo: "Bendito seas tú y bendito sea el nombre del Señor de los
espíritus por los siglos de los siglos".
14 Mi rostro fue cambiado y no podía sostener la mirada.
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