Bueno, yo estaba un poco alarmada de que una cosa semejante le
pudiera suceder a un iniciado de Reiki, especialmente cuando tanto
él como Candy ya habían recibido sendas iniciaciones de segundo
nivel. Pero traté de calmarlo y le dije que se viniera directo para
mi casa, que yo me encargaría de arreglarlo en un santiamén.
Llamé a Candy y le expliqué la situación, y la idea de presenciar su
primer exorcismo "real" le pareció sumamente emocionante. Accedió a
venir de inmediato. Hubo una larga espera antes de que Tim
apareciera, y cuando lo hizo, su estado era TERRIBLE. Nos dijo que
de hecho, mientras venía de camino había tenido un accidente: un
auto lo había golpeado de costado haciendo girar su auto fuera de
control y arrojándolo a una zanja. Estaba seguro de que todo era
obra del demonio, y su estado de terror había alcanzado límites de
paroxismo.
Lo acostamos sobre la mesa de masajes de Candy y comenzamos a
administrarle Reiki para calmarle un poco. Mientras hacíamos esto,
toda clase de cosas extrañas tenían lugar dentro su cuerpo. Los
músculos sufrían de tironazos y espasmos en una forma que no era
nada normal, mientras él repetía que sentía como si alguna cosa
"resbalosa" se moviera dentro suyo.
Bueno, las dos resultamos también algo espantadas, pero mi
experiencia con situaciones similares en el curso de sesiones de
hipnotismo me había enseñado a mantener la calma y el control de la
situación. Le pedí Tim que contara exactamente todo lo que había
dicho y hecho, y mientras procedía de esta manera su respiración
casi había retornado a la normalidad.
Antes de que pasara mucho tiempo ya lo había colocada bajo hipnosis
para poder dirigirme a la entidad misma. Se trataba de un nuevo
nivel de terapia de Liberación de Espíritus, con connotaciones, por
lo demás, sumamente extrañas. Mientras me dirigía a lo que
claramente no era una simple "entidad descarnada" ni tampoco un
"espíritu elemental", sino algo mucho más poderoso, astuto, y
desagradable, el pobre de Tim repetidamente se hinchaba y luego
expulsaba lo que debía ser el más espantoso gas que uno pueda
imaginarse. Este ciertamente no era un caso de encuentro con el alma
de un pobre y descarriado individuo necesitado del consejo de
"dirigirse hacia la luz" para luego liberar a la víctima. ¡Este
bicho no tenía la intención de marcharse a ningún lado!. Había sido
"invitado", y todo parecía indicar que le gustaba sobremanera su
nueva "casa": ¡el desahucio no iba a tener lugar así como así nada
más!
Bueno, yo tenía una opinión diferente acerca del asunto y estaba
igualmente resuelta a hacer que hubiera una liberación lo antes
posible, así que todo se reducía a ver quién de los dos iba a probar
tener la voluntad más fuerte durante la disputa.
Hice el llamado acostumbrado a los "guías" y a los "trabajadores de
la luz" de los planos astrales para que se hicieran presentes y
asistieran en el proceso de liberar a la víctima, siguiendo los
procedimientos estándar. Sin ningún resultado. Realicé la rutina de
"en el nombre de Jesús", que suele funcionar dependiendo de la
afiliación religiosa de la víctima. No funcionó. La entidad estaba
jaloneando al pobre de Tim y haciéndolo saltar sobre la mesa,
constantemente hinchándolo con gas y haciendo que lo expulsara en
cantidades que simplemente eran anormales según cualquier criterio
patológico.
Cuando le ordené a Tim que se uniera a Candy y a mí en
un esfuerzo por generar luz y calor para envolver a la entidad,
comenzó a quejarse de que se sentía muy "caliente" y empezaba a
"quemarse": suplicó que nos detuviéramos y que le dejáramos solo.
Comenzó a quejarse y lamentarse diciendo que debíamos sentir algo de
simpatía y compasión por aquellos como él puesto que esa era la
filosofía que habíamos esposado en nuestra rama particular de "amor
y luz" de la Nueva Era. Aquello resultaba ser una caricatura de
todas las recientes maquinaciones de Trudy y George, y yo no caí en
la trampa.
Finalmente le dije a la entidad que simplemente no la iba a dejar
sola, que no iba a dejar de atormentarla con luz y calor y que, de
ser necesario, íbamos a pasar la noche entera, el día siguiente y
todos los demás días que requiriera haciendo lo mismo. Eso pareció
surtir un efecto: ordené a la entidad que se marchara en términos
nada ambiguos, y con un último estertor del abdomen de Tim, seguido
de una expulsión particularmente ruidosa de la más horrible
emanación sulfurosa, la entidad se marchó y Tim por fin quedó en
calma.
Lo saqué del estado de hipnosis y discutimos todo el asunto. Una de
las cosas que había dicho la entidad era que inicialmente se había
sentido atraído hacia Tim durante una de las reuniones de la
cofradía en las que entidades similares solían congregarse,
seleccionando su presa, acechándola durante algún tiempo, nada más
esperando la oportunidad de poder "conectarse" de una manera más
permanente. Ellos tenían la habilidad de "influenciar" al individuo
para que realizara ciertos actos que facilitaran la entrada, y aún
cuando el individuo podía pensar que estas eran sus propias ideas
originales, en realidad no lo eran. Parece ser que una especie de
"contacto mental" es perfectamente factible con vistas a "plantar
pensamientos" e "ideas" que posteriormente llevan a una estado de
"posesión" más completo.
Bueno, no hay duda de que Tim quedó curado de su afición por la
Wicca. A la luz de tal terrible experiencia, no iba a correrse el
riesgo de regresar a un ambiente como ese para resultar infestado
una vez más.
Acordamos mantener todo el asunto en secreto debido a la
comprensible sensación de embarazo que sentía Tim, así como por el
hecho de habíamos estado tratando de proteger a Trudy, inmersa como
estaba en sus creencias menos avanzadas. Candy dijo no poder lidiar
con la idea de que la filosofía del "amor y luz" no fueran la última
respuesta a todos los males.
Yo por mi parte estaba preocupada por la implicación de que el Reiki
no fuera en realidad tan "poderoso" y protector como se estaba
enseñando, y sentí que de alguna manera debíamos comunicar esto a
los otros. Candy estuvo de acuerdo, pero me insistió en dejarla a
ella hacerlo a su propia manera y en el momento apropiado. Yo
accedí.
El segundo evento de cierta trascendencia fue directamente
estimulado por el incidente con Tim. Candy quería que yo realizara
un proceso de Liberación de Espíritus sobre ella misma, solo para
cerciorarnos de que no hubiera nada malo. Últimamente había estado
pasando por una verdadera montaña rusa de emociones, y ahora tenía
la idea de que mucho de esto podía atribuirse a "fijaciones
astrales" de algún tipo. Yo accedí a hacerlo, así que programamos la
sesión para el día siguiente.
Por alguna razón Candy quería que Louise "se incorporara a la
acción" y, no sin ciertas reservas, yo asentí. Después de todo,
Candy era el sujeto, y cualquier cosa que fuera necesaria para que
el sujeto se sintiera más cómodo era considerada como deseable. Así,
Louise fue informada y luego de expresar interés en tomar parte en
su calidad de testigo, nos invitó a hacer la sesión en su propia
casa, lo cual de mi parte estaba bien.
Durante la sesión, una entidad parasitaria se identificó a sí misma
con el nombre de "Thomas". Su "historia" era que había sido un
practicante de vudú en Haití y que había resultado muerto a manos de
un "médico" rival en 1945. Pero el verdadero desconcierto vino
cuando declaró haber sido inducido por orden de un "hechicero" a
fijarse a Candy, a manera de "canal de control". ¿Un "hechicero"?
¿Quién, dónde, cuándo?
Se negó a identificar "quién", y estaba claro que estaba
aterrorizado del castigo que recibiría si traicionaba a su "amo",
pero sí reconoció que esto había tenido lugar en las pasadas semanas
y que Candy CONOCÍA a este individuo.
Había otra entidad que se había adherido a Candy a través de las
relaciones conyugales con su propio marido, pero esa se mostró
bastante contenta de ser enviada a "la luz", y no dio ningún tipo de
problema.
Había dos víctimas de suicidio que se habían adherido a la primera
"frecuencia disponible", es decir, Candy, en su temor de haber
violado un tabú al consumar su propia muerte. Una fuerte creencia
religiosa puede resultar tan perjudicial como la ausencia total de
cualquier creencia en la vida después de la muerte. También había
una víctima de accidente de tránsito, lo mismo que una víctima de
disparo. Nunca llegué a averiguar si esa entidad particular estaba
involucrada en un crimen o si por el contrario se había tratado de
un accidente, porque decidió irse de inmediato hacia "la luz", luego
de haber seguido el proceso con las entidades previas y haber
entendido su propia situación. (Esto tampoco es algo poco frecuente.
Cuando hay adherencias múltiples, estas parecen ser susceptibles de
ser influenciadas por las acciones de cada uno dentro de su común
hogar/anfitrión).
Tanto Candy como yo habíamos comenzado a entretener la idea de que
había algo extraño aquí, y Candy estaba algo perturbada de saber que
inclusive ella misma había sido víctima de una fijación como
resultado de la intención de "alguien" de ejercer control sobre
ella. También estaba enfurecida y resuelta a encontrar a la persona
que estaba detrás de todo esto.
Louise, como de costumbre, no expresó ninguna opinión. Solo repetía
"¿no es eso sorprendente?" una y otra vez, con una expresión de
asombro e inocencia.
Ahora bien, lo que sucedió a continuación tuvo lugar dentro del
marco de varias semanas llenas de eventos sincronísticos que
sencillamente son demasiados como para enumerarlos. También lamento
no haber llevado un diario de eventos puesto que tratar de recordar
todas las cosas en su correcto orden no resulta nada sencillo.
Durante algún tiempo - casi dos años - yo había estado tratando sin
éxito de conseguir una segunda copia de la obra de Velikovsky
"Worlds in Collision" ("Mundos en Colisión"). Había visitado todas
las librerías, había llamado a los distribuidores de libros, e
inclusive había contactado al editor, quien me había informado que
estaba fuera de impresión y sin planes de una nueva edición. Así que
yo había dado vueltas por todas las tiendas de libros usados dejando
pequeñas tarjetas para que lo buscaran por mí y me contactaran en
caso de que apareciera alguna copia.
Otro evento que acaeció durante este mismo período fue algo
divertido relacionado con la investigación de un asesinato,
investigación en la cual yo había tomado parte durante 1993, y que
había resultado en una complicación de mi condición física que me
obligó a tomar cama por una semana, tiempo durante el cual ciertas
circunstancias me habían más o menos forzado a abrir lo ojos a la
posibilidad de interacciones entre alienígenas y seres humanos en el
escenario de nuestro mismo planeta. Esta historia está descrita en
detalle en mi libro "Amazing Grace" ("Gracia Sorprendente"), así que
me abstendré de repetirla aquí. Baste con decir que esta particular
investigación de asesinato fue una especie de portillo para mi
posterior despertar a la realidad del fenómeno alienígena en
circunstancias que iban a tocar mi propia vida personal.
No había
tenido ningún tipo de relación con este caso por varios meses, así
que me sorprendí cuando sonó el teléfono apenas un día después de
los incidentes de liberación de entidades espirituales relatados más
arriba, y escuché al otro lado de la línea a mi antiguo amigo el
Investigador Privado que había servido de enlace entre mi persona y
algunos oficiales de la ley durante la última etapa de la
investigación. Tenía una pregunta que hacerme acerca de algo que no
guardaba relación alguna con el asunto, pero luego me preguntó
acerca de una conversación entre yo y un cierto detective
perteneciente a la unidad de homicidios de la agencia policial
local. Bueno, esta conversación nunca había tenido lugar así que le
pregunté de qué estaba hablando. Dijo: "Yo te llamé en Octubre
pasado cuando él estaba presente aquí en mi oficina, y uno de tus
hijos me dijo que estabas en el hospital, así que dejé el número del
teléfono de él y un mensaje de que deberías llamarlo cuanto antes."
Nunca recibí ese mensaje. Los chicos deben haberse olvidado de
dármelo. Así que apunté el nombre y número de teléfono una vez más,
llamé de inmediato y dejé un mensaje en la contestadora del
detective. Sentía curiosidad por saber qué sería lo quería decirme.
Su nombre era "Marion Thomas" (este no es su nombre verdadero, pero
las relaciones entre los nombres ficticios son similares ya que, tal
y como iba a descubrir posteriormente, estos eran parte de una
sistema de claves). Sabía que en el pasado era común emplear
"Marion" como nombre masculino, pero no era muy común en el
presente, así que me pareció que esto era algo extraño. Además,
Thomas era el nombre de mi hermano, y el nombre de su mejor amigo
durante la época en que éramos niños era "Thomas Marion". Todos esos
pensamientos recorrieron mi mente en aquel momento.
Me disponía a llevar a mi madre de regreso a su casa, ya que había
pasado la mayor parte de la mañana en mi casa, y justo cuando
salíamos por la puerta, sonó de nuevo el teléfono. Yo respondí y era
"Marion Thompson", la dueña de una tienda local de libros usados
diciéndome que tenía una copia de "Mundos en Colisión" de Velikovsky
y que era mía por solo siete dólares. Yo estaba tan contenta que le
dije que le pusiera una etiqueta de "vendido", y que iría de
inmediato por él. No fue sino hasta que colgué que me dije a mí
misma: "¿Marion Thompson, Marion Thomas? ¿Qué es lo que está pasando
aquí?".
Traté de olvidar todo mientras me dirigía de nuevo a la puerta. Mi
madre ya se encontraba esperando afuera.
El teléfono sonó de nuevo. Esta vez casi no lo contesto, pero en el
último momento decidí que mejor lo hacía. Era mi primo, el que había
conocido por primera vez en la reunión de MUFON a la que había
asistido luego de mi avistamiento de un OVNI mientras me encontraba
junto a la piscina de mi casa (ver relato en "Amazing Grace"). Él
también estaba llamando para decirme que acababa de encontrar una
copia de "Mundos en Colisión" de Velikovsky embutida en una caja de
libros que tenía en su garaje. Sabía que yo había estado buscando
ese libro, ¡y me dijo que era mío si lo quería!
Bueno, ¡en verdad ya eso era demasiado! Dos "Marions", dos libros,
dos años de estarlo buscando sin descanso, ¡todo en el curso de
apenas 30 minutos! Es decir, ¿cuales eran las probabilidades de que
dos personas llamadas "Marion" me llamaran con solo algunos minutos
de separación entre una y otra? ¿Y cuáles eran las probabilidades de
dos personas diferentes me ofrecieran el mismo libro dentro de un
lapso de algunos minutos luego de dos años de infructuosa búsqueda?
Pero a estas alturas, estaba comenzando a acostumbrarme a ese tipo
de cosas. Significaba que las cosas se estaban poniendo realmente
extrañas. Claro, que no tenía idea de cuanto más extrañas iban a
ponerse.
Era Miércoles, noche de Reiki. Cuando llegué a la sesión de Reiki
noté que había un buen número de personas sentadas en el patio de
afuera. Al acercarme me llevé menuda sorpresa al ver que una de
ellas era la Reverenda Ruth. También había una mujer pelirroja
bastante voluminosa, y un hombre todo vestido de blanco, con pesadas
cadenas de oro colgando de su cuello que desaparecían dentro de su
camisa parcialmente desabotonada, y no menos ostentosas pulseras de
oro en las muñecas. Me dirigí en forma cordial a todos mientras
ingresaba en la casa, pero sus respuestas me parecieron ser bastante
menos cordiales. Aun así, envié ondas de amor en su dirección y
cerré la puerta detrás de mi.
La mujer que estaba recibiendo Reiki cuando fui a tomar mi lugar en
una de las mesas, era la enfermera de un hospicio que había estado
sufriendo de numerosos problemas físicos que probablemente estaban
relacionados con tensión ocupacional. Se me dio una posición en la
cabeza y una vez hube colocado mis manos sobre ella, sentí como si
alguien hubiera conectado dos poderosos imanes y, de repente, ¡Bum!,
una sensación de tal fuerza que no había experimentado nada igual
con anterioridad. Y la energía comenzó a manar.
La única manera en que puedo describir mi sensación personal de
canalizar Reiki es comparándola con el acto de amamantar a un bebé.
En el momento en que se establece contacto, es como si la leche
comenzara a fluir, solo que la sensación se experimenta en los
brazos y no en el pecho. Pero es una sensación bastante distintiva.
Yo puedo sentir y monitorear el flujo constante de la misma forma en
que podía monitorear el flujo de leche cuando criaba a cada uno de
mis cinco hijos.
Esta mujer en particular, la enfermera del hospicio, estaba
absorbiendo energía con tanta fuerza, ¡que resultaba doloroso! Me
comenzaron a doler las muñecas como si hubiera desarrollado un
absceso que requería de ser agujeteado cuanto antes. Sabía que esto
podía tener relación con la operación que había tenido en las
muñecas, y que obviamente había algún tipo de "corto circuito" o
cosa similar, no obstante que hasta la fecha siempre había podido
lidiar con la sensación de incomodidad. En esta oportunidad,
difícilmente podía tolerar el dolor. Me desconecté por algunos
minutos para sacudir mis manos y descansarlas, y luego volví a
colocarlas en posición. El mismo dolor. Esta pobre mujer estaba
descargada de todas sus reservas y yo estaba contenta de poder
asistirla de esta manera, aún si la sensación era incómoda. Pronto
el flujo comenzó a disminuir y la sensación "magnética" terminó:
esta paciente de seguro estaba lista.
Iba a hacer un descanso para tomar un poco de ponche y dejar que
alguien tomara mi lugar, pero en ese momento el hombre de blanco
vino y me dijo "¡no te vayas aún!". Louise lo presentó como un
"amigo de la reverenda Ruth" quien había venido para probar las
bondades del Reiki, ya que padecía un problema de flebitis. Saltó a
la mesa con tal habilidad que no me causó la impresión de tener
ningún problema. Retorné a mi posición en la cabeza como se me
solicitó.
No había nada especial con este hombre en términos de consumo de
energía. De hecho, no parecía estar absorbiendo ninguna. No obstante
alcancé a olfatear algo de whisky en su aliento y tenía claro por
experiencia que el Reiki y el alcohol NO se mezclan. He visto a
algunas personas ponerse realmente enfermas cuando beben justo
después de un tratamiento de Reiki. Pensé en mencionar esto cuando
se levantara de la mesa, aconsejándole abstenerse de tocar la
botella por algunas horas, pero no me dio la oportunidad de hacerlo.
Cuando retiramos las manos (había cinco de nosotros en cada una de
las mesas), él se incorporó en un rápido movimiento al tiempo que
giraba en mi dirección. "Esto es para ti", me dijo mientras extendía
su mano y trazaba con el dedo algún tipo de figura sobre mi frente.
Eso es lo que hizo, descrito de manera simple, pero lo extraño fue
la manera en que todo sucedió. Es como si todos los presentes se
hubieran quedado congelados por un instante casi imperceptible. Y
todos permanecieron así, congelados, hasta justo después de que el
hombre ya había cruzado la puerta, cuando el sonido del motor del
auto arrancando y saliendo veloz nos sacó del ensueño. Entonces
todos me miraron y comenzaron a hablar al mismo tiempo.
"¿Qué fue
todo eso?", "¿qué fue lo que te hizo?", y "¿quién era ese hombre y
cómo se atrevió a tocarte sin tu permiso?".
Esto último era el meollo del asunto. Era bien conocido que en las
clases de Reiki nadie toca a nadie sin mediar un permiso. Se nos
repetía esto una y otra vez, y lo tomábamos con bastante seriedad.
Le pregunté a Louise quién era el hombre y declaró no tener idea,
más allá del hecho de que lo habían traído la Reverenda Ruth y su
amiga. Candy y los demás estaban exclamando su disgusto mientras
examinaban la marca dejada sobre mi frente para tratar de ver lo que
se había dibujado. Nadie conocía a este hombre y nadie tenía idea
del significado de sus acciones. Nadie sabía tampoco a qué se debía
la súbita visita de la Reverend Ruth y sus amigos. Ese era el
consenso general.
Luego de que hubo menguado la alharaca, retornamos a nuestro trabajo
y yo me rodeaba mentalmente con amor y luz segura de que, quien
quiera que haya sido el hombre y cualquiera que haya sido la
intención de sus acciones, no podría penetrar mi escudo de luz. Esa
noche, cerca de la medianoche, me desperté con tal dolor que creí
que estaba sufriendo de un ataque al corazón. No solamente sentía
como si un elefante se hubiera sentado en mi pecho, sino además como
si el poste de una baranda se me hubiera encajado justo debajo de la
clavícula, al tiempo que la "dama de hierro" de la tortura medieval
me aprisionaba y poco a poco me sacaba hasta el último aliento de
vida. Desperté a mi ex-marido y de inmediato me llevó a la sala de
emergencias.
Cuando llegamos al hospital, la presión y el dolor comenzaron a
ceder, pero con los síntomas que yo describía, me internaron de
inmediato. Puesto que parecía que mi condición se había
estabilizado, no hubo exactamente una movilización de emergencia (ya
saben, nadie sacó las almohadillas eléctricas y la máquina de
resucitación), pero aún así se apresuraron a "alistarme". El doctor
dijo que debían admitirme para realizar algunos exámenes y
mantenerme en observación por algunos días, así que yo accedí.
Estaba bastante asustada por la reactivación de una condición que
consideraba curada hacía tiempo ya. Pero cuando la enfermera entró
con el carrito de la sonda intravenosa y comenzó los preparativos
para insertármela, una voz tan clara y poderosa como cualquiera que
pueda recordar, habló en mi cabeza diciendo que si permitía que me
metieran esa aguja en el brazo, sería el instrumento de mi muerte.
Mi mente racional y consciente de inmediato replicó con "¡eso es una
completa tontería! ¡Estás siendo presa de un ataque de paranoia y
has leído tantas cosas extrañas durante tanto tiempo que no es de
extrañar que tu juicio se haya visto afectado!"
Entonces me sentí como bañada por una ola de calor, y la certeza de
que moriría si me quedaba en el hospital surgió de nuevo acallando
todo argumento consciente. Por un momento me sentí en un estado
completamente esquizofrénico, pero además estaba el asunto de cómo
me iba a zafar del predicamento en que me encontraba. Es decir,
¿cómo se las agencia uno para decir "gracias por querer salvar mi
vida, pero no, gracias"? Estaba entre la espada y la pared, y no
parecía haber salida.
Traté de convencer a la enfermera de que la intravenosa ya no iba a
ser necesaria, pero ella simplemente ignoró mi objeción diciendo que
se trataba de un "procedimiento estándar" y que era necesario
hacerlo. No había otra opción.
Yo repliqué diciéndole que sencillamente no quería una sonda
intravenosa, pero estaba claro que ella me iba a ignorar.
Rápidamente calculé las posibilidades en mi mente. Sí, podía estar
teniendo un ataque cardíaco, y podía ser el precursor de uno
realmente serio. Pero por otro lado, podría tratarse de algo
relacionado con el hombre de la sesión de Reiki. Estaba muy
consciente de la información que había obtenido a través de las
sesiones de liberación de entidades astrales de Candy y Tim, pero
¿qué tan confiable podía resultar ser? Una cosa era trabajar con
otras personas, cuando no es menester realizar ningún acto físico, y
otra muy diferente considerar esta información como absolutamente
real y basar en ella la toma de una crucial decisión.
Si se trataba
en verdad de conocimiento veraz, y no tan solo "otra capa más de la
cebolla", por así decirlo, si se trataba de información exacta
acerca de la manera en que las cosas operan en un nivel "psíquico"
que no se puede percibir con los ojos, entonces quizás lo que me
sucedía ESTABA diseñado para llevarme hasta el hospital. Y tal vez
estaba diseñado de esta manera para que alguna persona dentro del
hospital pudiera ser activada para realizar algo conmigo, o
"accidentalmente" cometer alguna tontería que resultara en mi
muerte.
Al mismo tiempo que me encontraba pensando todo esto, recordaba la
recitación que había hecho Freddie de todos los eventos de mi vida,
señalando que no cabía la menor duda de que algunas partes eran
bastante inusuales y que debía haber una razón detrás de todo ello.
Si eso era cierto (y hay que recordar que realmente no había
evidencia de ello, excepto por la incierta prueba de que, cuando
hube solicitado ayuda con mi salud, fui llevada hasta el Reiki),
entonces podía haber una razón para que algunos individuos o grupos
de personas me quisieran " fuera del escenario".
No obstante, al final de cuentas se trataba de una decisión que
debía tomar sin que mediara ninguna prueba física. Podía dejarme
llevar por la interpretación superficial o "estándar" de los
eventos, es decir, que debía estar en el hospital porque bien podía
estar sufriendo un ataque cardíaco, lo cual implicaba el riesgo de
morir de causas naturales o no naturales; o bien, por otro lado,
podía ser "salvada" por la profesión médica. La otra opción era la
de hacer una sutil interpretación de carácter más bien espiritual,
tomar en mis manos la responsabilidad por el destino de mi propia
vida, hacer algo significativo basado en un conocimiento que no
estaba sustentado por prueba tangible alguna y, en caso de estar
equivocada, enfrentar la muerte. Si tenía razón, el resultado sería
diferente. Si esta interpretación era la correcta, con toda
seguridad que moriría si me quedaba en el hospital.
¡Menudo dilema! Y cada aspecto de mi aculturación y de mi
programación social me jaloneaba hacia la interpretación "normal":
tenía un problema de salud y debía ser hospitalizada para que me
"salvaran".
Todas las cosas que había aprendido hasta ese punto, los resultados
de mi experimentación, mi consciencia expandida, todo, en fin, podía
ser apartado hacia un lado tachándolo de "subjetivo" o inclusive, de
"locura". Caray, si yo misma pensaba en ese momento que a lo mejor
no eran otra cosa más que locuras. ¿Qué cosa se me había metido en
la cabeza?
Pero una especie de valor descabellado me invadió. Ya sea que
estuviera en lo cierto o no, por primera vez en mi vida estaba
resuelta a dejarme llevar por mis impresiones interiores. Si estaba
equivocada y moría, que así fuera, ¡pero no se diría que fue por
falta de valor!
Había tomado una decisión.
Una enorme calma descendió sobre mí y le dije a la enfermera de
manera resuelta que podía guardar el equipo intravenoso, que no
sería internada. Creo que al principio no me creyó, pero cuando me
bajé de la camilla y comencé a ponerme la ropa ella salió en busca
del doctor.
El doctor apareció bramando el consabido "está cometiendo un grave
error" y diciendo que yo tendría que firmar un formulario de
libramiento de responsabilidades. Respondí: "Firmaré con gusto. No
tengo nada en contra del hospital o en contra suya, pero
definitivamente no me voy a quedar aquí y NO voy a dejar que metan
agujas o drogas dentro de mi sistema". Y solo por justificarme de
alguna manera dije que todo eso estaba en contra de mi religión.
Bueno, esas deben haber sido las palabras mágicas, porque para
cuando llegué a la recepción ya tenían listos todos los formularios.
Firmé y me fui a la sala de espera para decirle a mi ex-marido que
me llevar de vuelta a casa.
El pensó que yo me había vuelto completamente loca. ¡Lo mismo pensé
yo! Pero sencillamente no podía discutir con la fuerza que me
impelía a dejar aquel lugar.
Me fui a casa, me metí en la cama y comencé a temblar como una hoja
ante las implicaciones de lo que acababa de hacer. Había enfrentado
y desafiado todos los convencionalismos. Había ido en contra del
programa de toda una vida que dictaba la necesidad de estar sometida
a un control de un tipo u otro, a ser una "buena niña" y dejar que
"el doctor", u otra figura autoritaria, tomara las decisiones. Luego
del hecho fui asaltada por tal cantidad de dudas que fue un milagro
que no sufriera el "de verdad" justo allí y en ese momento.
Al día siguiente me sentía realmente mal. Estaba débil y presentía
que estaba "al borde" de algo oscuro y ominoso. El efecto
"empalamiento" era leve pero constante, la presión no cedía, si bien
era menos severa que la última vez, y el elefante sentado en mi
pecho había perdido un poco de peso. Cuando me dirigía a la cocina
para tomar un poco de agua, miré hacia afuera y vi que la piscina
estaba verde: se había convertido en una "sopa de alverjas" de la
noche a la mañana.
Esto incrementó mi pesadumbre y le pedí a mi marido que arreglara
para que alguien viniera a examinar el agua. El así lo hizo. Luego
de haber tenido que desembolsar varios cientos de dólares en
químicos y tratamientos especiales el resultado seguía siendo: sopa
de alverjas.
De alguna manera sabía que esta condición del agua de la piscina era
simbólica de mi entorno físico y del estado de mi propio ser
interior. Sufría de una "invasión" de "limo" psíquico y estaba
claro, a juzgar por el hecho de que no respondía a ningún
tratamiento ordinario, que librarse del mismo iba a requerir de
cierto trabajo adicional.
En algún momento Candy llamó y le conté lo que estaba sucediendo.
Ella se mostró intranquila y comprensiva y dijo que iba a tratar de
averiguar algo acerca del hombre que había asistido a la sesión de
Reiki. Luego me llamaría para reportar.
Mientras tanto, Tim llamó con deseo manifiesto de hablar acerca del
incidente en la sesión de Reiki. Estaba tan afligido por todo como
yo lo estaba.
Tim tenía muchas sugerencias para "limpiar" mi entorno psíquico y se
ofreció a venir de cuanto antes. También tenía deseos de ver por sí
mismo la situación con el agua de la piscina. Yo estaba abierta a
cualquier ayuda, así que le dije: "Seguro, ven de inmediato". Tim
vino y echó un vistazo a la piscina y realizó ciertos rituales que
se suponía iban a "limpiar el ambiente".
Nada sucedió. Yo seguía teniendo a la "dama de hierro" ceñida contra
mí en fuerte abrazo. Supongo que era similar a la sensación de estar
dentro de una cámara de presurizada.
Candy llamó de nuevo. Me dijo que se las había agenciado para
sacarle cierta información a la asistente de la reverenda Ruth, y
tal parecía que nuestro caballero de la sesión de Reiki era un
hombre con reputación de ser adepto de las artes negras, la magia
ritual, y se suponía que dentro del círculo metafísico de todo el
estado era algo así como el "Gran Brujo". ¡Fantástico! Eso no me
hacía sentía nada mejor; de hecho, ahora estaba decididamente
deprimida ante la certeza de que había gente capaz de hacerme daño
cuando yo no había hecho nada en contra de ellos. ¿Qué cosa
exactamente se suponía que yo le había hecho a estas personas para
que me odiaran de esta manera?
No solo estaba esta cuestión, sino
que además mi mente buscaba en vano una explicación para el hecho de
que todo esto había tenido lugar mientras me aseguraba de rodearme
de "amor y luz" a granel y estaba constantemente proyectando
pensamientos de amor en todas direcciones. Candy dijo tener la
respuesta a la pregunta de cómo "limpiar las cosas" y se ofreció a
venir de inmediato para tomar cartas en el asunto. De nuevo, yo
estaba abierta a cualquier sugerencia, así que accedí.
Ella vino provista de aceites, velas, sal, cristales y un verdadero
cargamento de accesorios metafísicos. Así como lo había hecho Tim,
puso manos a la obra. "Limpió" un rincón en el estudio donde
acondicionó una especie de altar con velas, vasijas de hierbas,
piedras que había sido "cargadas", y toda suerte de otras cosas.
Deambuló a lo largo y ancho de la casa quemando aceite, abriendo
todas las ventanas y puertas para "airear el lugar", y haciendo
cosas por el estilo.
Me hizo vestirme con un bata suelta mientras
derramaba salvia por todo mi cuerpo y luego diseminó humo de
incienso por todo el rededor (del tipo que garantiza eliminar todas
las energías negativas o se devuelve todo el dinero contra reclamo).
¿El resultado? Nulo. Sin importar que depositaba toda mi confianza
en estos "rituales" y su capacidad de "combatir el fuego con el
fuego", todavía tenía un elefante en mi pecho, y la sensación de
depresión y sofocamiento seguían presentes.
Al día siguiente la piscina todavía era una sopa de alverjas. Envié
a mi ex-marido por más químicos. Vaciamos dentro de una piscina de
15,000 galones suficiente cloro y algicidas como para limpiar una
piscina olímpica cuatro o cinco veces más grande. Dejamos la bomba
constantemente encendida, limpiamos el filtro una y otra vez,
dejamos correr de nuevo el agua, y repetimos todo el proceso varias
veces a lo largo de 24 horas.
Aun sopa de arvejas. El técnico en piscinas dijo que parecía que
tendríamos que vaciar toda el agua y comenzar de nuevo con agua
limpia.
Día tras día luchaba por funcionar en medio de una terrible opresión
en mi mente. Sentía como si estuviera herida y una manada de lobos
estuvieran cercándome lentamente, acercándose cada vez más,
olfateando y probándome, esperando que la debilidad me robara todo
poder de resistencia, en cuyo momento sólo tendrían que saltar hacia
adelante y destruirme.
Con el amanecer de cada día lo mismo: más sopa de alverjas, más
químicos derramados, más rituales, oraciones y "limpias" dentro de
la casa y sobre mí. Se invirtieron horas interminables en erigir
toda suerte de barreras psíquicas de amor y luz a mi alrededor y
alrededor de la casa. Probamos con espejos psíquicos, desligamiento
de conexiones psíquicas, etc. Todo lo probamos y nada funcionó.
Discutíamos los procedimientos hasta la saciedad. Yo tenía la idea,
surgida de mi trabajo con la terapia de liberación, de que el
problema quizás estaba relacionado con un "conducto etérico" de
algún tipo que era mantenido en su lugar por asociación con ciertas
personas. Como resultado de mis conversaciones con varias entidades,
sabía dónde y cómo éstas habían "invadido" a su huésped, y en muchas
ocasiones era un asunto de simplemente estar cerca de ciertos
individuos que a menudo ni siquiera tienen idea de que son
"portadores" o "instrumentos" de contagio. Podríamos hablar de una
especie de fiebre tifoidea psíquica. Así que había decidido que, de
ser este el caso, y puesto que no podía ver quién era el "portador",
sencillamente tendría que cortar relaciones con todo el grupo de
Reiki hasta que estuviera lo suficientemente fuerte como para poder
experimentar individualmente y lograr precisar QUIÉN era el canal
del ataque.
Esta fue una difícil decisión ya que realmente me agradaba esta
gente y siempre pasábamos juntos un rato formidable. Por supuesto,
el incidente con Trudy me inclinaba a pensar que quizás ella era de
hecho el canal de ataque, pero eso significaba que cualquier persona
que tuviera relación con ella y luego conmigo, podía a su vez
"transmitir" la "infección".
Candy y Tim estaban de acuerdo con esta evaluación y todos decidimos
dejar de estar asociados con el grupo hasta que pudiéramos realizar
algunas pruebas. Los tres habíamos experimentado problemas de uno u
otro tipo como resultado de la relación con gente que a fin de
cuentas no "era lo que parecía", pero en mi mente todavía persistía
la cuestión de si esto había sido un proceso deliberado o no. En
apariencia, según se podía inferir por la evidencia, el proceso ni
siquiera tenía que ser consciente. Y esa fue otra de las decisiones
que iba en contra de los dictados de la filosofía del "amor y luz"
de aceptar las cosas con "amor incondicional".
También iba en contra
de la programación social y de los preceptos culturales asiduamente
inculcados de "cooperar con el prójimo" y esforzarse por "hacer las
paces" y cosas por el estilo. Pero yo debía hacer algo si quería
tener tiempo de descubrir la verdad detrás de todo este embrollo, y
esa parecía ser la más segura estrategia de acción por el momento.
Así entonces, la decisión fue tomada. Bloqueé de mi mente la
existencia de todas aquellas personas, resuelta a ni siquiera hablar
con ellas hasta que pudiera tener mayor seguridad de lo que estaba
sucediendo.
Esa noche tuve un sueño.
En el sueño había una piscina. Un automóvil había caído dentro de la
piscina con todo y su dueño y yo estaba angustiada por no saber cómo
me las iba a agenciar para sacarlos de allí. Apareció una mujer que
parecía tener algún tipo de parentesco conmigo, si bien no se
exactamente cual. Ella hizo que una grúa viniera y sacara el
vehículo y luego me ayudó a drenar la piscina, cepillar todo el
fango, aceite y gasolina, hasta dejarla limpia y, enseguida, una ola
de agua llegó desde el océano que se encontraba próximo y llenó por
completo la piscina con agua cristalina.
Me desperté y me pregunté por el significado de tan extraño sueño.
Me había dejado con un sabor inconfundiblemente positivo, así que
salté fuera de la cama sintiéndome mejor. La presión había
desaparecido, y mi respiración ya no era tan trabajosa. Me fui a la
cocina, y cuando miré fuera de la ventana, vi que la piscina se
había limpiado. Me quedé parada mirando con absoluto estupor.
Habíamos invertido tal fortuna en químicos que ya había desistido de
pensar que íbamos a poder limpiarla, pero allí estaba, con el agua
tan clara y transparente como la piscina de mi sueño.
En ese momento Tim tocó a la puerta y yo lo dejé entrar mientras le
contaba que la piscina estaba completamente limpia. Él se puso
eufórico y corrió a echar un vistazo. Meneaba la cabeza de un lado a
otro mientras contemplaba el estado del agua y repetía "no puedo
creerlo". Él había estado asistiendo con la aplicación de los
químicos, la limpieza del filtro y todo lo demás, a la vez que
realizaba una y otra vez sus actividades de "limpieza espiritual",
así que sabía muy bien todos los esfuerzos que se habían realizado y
cómo habíamos llegado al punto de tirar la toalla. Estaba tan
sorprendido como yo del súbito giro en los acontecimientos. Le conté
de mi sueño y de lo intrigada que estaba con su significado exacto,
así como de la identidad de esta "pariente" que había acudido a mi
ayuda.
En ese justo momento Candy llamó con noticias propias. Acababa de
recibir una llamada de uno de los miembros de la iglesia Metafísica,
quien le había informado que la asistente de la reverenda Ruth y el
Gran Brujo habían tenido un accidente de tránsito la noche anterior.
Ambos estaban en el hospital y la reverenda Ruth solicitaba que
"eleváramos nuestras plegarias" por el bien de ellos. Le dije a
Candy que esta noticia del accidente me resultaba sumamente extraña
a la luz de mi sueño, en el que un automóvil caía dentro de la
piscina, misma que ahora se encontraba completamente limpia. Aún
más, el elefante finalmente se había retirado de mi pecho. ¿Había
alguna relación entre el sueño y la solución del problema de la
piscina, y el alivio final de los síntomas del "ataque" y mi
decisión de romper contacto con el grupo o algún miembro en
particular del mismo?
Era posible. Pero esto me forzaba a considerar ciertas ideas que
simplemente resultaban extravagantes. Parecía que el rodearse a uno
mismo con amor y luz a final de cuentas no resultaba ser tan eficaz
como se pretendía, especialmente en medio de ciertas circunstancias
particulares. ¿Podría ser que la "burbuja de amor y luz" resultara
más bien ser una especie de "inhibidor" que impedía el acceso al
conocimiento así como al crecimiento espiritual? Ahora me resultaba
suficientemente claro que las personas que estaban viviendo dentro
del capullo de sus creencias tenían tantas probabilidades como
cualquiera otra de sufrir una fijación etérea, de ser utilizados por
fuerzas oscuras, o de caer víctimas de las maquinaciones de algún
ente desencarnado.
Quizás había en estos casos, inclusive, una mayor
propensión. La razón podía ser su renuencia a CREER en tal
posibilidad, con lo cual perdían todo el ímpetu por aprender los
detalles de la dinámica, además de que se predisponían a rechazar la
idea de que bien podían ser víctimas ellos mismos. Como reza el
viejo adagio: "Lo único que se requiere para el triunfo del mal es
que los hombres buenos no hagan nada por evitarlo". Aquí teníamos un
perfecto ejemplo de la validez de tal afirmación. Cuando una persona
se encuentra encerrada dentro de un sistema de creencias pierde la
capacidad de ver las cosas de una manera objetiva. No cuestiona sus
observaciones o la naturaleza de sus experiencias de una forma
"abierta", y más bien interpreta ambas de acuerdo a su sistema de
creencias sin admitir siquiera la opción de otras explicaciones.
Aquellas clavijas cuadradas que no calzan dentro de los agujeros
redondos simplemente son descartadas y barridas debajo de la
alfombra.
También era evidente que muchas personas se presentaban a sí mismas
como "trabajadores de la luz", cuando de hecho no eran tal cosa.
Quizás esa es la imagen que tienen de sí mismos dentro de su mente
consciente, pero a un nivel más profundo, algo está sucediendo que
amerita una astuta observación con vistas a discernir la verdad de
los hechos, y, en honor a la verdad, yo no sabía como interpretar
todo el asunto. Más aun, me parecía que con cada paso que daba, las
circunstancias me conminaban a elegir cuidadosamente las cosas que
debía o no hacer con base en un nivel de entendimiento sumamente
sutil. Pero eso parecía guardar una relación con el hecho de que yo
estaba constantemente cuestionándome todas las cosas. No me permitía
atascarme a mí misma en un creencia particular.
Todavía había un asunto preocupante, y tenía que ver con Candy
misma. ¿Cómo podía ser que ella misma estuviera sentada sobre la
cerca de la ambigüedad? ¿Cómo era que ella podía tener fácil acceso
y contacto con todas estas personas? Traté de apartar semejantes
preocupaciones, pero sabía que eventualmente requerirían de una
explicación satisfactoria. En cierto sentido, en ese punto de mi
vida erigí un escudo mental en contra de ella y me abstuve en lo
sucesivo de confiarle tan abiertamente todas mis cosas.
Mantuve mi relación con Candy por algunos meses más, hasta el
comienzo mismo del contacto con los Cassiopaeans, mientras ella me
aseguraba que "tenía todo bajo control". Los Cassiopaeans me decían
otra cosa, pero en ese punto de mi vida no sabía qué cosa creer.
Ella pasaba mucho tiempo con un supuesto investigador del fenómeno
OVNI que iba a "escribir un libro sobre su caso particular" y, por
añadidura, la iba a hacer famosa. Hice algunas indagaciones acerca
de este tipo por intermedio de mi amigo el investigador privado y
encontré no solo que sus credenciales eran dudosas, sino que además
los legítimos investigadores dentro del campo no querían tener nada
que ver con él. Cuando le dije esto a Candy, ella parece haber
corrido de inmediato a contárselo todo a él, y éste a su vez la
convenció ipso facto de que yo era más bien la persona de la que
había que cuidarse porque resultaba obvio que yo era quien quería
utilizar su caso para hacerme famosa como "investigadora del
fenómeno OVNI". Él, por el contrario, solamente "quería ayudar".
Claro está que también quería tener una relación íntima con Candy.
Azuzada por este individuo, Candy se confinó a un círculo de
personas que profesaban una devoción tan fanática hacia los
"Pleiadianos" de Billy Meier que se había convertido en una especie
de culto. Adicionalmente, a estas alturas su comportamiento se había
vuelto tan extraño que me sentí en la obligación moral de advertirle
acerca de este grupo. Ella se puso furiosa de que yo cuestionara sus
intenciones. Estaba claro que había un constante esfuerzo de parte
del grupo para convencerla de que yo era el enemigo, y nada podía
haber estado más lejos de la verdad.
En determinado momento, Candy había descubierto que el vestido que
había llevado mientras tuvo lugar su "principal episodio de plagio"
había estado tirado en una esquina de su guardarropa sin que nadie
siquiera lo tocara. Ella dijo no haberse sentido capaz de lidiar con
el asunto a causa del desasosiego emocional que le había producido
el evento. Le sugerí que lo metiera dentro de una bolsa plástica y
lo guardara hasta que yo encontrara la manera de que alguien lo
examinara en busca de cualquier rastro que pudiera arrojar algo de
luz sobre el asunto.
Llamé a mi amigo el investigador privado y le conté los detalles del
episodio. El se mostró sumamente interesado en esta "evidencia
física", ya que era susceptible de ser examinada científicamente.
Decidió utilizar sus contactos en el Departamento de Policía para
arreglar que se enviara a un laboratorio adecuado, pero iba a hacer
esto sin dejarles saber que podría estar conectado con un caso OVNI.
Concordamos en que esta era la mejor manera de prevenir una posible
"desaparición" de la evidencia.
Llamé a Candy y le dije que me las había agenciado para hacer todos
estos arreglos, y ella se mostró entusiasmada y anuente a traer el
vestido para que yo se lo entregara al investigador. Unas cuantas
horas después de haber dejado el vestido en mi custodia, ella me
llamó para preguntar si ya lo había entregado, a lo cual yo respondí
que aún no, pero que justamente me aprestaba a hacerlo. Ella
entonces insistió en que NO lo hiciera, ya que su amigo el
investigador de OVNIs le había dicho que él tenía a mano todos los
"recursos adecuados" para examinar el vestido, ya que un amigo suyo
era un químico que contaba con su propio laboratorio.
Yo ya tenía
conocimiento de que este tipo era un completo fraude, y le advertí
que estaba cometiendo un terrible error, que su evidencia quedaría
seriamente comprometida si permitía que él se la llevara. Pero ella
estaba resuelta a hacerlo así. Parecía que de cara a los hechos
objetivos ella había escogido tener sus ojos completamente cerrados.
Vino de inmediato y se llevó el vestido.
Mi primo tenía contactos con muchos de los miembros del grupo MUFON
y me llamó un día para contarme que había una buena cantidad de
rumores circulando acerca de este incidente. Parecía ser que luego
de que Candy entregara el vestido a su nuevo "gurú" el "ufólogo" él
a su vez se lo había entregado a otro individuo que declaraba ser un
"científico" y que mi primo conocía bastante bien. Según era de su
conocimiento, este individuo a lo sumo había tomado algunos cursos
en la universidad, pero definitivamente no era ningún científico; de
hecho, se desempeñaba como un mero técnico en una planta de
procesamiento de aguas negras, ¡y esa parecía ser su mentado
laboratorio!
Efectivamente, Candy había escogido al técnico de la planta de
tratamiento de aguas del condado para realizar un "riguroso análisis
científico" consistente en dar unas buenas sacudidas a la evidencia
sobre una cortina de baño extendida para ver qué salía, antes que
someterla a una legítima evaluación científica en el marco de una
laboratorio forense de alta tecnología. Difícilmente me lo podía
explicar, pero esa era su decisión.
Yo estaba bastante disgustada con los del grupo, sus juegos de OVNIs
y sus constante maniobras para descalificar a todos los demás.
Por esa misma época se suponía que yo debía ser el centro de una
charla bastante anunciada acerca de los Cassiopaeans en una librería
de Indian Rocks Beach, y un par de días antes de que el evento
tuviera lugar recibí una llamada de la propietaria de la librería.
Estaba bastante alterada y decía haber recibido una llamada anónima
de una persona que evidentemente había utilizado algún tipo de
aparato electrónico para disfrazar su voz. Esta voz le había dicho
que si no cancelaba mi charla sería mejor que se preparara para una
ola de "mala publicidad", porque yo estaba en una lista de
individuos que debían ser "eliminados", y ella de seguro no iba a
querer que eso pasara justo en su establecimiento.
Afortunadamente ella estaba más molesta por haber sido amenazada que
otra cosa, y estaba dispuesta a correrse el riesgo, pero yo por mi
parte no estaba dispuesta a correr ningún riesgo, así que llamé a mi
amigo investigador y le conté la situación. Su socio se ofreció como
voluntario para fungir como guardaespaldas mío, y el día del
acontecimiento me condujo en su auto hasta el lugar, inspeccionó a
cada una de las personas que entraron en la habitación, y quedó todo
el tiempo atento y armado para cualquier eventualidad.
Yo debí reconocer el hecho de que las cosas se habían salido fuera
de control cuando me veía obligada a salir con un guardaespaldas
para poder siquiera hablar del material Casiopeo.
No solo eso, me preguntaba qué era realmente lo que estaba pasando.
¿Porqué era que todo el experimento de canalización, una vez pasado
cierto punto clave, había incitado una verdadera ola de ataques? Uno
podría decir que semejantes acciones de seguro no se originaban en
el "bando de los buenos", así que por eliminación debían originarse
en el "bando de los malos". Y si este era el caso, ¿cuál era la
motivación? La única respuesta lógica era que debía haber una razón
por la cual no deseaban que procediéramos con el experimento.
Y una
vez que se había establecido el contacto, definitivamente no querían
que compartiéramos con nadie la información que estábamos
recibiendo. Nuevamente me veía forzada a preguntarme: ¿porqué? Y
aquí la única respuesta lógica para explicar porqué resultaba tan
imperativo callarnos, era que estábamos recibiendo una información
VERDADERA, o al menos una que estaba preocupantemente cerca de la
verdad.
También cabía preguntarse porqué tantas otras fuentes de información
canalizada no estaban siendo sometidas a ataques similares. La
lógica dictaba que nada de lo que estaban diciendo era significativo
o siquiera lo suficientemente aproximado a la verdad como para
ameritar llegar a semejantes límites de represión.
Un día, durante una visita de Candy, le hice mención de todas estas
cosas y ella admitió que había continuado participando en el grupo
de la iglesia metafísica así como en el grupo de Reiki. Le dije que
en mi opinión esa no era una buena idea. ¿Acaso no habíamos
aprendido nada de las pasadas experiencias? Entonces ella salió con
algo que me sorprendió. Comenzó a decirme lo tonto que le parecía
que uno decidiera terminar relaciones con la gente basado en
nimiedades tales como los "juegos" que obviamente estaban teniendo
lugar aquí.
Le recordé que ella no era la que estaba recibiendo serias amenazas
en contra de su integridad física. Tuvo que reconocer que esto era
así, pero agregó que ella de alguna manera se sentía "protegida" y
libre de navegar en aguas traicioneras y coquetear con el "otro
lado". Traté de persuadirla de que bien podría estar siendo guiada
hacia una trampa, pero insistió en que este no era el caso, así que
tuve que desistir de hacerle entender mi punto, al menos por el
momento.
Al día siguiente una de mis hijas cayó víctima de una fiebre y una
alergia bastante severas. Yo la llevé inmediatamente donde el
médico, y el diagnóstico fue: Candidiasis sistémica severa. No
requerí de más claves. Cuando Candy llamó más tarde durante el
transcurso del día, lamenté tener que decirle que mientras se
empeñara en frecuentar "el grupo", yo no tendría otra opción más que
cortar relaciones con ella. No podía correr más riesgos,
especialmente cuando estaban involucrados mis hijos.
No hace falta decir que ella creyó que yo actuaba como una loca
dándole cabida a semejantes pensamientos, pero esta era una decisión
que yo debía tomar, y más tarde probaría ser la correcta, pero esa
es otra historia.
Recuérdese lo que dije al principio:
"En apariencia había alcanzado un estado de amor y aceptación de
todas las personas, de respeto por todas las sendas individuales y
compasión por todos los que se afanan dentro de sus propios estados
de ignorancia. Estaba trabajando tan denodadamente como podía (y aun
en mi estado de deterioro físico, el esfuerzo era considerable) para
"arreglarle" las cosas a todos aquellos que lo solicitaban.
Ciertamente no lo hacía por dinero. En cierto sentido, estaba en una
situación tan mala como cuando aquella "voz" me había indicado que
debía "aprender" acerca del mal. A no dudarlo, estaba tratando.
Estaba tratando de aprender cómo identificarlo. Lo que no sabía y
estaba a punto de aprender, era que a menudo aquello que se presenta
como proviniendo de la luz y de la verdad NO lo es, siendo más bien
una impostura y un engaño. Esta era aun la parte "no aprendida" de
la "lección del amor". Ya había aprendido la lección de que las
grandes organizaciones religiosas pueden ser un camino hacia la
destrucción personal, lo que aun no sabía es qué tan sutil y
tortuoso podía llegar a ser ese engaño y como podían manifestarse
estos extremos a niveles individuales".
Entonces, ¿qué conclusiones podemos derivar de todo lo anterior?
Recientemente le he pedido a algunos amigos que echaran un vistazo a
esta narrativa para determinar si su particular análisis de los
acontecimientos coincide con el mío. He debido manifestar mi
agradecimiento por sus respuestas, que además resultaron tan
ingeniosas que no puedo menos que citar algunas aquí.
"C" escribe:
"Lo que puedo determinar es:
1. La jerarquía del sistema de ataque puede o no resultar evidente
para aquellos individuos que fungen como canales de ataque,
especialmente en el caso de los que se encuentran en los niveles
inferiores de esta jerarquía. 2. El nivel de compromiso puede ser parcial o total: los ataques
vienen por un quebrantamiento en la integridad del vehículo
seleccionado, y se propagan por contagio o artificio a través de
alguna debilidad de la persona atacada. 3. Uno puede observar hilos, pequeñas series de hechos molestos o
"diminutas faltas" que se pueden justificar de alguna manera, o bien
ignorar, ante la evidencia de otros atributos más positivos dentro
de la persona en cuestión. 4. Por otro lado, lo "estrambótico", o las varias "inconsistencias
de la personalidad" no deben necesariamente ser tomados como
indicadores de contaminación. 5. La obvia falacia de la filosofía del "amor y la luz" trae a
colación un punto que me resulta personalmente interesante y que se
relaciona con el punto #3 (es decir, la tendencia a disculpar). En
lo concerniente a la insistencia en el perdón, esto podría
convertirse en una reacción automática que podría llegar al extremo
de volverlo a uno ciego a la presencia de estos hilos."
"Cuando uno se ve enfrentado cara a cara con un ataque, uno debe
tener bien claro cuál es la dinámica de la situación, y cuando uno
ha concedido el perdón, ya sea de manera consciente o inconsciente,
o ha optado por ignorar alguna falta o mal cometido, uno está
creando una debilidad dentro de la propia integridad. Y al decir
integridad no solamente me refiero a la integridad moral, sino en el
sentido genérico de la integridad como un todo. Una vez que se
transita por el camino del perdón, también se abre la posibilidad
del no-perdón. Creo que el tema amerita una reconsideración y unas
re-evaluación de la ideas previas. Creo que el perdón que se
manifiesta como un proceso automático es un programa instaurado por
el Cristianismo. Está también la cuestión de cómo pueden los
estudiantes realmente perdonarse unos a otros cuando toda acción y
su correspondiente reacción no son más que parte de una lección. No
promuevo la actitud de guardar rencores.
El verdadero perdón debiera implicar la cancelación de la debilidad
que originó la falta en la otra persona, es decir, el reconocimiento
por parte del perdonador de que ha sido eliminada la posibilidad de
subsecuente daño.
Desde un punto de vista mundano, el perdón puede ser visto como un
juicio (de la misma manera que se emite un juicio con la negativa a
conceder el perdón). No garantiza que ha sido debidamente encarada y
resuelta la debilidad subyacente en la persona perdonada. Además
implica el envío de una señal para el perdonado de parte del
perdonador indicando que este último ha resuelto su propia lección,
ante lo que solo cabe preguntar si en verdad estamos los seres
humanos calificados para hacer esto.
De manera similar, me parece a mi que cuando se es tolerante con las
debilidades de las otras personas sobre la base de que las otras
cualidades positivas "contrarrestan estas debilidades", estamos
tácitamente accediendo a entrar en un estado de ignorancia, además
de que cerramos la puerta a la posibilidad de recibir información
adicional de parte de nuestros verdaderos amigos acerca de nuestros
propios aspectos más inconscientes.
Dentro de este escenario hay otro aspecto integral: la habilidad y
los medios a través de los que se pueden realizar correcciones y
mejoras efectivas. Y por supuesto, cada miembro tendría el derecho y
la responsabilidad de mantener su propia integridad. Cualquier
organización está propensa a la contaminación, y solo puede ser
considerada tan fuerte como lo sea el eslabón más débil de la
cadena.
Por lo tanto, los individuos dentro del grupo tendrían que ser
realmente responsables como individuos por su participación dentro
del grupo. Cada uno de nosotros tiene puntos flacos a través de los
que podemos ser manipulados y utilizados, de la misma manera que los
puntos flacos en otras personas pueden ser utilizados para causarnos
daño. La cuestión es hasta qué punto estoy dispuesto a tomar medidas
para apuntalar mis propios puntos flacos y asistir a otros en hacer
lo mismo con los suyos.
¿Cuáles son nuestras debilidades y nuestras fortalezas? ¿Qué partes
de nosotros estamos nutriendo? ¿Cuáles son los flancos de nuestra
organización que deberíamos vigilar con mayor asiduidad? ¿Qué
debemos hacer para asistirnos en el fortalecimiento mutuo y el
fortalecimiento de la unidad? Pareciera que debe existir un sistema
inmunológico a nivel astral, paralelo al sistema inmunológico
físico. Si es así, yo esperaría que la integridad fuera un reflejo
directo de la salud de ese sistema. Es el conocimiento el que
protege, no la capacidad de perdonar.
No existen garantías de que uno no vaya a ser atacado, pero uno
puede minimizar la duración y la severidad del ataque, así como los
efectos adversos, conforme uno avanza en la vida. El "Perdón" podría
resultar ser un aislante que nos separa del acceso al
conocimiento... Se que yo mismo he barrido certeras impresiones
originales bajo la alfombra del perdón solo para tener que
lamentarlo más tarde.
(En términos de la filosofía del "Perdón, el Amor y la Luz") la
parte perdonada siente ahora que ya no es responsable, y si la cosa
termina allí, sin mayor inspección posterior, cabe la posibilidad de
que utilice la tolerancia para seguir alimentándose en el futuro. En
la medida en que la víctima del ataque recurra a la simple fórmula
de "voltear la otra mejilla", será identificada para posteriores
ataques que se podrían prolongar mientras su reserva de energía
pueda ser exprimida.
Por otro lado, si tanto el atacante como el atacado pueden de una
manera honesta y abierta examinar la mecánica del ataque, y se
muestran dispuestos a reparar las brechas en la integridad de la
relación, hay aquí una posibilidad de incrementar la fortaleza, es
decir, de revertir las consecuencias de lidiar con un "pequeño
tirano".
(En cualquier relación en la que tengan lugar ataques de algún tipo)
cuando la persona que es utilizada es capaz de observar y caer en la
cuenta de lo que sucede, sin recurrir a los juicios morales o al
reproche de culpas, existe una esperanza. Pero no hay garantías...
uno también debe ser capaz de comprometerse a llegar a conocer las
propias limitaciones, a estar siempre listo para sobrellevar nuevas
y más recias modalidades de ataque y traición provenientes de la
contraparte más débil, además de asumir parte de la responsabilidad
por la evolución y el crecimiento de la otra persona, aún si la
siguiente acción más recomendable es la de romper el contacto por el
bien de la propia cordura y con vistas a no entorpecer la lección de
la otra persona".
Una buena analogía de lo que se describe arriba me fue suministrada
por otro amigo, "L", quien escribió:
"Todos tenemos nuestra "armadura" espiritual, nuestro escudo y
nuestra espada. Me veo a mí mismo como parte de una línea de
defensa. El guerrero que se encuentra junto a mi debe estar
igualmente pertrechado; yo no puedo quitarme la coraza y dársela al
guerrero de al lado solo porque él o ella olvidaron traer la propia;
eso incrementaría mis probabilidades de ser atravesado por una
lanza. Tampoco puede uno entrar en batalla teniendo al lado a un
guerrero que no se preocupó por prepararse de manera adecuada y que
nada más se levantó un día y decidió ponerse una armadura.
En otras palabras, uno debe estar en iguales condiciones (con
respecto a aquellos con los cuales uno se encuentra estrechamente
relacionado).
Pero, al igual que un guerrero, uno no deja a los heridos atrás, y
si observa que los compañeros están siendo atacados por varios
costados, uno arremete en su ayuda blandiendo fuertemente la espada.
Son los camaradas de uno, y en época de batalla están más cerca que
los mismos familiares.
Esto me recuerda algo que leí en alguno de los libros de
Carlos
Castañeda.
Don Juan dijo: 'Un guerrero pierde compasión porque ya no
siente más lástima de sí mismo'. Esto es cierto en muchas maneras.
Yo considero el perdón más bien como una forma de 'dejar que las
cosas fluyan', sabiendo que algunas cosas deben suceder para que
pueda tener lugar una lección; cada quien tiene su papel que
desempeñar dentro del drama."
Y ese es el punto: cada quien tiene su papel que desempeñar dentro
del marco de las lecciones que todos estamos aprendiendo. Y podemos
utilizar estas lecciones para ser cada vez mejores en lo que hacemos
y somos, o bien podemos retirarnos dentro del capullo de nuestras
propias creencias, cerrando los ojos a la maravilla del universo y
su gran Drama Cósmico.
Sí, en un sentido muy real todos somos uno, pero parece que estamos
bajo el mandato de descubrir nuestras verdaderas opciones, de ELEGIR
nuestro papel, interpretarlo hasta la última letra, y hacer el mejor
esfuerzo para que el teatro se caiga en aplausos y se lancen
cascadas de flores cuando finalmente descienda el telón.
Cuando se acabe la obra y todos nos encontremos tras bambalinas,
podremos estrecharnos las manos y felicitarnos mutuamente por una
actuación encomiable, pero eso tendrá lugar en un nivel diferente.
Parece que aun deben tener lugar más actos en esta obra, antes de
que podamos llegar a la sétima densidad. Y si no desempeñamos bien
nuestra parte, bien puede ser que se nos "saque de la obra" y se nos
recicle como un extra más. Estamos a mitad de la obra y no podemos
convertirnos en dramaturgos o directores hasta que no probemos que
podemos actuar. Y esta "actuación" parece involucrar elecciones y
comportamientos muy particulares si queremos que la obra sea un
"éxito".
Así que, retornando a los conceptos prácticos dentro del drama
cósmico: bien podemos haber "sobrevivido" a una situación
particularmente difícil y haber aprendido una lección
particularmente importante, pero es iluso creer que ese es el fin de
las cosas. Cualquiera que haya sido la persona o cosa que me quería
muerta, es seguro que no había desistido de cumplir su cometido. Yo
estaba a punto de aprender que cuando uno bloquea un embate
proveniente de una dirección, la resolución del atacante le hace
buscar un nuevo flanco de ataque. Y en algunas ocasiones, ¡la vía
más certera de ataque es la propia mente!
|