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DESPERTAD, QUERIDOS AMIGOS, DENTRO DE VUESTRO SUEÑO
Como especie de la vida, estáis equipados para el momento en el que
se os requiere dar un salto de fe.
Nosotros os contamos historias que os ayudan a evolucionar. Podéis
elegir entre si queréis creerlas o no. No obstante, si elegís
creerlas también debéis estar dispuestos a soltarlas y daros cuenta
de que ya no os sirven. En estos momentos, todos nuestros intentos
y propósitos sirven para confundiros hasta que lo veáis claro,
además, queremos crear contradicciones insolubles dentro de los
patrones de pensamiento que ocupan las células de vuestro Ser.
Cambiáis cuando pensáis en nuestras palabras. Los días que tenéis
por delante estarán llenos de un esplendor majestuoso. Hace algún
tiempo, vuestro mundo físico también ofreció una belleza original
para que la exploraseis. Estáis creando una oportunidad para
trascender la realidad tridimensional y para poder entrar en los
túneles del tiempo donde los mundos y realidades tienen una mayor
variedad y flexibilidad.
Vuestra tarea consiste en sanaros mientras
avanzáis en la caza del tesoro a través de los túneles del tiempo.
Hemos compartido muchas claves con vosotros y otras tantas que no
hemos mencionado. Tenéis que transformaros como totalidad de la
fuerza de la existencia, equilibradamente, en vuestro momento del
«ahora» que se expande de manera continua.
Os hablamos porque sois humanos que estáis evolucionando —sois
embajadores de la luz—. En estos momentos estáis dispuestos a hacer
descubrimientos sin precedentes. Estáis maduros, debido a vuestra
propia exposición y búsqueda, para elegir. Cuando nosotros viajamos
a vuestra realidad aprendemos por el mero hecho de observar el
proceso de vuestra resistencia, de vuestro aprendizaje y creación de
vida. En estos momentos, podéis consideraros en el punto álgido del
viaje vital. En el momento en que os sentís atraídos por nuestras
palabras, el fin está cerca.
Todas las cosas que hemos compartido con vosotros, a lo largo de los
once capítulos anteriores, fueron diseñadas para que profundicéis
más en vuestro trabajo interno. Habéis visto las creencias e ideas
en torno a las cuales se estructura el Ser —debido a la elección,
debido a las influencias visibles e invisibles de la Tierra y de los
cielos— ¿Qué importa? No repudiéis la realidad. Habéis creado ahora
una oportunidad. A estas alturas estáis equipados para agradecer lo
que sabéis y a dónde habéis viajado. En esta historia del «doce»
habéis aprendido más cosas sobre quiénes
sois.
La idea del «doce» está impresa y profundamente enraizada en
vuestro ser físico. El «doce» es un código que ha sido utilizado por
muchos seres sensibles para entrar en vuestra realidad. Hoy vivís
vuestro mundo gracias a ciertos acuerdos matemáticos de lo que es
la realidad. Hay numerosas bases matemáticas para las cuales se
pueden utilizar números e interpretaciones.
La mayoría de vosotros
está de acuerdo con aquello que se enseña y se utiliza y os creéis
que es lo único. La idea del «doce» coincide con la base matemática
y el punto de vista comúnmente aceptado. La historia del «doce» es
mucho más grande que esta base; no obstante, encaja bien. Se os
puede influenciar gracias a esta estructura y se puede establecer
una forma de guiaros para que os acerquéis a la realidad.
¿Os podéis imaginar que, sea a donde sea que viajéis a lo largo de
la vida y de toda la existencia, siempre habrá un camino? Imaginad
que estáis conduciendo un coche, viajando por las autovías pero
nunca miráis atrás ni os atrevéis a alejaros de las carreteras
asfaltadas.
Podéis ver lo que hay al lado de las carreteras pero
vuestro vehículo sólo funciona sobre la carretera asfaltada y por
eso sólo podéis ir a donde haya una carretera y nunca podéis dar un
paseo andando. Comprended que la huella del «doce» es como una
carretera —ya sean los doce signos del zodíaco, las doce horas del
reloj, los doce capítulos de este libro o las doce marcas de vuestra
identidad en forma de filamentos del ADN o los doce chakras de
energía—. Todas estas cosas son carreteras que atraviesan el cosmos
y alrededor del cual, habéis viajado como seres inteligentes.
Nuestra intención es ayudaros a que seáis plenamente concientes de
que os encontráis en una «autovía» de doce formas energéticas. Si de
verdad podéis aprehender esta gran influencia del «doce», tal vez os
será más fácil ver a dónde os conducen las carreteras cósmicas.
Estáis preparados para encajar, como modelos de pensamiento
universal, en doce carreteras. Esto forma parte de las enseñanzas
que están codificadas en este libro.
La comprensión de las doce
carreteras energéticas, que os llevan a lugares distintos en esta
existencia que os une, implica unos niveles muy profundos de
creación. Cuando comprendáis que estas carreteras os conducen a los
grandes cambios de conciencia que estáis acumulando y viviendo como
conciencia colectiva, ello acelerará el fin de la realidad tal como
la conocéis ahora. Con todo, un fin es un momento colmado, instante
en el que os reunís y os quedáis esperando el comienzo aún
invisible. Como especie de la vida, estáis equipados para el momento
en el que se os requiere dar un salto de fe.
Puede que os preguntéis:
«¿Y de qué me sirve saber lo que sé? ¿Qué
me aporta el hecho de saber ahora que soy un miembro de la Familia
de Luz? ¿Que tal vez sea un pleyadiano? ¿De qué me sirve saber que
la Tierra es valiosa, que yo soy valioso, que si camino sobre la
Tierra y busco puedo encontrar sus secretos de ilimitada
majestuosidad, sus lugares sagrados y sus sinfonías de círculos que
hablan silenciosamente? ¿Por qué necesito saber cosas sobre los
«Lizzies» y sobre la Diosa y sobre mi cuerpo?
Y, ¿cómo es esto de un
espacio dentro de mí para que otros puedan fusionarse conmigo y
asomarse a través de mis ojos? Y, si es verdad que otros se fusionan
conmigo, ¿perciben ellos el mismo mundo que veo yo? ¿O, acaso, el
hecho de que otros se fusionen conmigo hace emerger otros mundos y
que yo mismo emerja desde estos otros mundos? ¿Qué es la posesión?
¿Qué significa fusionarse y emerger aquí en la Tierra a finales del
siglo veinte? ¿Que tienen que ver mis glándulas y mi cuerpo con todo
esto?
Y, ¿a dónde me conduce la sexualidad en este contexto?»
Ahora
bien, mientras vosotros examinéis estas cuestiones, a nosotros nos
gustaría preguntaros:
¿Qué profundas novedades estáis descubriendo
al aprender a abrir vuestros lugares sagrados personales a los
secretos de vuestras propias ataduras de la conciencia? ¿Con qué os
encontráis cuando topáis con muros y cuando veis los misterios más
profundos de vosotros mismos?
Si conseguís aprender a transformar la energía y a no juzgar,
llegaréis a un lugar exaltado que os conducirá más allá del momento,
hacia un aspecto mucho más amplio del tiempo —un tiempo que está
estructurado de una manera muy diferente a la que conocéis—. El
tiempo, según vosotros, está regido por números. Una vez mas os
encontráis con la historia del «doce», encapsulada en el tiempo,
definiendo quiénes sois dentro de este círculo.
Así que, cuando
completéis el ciclo del «doce» en este libro, deberíais reflexionar
y considerar el tiempo según un nuevo punto de vista. Daos cuenta de
que es una estructura mediante la cual otras formas de la existencia
usan la herencia matemática como un lenguaje para expresar la
geometría.
Pensad en la geometría del tiempo que conecta los ciclos que
vosotros creéis existen fuera de vosotros —las rotaciones de los
planetas y de
la Luna. ¿La luna es una computadora? ¿Un ojo en el
cielo? ¿La Madre Diosa? ¿Un lugar de bases secretas? ¿Una estación
de aprovisionamiento? ¿Una biblioteca cósmica? ¿Un almacén de
sabiduría antigua? La Luna es una creadora de magia y un rotador de
ciclos, la energetizadora de vuestras mareas internas y una deidad
acuosa de la Gran Madre. ¿Qué es la Luna en relación al Sol?
Esto
es lo que debéis explorar durante vuestro viaje de autodescubrimiento.
El Sol es el gran regente maestro, el gobernador de vuestro sistema
solar —¿quiénes sois vosotros sin luz?—. ¿Quién posee la luz? Y,
¿quiénes, de verdad, son luz? Y, ¿cuáles son las formas energéticas
que le rodean, estos regios planetas que, según vuestras creencias,
existen en vuestro sistema solar y que están esparcidos como perlas
en todo el espacio cósmico —joyas tan bellas como la propia Tierra—?
Hay gente que se mofa de la idea de que cada una de estas
resplandecientes formas que habitan en el espacio contiene
inteligencia.
Nosotros, sin embargo, que existimos muchas veces en estas rocas
brillantes del espacio, nos asombramos cuando alguien no comparte
las grandiosas ideas que en estos momentos bombardean vuestro
planeta. No permitáis que aquellos que ejercitan la autoridad os
quieran limitar. ¡Elevaos! Cuando decidís elegir una visión más
amplia de la realidad, entráis en un estado exaltado de conciencia.
Es decir, que estáis dando un papel más importante a cada cosa en
vuestra vida y funcionáis desde el centro de vuestra propia
autoridad.
Cuando viajáis a este punto que es la suma total de quiénes sois,
llega el momento de compartir vuestro conocimiento con vuestra
familia, sociedad y cultura. Hay muchos de vosotros que ya estáis
preparados. Tenéis el deber de compartir lo que sabéis —no se trata
de predicar o sembrar miedo o arar el campo para otros, pero sí de
vibrar en la totalidad de lo que sois—. Tenéis que comprender y
abrazar todas las cosas que configuran una sociedad —vida, muerte,
nacimiento, niños y todos los miembros de una sociedad, jóvenes y
viejos, y no sólo aquellos que consideráis productivos—. Ocurrirán
cambios radicales. Tened compasión al poner en práctica todas las
cosas que habéis aprendido.
Como conciencia colectiva os estáis enfrentando al karma en su
totalidad, ahora que la era de Piscis concluye su acto final y su
propósito. El karma se está desarrollando de acuerdo con las leyes
universales de causa y efecto. Con un gran gesto de generosidad, el
karma permite que las creaciones de la existencia vuelvan a su
autor. Y vosotros sois éste. Os estáis enfrentando a un retorno
particular de lo que habéis creado.
Es crucial que sepáis esto
ahora.
Muy al principio de este diario hemos explicado que nosotros
estamos aquí, vivenciando la Tierra, debido a nuestro karma. A
vuestra manera, también vosotros habéis llegado a este punto. Así
que es importante que reviséis vuestras vidas, os apartéis un poco y
os convirtáis en observadores, los grandes observadores de vuestro
viaje a través del «doce». ¿Quiénes sois y cómo habéis empleado
vuestro propio Ser durante el viaje a través de la tabla de la
conciencia —este juego de doce ciclos vitales, o doce influencias
que giran y giran y completan una y otra vez el círculo—? ¿Podéis
salir de este círculo? ¿Qué sabéis? ¿Y qué vais a hacer con lo que
sabéis?
Nosotros existimos en un lugar en el tiempo que está más allá de
donde vosotros podéis ser en estos momentos, sin embargo, el lugar
en el que existimos ocupa el mismo momento que vosotros. Aprenderéis
a adentraros más profundamente en vuestros momentos y cómo
descubrir que hay una encantadora melodía sin fin que os seduce a
seguir.
Queremos que comprendáis que aquello que buscáis, de alguna
manera, siempre está justo delante de vosotros. No os carguéis con
esta idea. Comprended que durante la misma búsqueda os animáis y os
inspiráis con vuestra propia imaginación. Nuestra intención es
presentaros con una visión del propósito para que os inspiréis a
vivir más. No podemos hacer vuestra vida. Sólo vosotros, vosotros
mismos, podéis hacerlo.
Usando el poder de vuestra kundalini y dirigiendo esta fuerza hacia
una visión en expansión continua del paraíso y hacia la vibración
del éxtasis, seréis guiados desde un momento al siguiente. El
paraíso existe. Esta es la verdad. Todos lo estáis buscando y,
además, lo vais a encontrar. Lo reconoceréis como un momento de
felicidad absoluta. No es un lugar estático donde viviréis y os
aburriréis; es un momento de felicidad.
Muchas veces, lo buscáis
delante de vosotros, siempre esperando cuándo va a aparecer. Cuando
vivís totalmente un instante entonces podéis reconocer que estáis en
un momento de felicidad. O, podéis mirar atrás y daros cuenta de que
habéis vivido muchos momentos de felicidad. Podéis mantener la
frecuencia de la felicidad, sabiendo que una y otra vez habéis
creado este momento de expansión continua, espontáneo y sincronizado
y que os empuja a seguir avanzando.
Cuando lleguéis al punto de cierre y de cumplimiento, en el
duodécimo sector, habréis llegado de verdad al lugar del karma. Es
un conjunto de lecciones, cuando la suma total de lo que habéis
puesto en marcha vuelve hacia vosotros, completando un ciclo. Hay
varias maneras de manejar esta comprensión.
Podéis sentiros
atrapados y esclavizados por ella y podéis crear sufrimiento, es
decir, el victimismo:
«No tengo poder. No puedo hacer nada al
respecto. Estoy atascado en un pozo. No tengo ni idea de cómo me ha
podido suceder esto a mí».
Si ésta es vuestra postura, podéis estar
seguros de que lo vais a crear otra vez. O, podéis utilizar la suma
total del viaje de los «doce» y decir:
«¿Qué es esto que he
aprendido en este viaje del "doce"? Yo asumo la responsabilidad de
mi vida ya que es mi propio diseño y mi propia creación. Durante
este viaje he llegado a ver por qué he elegido ciertas cosas, aunque
no me había dado cuenta de ello antes. Me vale porque me demuestra
que mis pensamientos crean mi propia realidad y ahora entiendo cómo
el viaje del "doce" me ha servido. No me entristece ni esclaviza lo
que he descubierto. Puedo liberarme ahora».
Todos vosotros estáis pasando por este aspecto específico,
estáis
viviendo el final de la era de Piscis que está marcada en el
calendario cósmico. En un futuro cercano desaparecerá el fondo.
Estáis en el punto final, procesando y comprendiendo los
entramados, en forma de patrones e ideas que conectan todos los
aspectos del Ser, por los que habéis viajado.
Aquellos de vosotros
que habéis procesado los entramados del sistema exterior,
comprendéis ahora los entramados de vuestros propios sistemas, en el
interior de vuestro cuerpo. Algunos de vosotros estáis ahora
descubriendo que sois presos, atrapados en vuestra propia Torre Eiffel. Disolved vuestro confinamiento. Cuando os vayáis a la cama
esta noche, visualizad llaves que cuelgan de las paredes de las
torres en las que vivís.
Si os imagináis como presos, encerrados en
cualquier aspecto de la realidad, también podéis imaginaros que
haya llaves para abrir las puertas y que también haya nuevas
vestimentas. Elevaos y sabed que podéis resolver aquello que parece
ser una carga kármica. Si en estos momentos el karma os está
pellizcando es porque tenéis que salir de la prisión que os habéis
construido, inducidos por vuestra necesidad de castigaros o de
sentiros avergonzados.
Todos estáis preparados para este gran
momento de liberación. Imaginad que sois embajadores de luz,
sintiendo el espacio y la vitalidad dentro de vosotros mismos y
sabiendo que vuestros pensamientos han creado la energía que os
mueve. Nuevos horizontes y vistas del mundo os esperan si los
visualizáis e imagináis. Tenéis que visualizar estos momentos de
felicidad; no pueden existir sin vosotros.
Una iniciación es un test mediante el cual aprendéis a confiar;
soltadlo todo y cambiad. Cuando todavía sois pequeños y vuestras
piernas aún son cortas, aprendéis a moveros con triciclo. Cuando
sabéis manejarlo sin ayuda, os sentís muy orgullosos. Y cuando
podéis manejar estas piernas tan cortitas y moverlas y aprendéis
cómo manteneros encima del triciclo, la verdad es que os sentís muy
realizados como corresponde a un niño de tres a cinco años.
Esto es
una iniciación. Vuestras piernas van creciendo y ya sois demasiado
grandes para este pequeño triciclo. Hoy en día, el mundo está lleno
de gente en posición de autoridad pero que todavía está sentada
encima de un triciclo. Nunca ha ido más allá del momento de
conocimiento experimentado. Es gente que obliga a la realidad y a
estas piernas tan largas a encajar en este singular momento. La
iniciación consiste en permitiros entrar en este instante de
expansión continua —comprar una bicicleta más grande y adaptaros a
las crecientes necesidades de vuestro cuerpo—.
Debéis comprender
que vuestro cuerpo no sólo crece físicamente. Crece mental,
espiritual y emocionalmente hacia una existencia multidimensional.
La clave es confiar en el proceso de crecimiento y cambio en todas
las dimensiones de la realidad, con todas las versiones de vosotros
mismos. La crisis con la que os enfrentáis es porque los líderes
mundiales y figuras de autoridad siguen con su triciclo, dando
vueltas a la manzana, perdidos en un entramado de creencias
anacrónicas.
La iniciación supone hacerse con algo que es enorme y desconocido y
luego convertiros en maestros de su manejo. La acumulación de todo
lo que aprendéis a través del «doce» os lleva muchas veces a una
crisis. ¿Por qué se produce esta crisis? Porque sois seres muy
testarudos.
Porque os gusta decir:
«Me estoy expandiendo. Soy
elevado. Soy abierto. Hago espacio dentro de mi cuerpo. Estoy
preparado para el cambio».
Y luego aparecen los frenos.
«Así no,
espíritu. Oh no. Así no, espíritu. No voy a cambiar. Quiero seguir
siendo igual.»
No hacéis sitio para que las energías pasen a través
de vosotros y así se atascan los agujeros del colador. Y se produce
el contragolpe.
Si habéis visto alguna vez lo que ocurre cuando se rompe una presa,
sabéis que hay que enfrentarse con un gran desastre. Pronto lo
veréis. En vuestro mundo se derrumbarán algunos diques porque, como
personas, habéis retenido la conciencia. En lugar de pasar la
iniciación preferís quedaros en el triciclo. Tenéis miedo de
montaros en una bicicleta más grande y caeros. ¡Soltadlo todo! Daos
cuenta de que hay mucho amor por vosotros. La realidad fue diseñada
por vosotros y vosotros podéis diseñarla de manera que os
beneficie. La fuerza de la existencia se mueve en vuestra dirección
con tal de llamarla.
Así que, cread una gran y bella sinfonía de
cómo queréis que sea el mundo. No hay límites y esto es lo que la
iniciación enseña. Podéis bajaros del triciclo y montaros en una
bicicleta más grande e ir más deprisa y ver otro mundo. Como
colectivo estáis creciendo para montar algo más grande, un vehículo
que estáis empezando a imaginar. Tened compasión con los que tienen
miedo de bajarse del triciclo de la vida.
Tened compasión, abrid
vuestro corazón e invitadles. Enseñadles el camino, vosotros que
tenéis el valor de ser embajadores de luz, porque estáis montados en
un vehículo invisible.
No os ancléis en lo que hemos compartido con vosotros. No
proclaméis nuevas Biblias de verdades basadas en nuestras historias.
Estamos aquí para entreteneros y, como hemos dicho, para crear
nuevas imágenes para construir peldaños de cara a escalar hacia
aquello que está ahí fuera. Es un universo gigantesco, así que no
debéis limitaros a reducirlo todo a una sola receta para hacer el
pastel. Hay muchas maneras de ver la vida.
La encarnación del «doce» os dará la suma total de vosotros mismos.
Aceptadlo y daos cuenta de que con la conclusión del «doce» comienza
un viaje completamente nuevo. Este es el instante en el que os
encontráis. Disfrutad cada momento como un momento de felicidad.
Aprovechad la oportunidad de expansión continua que las diosas y
dioses y todas vuestras versiones de vosotros mismos están enviando
en vuestra dirección. Aceptad el encubrimiento de vuestra propia
creación.
La suma total del «doce» también hace referencia a la idea de las
doce bibliotecas.
Ahora mismo no podéis comprenderlo. No obstante,
nosotros intentamos ofreceros una visión y una idea para que algunos
de vosotros podáis empezar a crear estas librerías a vuestra manera
artística;
primero en vuestra imaginación y luego, a través de diversos
medios, en el propio planeta. Vosotros elegís libremente la manera
en la cual queréis convertir estas ideas en formas concretas.
Nosotros queremos que tengáis en mente que ahora mismo están
despertando a la vida doce centros sorprendentes, inclusive la
Tierra. Este momento se mueve hacia todas las direcciones conforme
lo engrandecéis y lo exploráis y os atrevéis a escalar un nuevo
pico de la existencia —insistiendo en que hay más— y todo ello se
refleja también en cada aspecto del «doce».
Cuando estos doce centros del saber se reconecten de nuevo y formen
una red energética de luz se habrá creado un nuevo mandala —una
nueva «autovía» energética dentro del universo que vosotros
habitáis. La historia del «doce» encaja en un círculo y, conforme la
realidad se estira para completar más momentos, encaja también en
una espiral. Cuando vosotros completáis un ciclo de «doce», se crean
esferas o círculos de conciencia más grandes hacia los cuales
evolucionar.
Vosotros tenéis dificultades en imaginaros lo infinito,
así que os sujetáis a un círculo y lo dividís en doce partes
iguales. No importa si lo llamáis luego zodíaco, calendario o
reloj. Os es más fácil identificaros con este aspecto de la
geometría porque os resulta más cómodo. Podríais moveros sin él; no
obstante, en este punto de vuestra evolución, es ahí donde estáis
aprendiendo a conocer vuestros propios ciclos y por eso, nosotros
os enseñamos en este ruedo.
Toda la geometría está encerrada en el
círculo, que es la clave de la espiral. Le ayuda a comprenderse a
sí misma cuando conquista el momento.
Queremos recordaros que vivís en dos mundos. Aunque conducís
coches, vais al baño, dormís, coméis y hacéis todas las cosas que
hacen los humanos, no vivís en este mismo mundo. Habitáis en un
mundo de conocimiento y habéis conseguido acceder a las reglas para
establecer un puente entre ambos. También queremos recordaros que
debéis energetizar la sensación de un mundo seguro.
Cuando
comiencen a suceder las cosas que se han pronosticado, habrá muchos
cambios, con eventos tumultuosos, pasmosos y sorprendentes. Sería
una muy buena idea acudir a la sabiduría de los mayores, a los
indígenas de todas las culturas, para escuchar las enseñanzas que
pueden compartir. Estas hablan de estos tiempos y sus maestros han
sido nuestros maestros. Ellos entienden cuando la Tierra habla.
Nosotros somos amigos de muchas creaciones de la existencia y os
recordamos que los Maestros del Juego se lo pasan en grande
entrelazando y orquestando realidades desde lejos, pero estando
dentro de ellas. Despertad, queridos amigos, dentro de este sueño y
realizad lo que es vuestro deber y vuestra responsabilidad como
seres humanos;
basándoos en lo que sabéis imaginad y visualizad un mundo seguro.
Lo que vosotros ordenéis será, y vuestra propia experiencia lo
reflejará.
Os agradecemos el valor de avivar la llama de la fe, que es como la
chispa de la vida que hay en el núcleo de vuestro Ser, y os
apreciamos por explorar las fronteras de una vida llena de dicha en
la cual hay significado y propósito. Procurad que esta llama crezca
y que sirva de combustible para un viaje seguro y singular hacia
áreas mayores de la existencia.
Ejercicio energético
Imagínate que estás de pie bajo el cielo despejado. El aire es
fresco y vigorizante y el suelo bajo tus pies es sólido y firme.
Respira profundamente y di: «¡Estoy vivo!» Céntrate en tu vitalidad
y viaja al momento de tu imaginación, como si fueras un pintor de tu
visión interior.
Visualiza delante de ti un antiguo círculo de megalitos y por un
momento ábrete a la vibración de estas doce piedras majestuosas que
están ahí, erguidas y dignificadas bajo el dosel del tiempo. Siente
cómo las piedras hablan, haciéndote partícipe de la experiencia de
su cometido como conciencia. Ellos han estado vivos y concientes a
lo largo de grandes épocas de la existencia, siendo los huesos de la
Tierra.
Acércate a una piedra, pon tu mano sobre su fresca
superficie y escucha con tus células cómo espirales doradas pasan a
través de la piedra y se adentran en tu «ahora». Pasa de gigante a
gigante vivenciando a los doce y siente la tarea y la energía
grandiosa que conserva cada una de las piedras. Toma esta energía y
traspásala a ti hasta que los huesos de tu Ser estén llenos de
espirales doradas.
Avanza ahora hasta el centro del círculo de piedras y planta una
semilla que contenga una versión resplandeciente y gloriosa de la
Tierra. Una versión en la que la Tierra es honrada y coronada por su
gente. Utilizando tus conocimientos de la luz y tu intención, crea
una chispa de la vida para activar la semilla. Observa cómo el
círculo se ensancha y cómo la semilla crece conforme va despidiendo
espirales doradas en todas las direcciones, pasando por las avenidas
del «doce», sembrando una nueva Tierra.
Ahora, una voz con un tono familiar te habla:
«Nosotros somos
vosotros. Viajamos sobre las espirales doradas del tiempo por los
ciclos de las épocas de la existencia y nos dirigimos a vosotros.
¡Elevaos!»
Que vuestro viaje comience de nuevo.
¡Sed vosotros mismos!
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