En la piedra está labrada la
historia de la Humanidad. Primero fue la piedra bruta y luego la tallada.
Primero fue residencia de poderes divinos o demoníacos, después albergó
el espíritu de los antepasados y fue un catalizador de energías
magnéticas en forma de megalito y con el paso del tiempo se transformó
en obelisco, estela, miliario, templo, rollo-picota y objeto artístico
escultórico. En Soria la piedra ha tenido también estos significados y
la misma evolución y también, desgraciadamente, se ha olvidado su
sacralidad.
El megalitismo es mínimo en Soria. Hasta el momento se han localizado
cinco enclaves importantes con enterramientos colectivos, siendo los
mejor estudiados la estructura dolménica de corredor hallada en el Alto
de la Tejera de Carrascosa de la Sierra, y la fosa tumular sin aparejo
megalítico del Cementerio de los Moros en Valdegeña. Los otros enclaves
se encuentran en Noviercas, Aguaviva de la Vega y Fuencaliente de
Medina.
Muy interesante es la Estatua-Menhir de Villar del Ala que puede verse
en el Museo Numantino; se encontró sirviendo como pasarela de un arroyo
y tiene tallado, al parecer, un ser humano. Llamativas son, igualmente,
las murallas de nuestros castros, torreones castreños como el de
Valdeavellano de Tera y las piedras hincadas de castros como los de
Castilfrío de la Sierra y Gallinero.
Hay menhires naturales en los más diversos puntos de la geografía
soriana, como el existente a cien metros de la ermita templaria de San
Bartolo, en el Cañón del Río Lobos; o la mole petrea de la Sierra del
Almuerzo dada a conocer por Antonio Ruiz Vega en la revista
Mundo
Desconocido, investigador que divulgó y fotografió para este mismo
periódico la enigmática Piedra Andadera de Covaleda que ya había llamado
la antención de Santiago Gómezde Santacruz junto con la citada
Estatua-Menhir.
Sobre la Piedra Andadera escribía el Abad de la Concatedral que se
encuentra en la cumbre del "Paso Marañón", frente a Covaleda:
"enorme
mole de 10 m3 que a modo de campana, a muy poco esfuerzo de la mano del
hombre y a ligero empuje del viento, se balancea".
Antonio Ruiz Vega
discrepa de las apreciaciones del Abad:
"La piedra, en sí, es una enorme
masa de roca en equilibrio semiinestable que "cabecea" con muy poco
esfuerzo, aunque me extraña -con perdón de Santacruz- que el viento
pueda moverla con su solo influjo. No pasa de ser un fenónemo curioso de
la Naturaleza , si bien es cierto que las rocas semimovientes suelen
estar unidas casi siempre a cultos inmemoriales. Así sucede en Bretañaa
e Irlanda y también en el sur de Francia".
El teósofo Mario Roso de Luna, que recorrió
Soria en su peregrinar
insaciable, decía que las piedras oscilantes podrían ser un fenómeno
natural que los hombres de las culturas megalíticas habían aprovechado
para funciones hoy desconocidas y que tal vez su movimiento pudiera
provocar vibraciones que se captarían a distancia. En el Stersteine -fabuloso
santuario sagrado de los primitivos germanos existente en el bosque de
Teutoburgo que tanto me recuerda al paraje durolense de Castroviejo-
existe una de estas piedras oscilantes, como también las hay en
Montserrat, la montaña más sagrada de España.
Las estelas, los miliarios romanos (algunos hay en el Museo Numantino,
otros dignos de ver son los dos "cantos migeros" de Retortillo en el
camino de Castro y Valvenedizo), los mojones (como el que divide a
Marazobel, Alpanseque y Barahona en el Torrejón) e incluso los
campanarios de las iglesias rurales, las torres románicas y las "agujas"
góticas son manifestaciones de la piedra vertical hincada por excelencia:
el menhir, emblema del buen Obelix.
Lo mismo acontece con los rollos y picotas que ha censado José Vicente
de Frías Balsas: Barca, Berlanga de Duero, Cabrejas del Pinar,
Calatañazor, Caracena, Carrascosa de la Sierra, Espeja de San Marcelino,
Fresno de Caracena, Fuentearmegil, Gormaz, Moñux, Morón de Almazán
Muriel de la Fuente, Osma, Puebla de Eca, Quintanas Rubias de Arriva,
Quintanilla de Nuño Pedro, Rello, Rioseco, Santiuste, Valtajeros,
Velamazán y Vinuesa. Igualmente hubo en Abejar, Almazán, Agreda, El
Burgo de osma, Valdanzo, Retortillo, Magaña, Olvega, Fuentepinilla, San
Pedro Manrique, Tejado y Villasayas.
Menhires artificiales contemporáneos los tenemos plasmados en piedras
hincadas que sirven como monumentos a Ezra Pound (Medinaceli), Antonio
Machado (Soria) y monolito al General Yagüe, columnata de San Saturio en
El Mirón (Soria), monolito con dos bloques de apoyo en la plazoleta de
la Variante Norte (Soria), recuerdo pétreo con placa metálica de la
inauguración de la residencia de ancianos de El Royo.., etc.
MENHIRES Y DOLMENES
La Tierra está viva. Es un ser vivo, es Gea, la Gran Madre Tierra. Y al
igual que el ser humano está cruzado por nervios, arterias, venas y por
canales sutiles de energía yin-yang que la acupuntura ha descubierto así
acontece con nuestro planeta. Lo comentaba al hablar de Lug y de las "líneas
de poder" el 13 de marzo, a la par que dibujaba un mapa con una docena
de estas líneas aplicadas a la provincia de Soria.
Dice Miguel Serrano lo siguiente respecto a los megalitos tras
identificar al menhir con la runa Is (I), el dolmen con la runa Ur (una
U al revés) y la runa Hagal (*):
"Van jalonando los puntos más sensibles
de la Tierra -Gerda para los nórdicos-. Esos extraños monumentos
megalíticos, obra de seres gigantes, son la acupuntura de una geografía
enferma, que evitan nuevas catástrofes, amarrando corrientes sensibles.
Enclavados en los chakras y centros nerviosos del cuerpo físico y sutil
de Gerda, donde ambos planos confluyen y donde se produce un encuentro
entre los ríos visibles e invisibles. Son también los primeros templos
de iniciación y los observatorios del cielo".
Para Miguel Serrano los
menhires se clavaban en sitios específicos para
evitar inundaciones, hundimientos y otras catástrofes, y los dólmenes
servían para la transformación espiritual del iniciado:
"La ciencia de
los menhires es enseñada en Europa a los ligures por los "antes" o
gigantes; también la de los dólmenes. Estos últimos son verdaderas
cítaras de piedra que vibran en señalados centros terrestres, al ser
mojados por el rocío o "agua de la luna". Permiten así la mutación del
elegido... Hay todo un libro de piedra abierto al iniciado en los
monumentos megalíticos. Está escrita allí la más antigua alquimia, la de
la Atlántida, y con ella la historia esotérica del hombre. El menhir
representa la Montaña polar primera, el Eje Polar; también la columna
vertebral del hombre. Luego, toda estupa búdica, todo templo , señala
igualmente la Montaña de la Revelación, en la más lejana Medianoche.
Todo promontorio primitivamente levantado, toda "piedra central" u "omphalo"...
Toda Montaña y Templo significa también el cuerpo del hombre. Por lo
mismo, el Arbol de la Vida, el Eje, el Menhir, el Lingan, es la Columna
Vertebral Invisible... Es la Alquimia de la Piedra, el "lapsis excilis",
el Gral".
Louis Charpentier advierte que
los dólmenes,
"estaban casi siempre
colocados en lugares privilegiados, en nudos de corrientes telúricas que
pueden ser de muy diverso orden: ya sean corrientes cuyas fuentes
profundas nos sean desconocidos, surgidos sin duda del magma central, o
bien de otras, más fácilmente determinables, surgidas de capas freáticas
subterráneas"
Así, mientras el menhir señalaban los lugares en los que
las "corrientes fecundantes eran particularmente activas", los
dólmenes
se situaban "en un lugar donde la corriente telúrica ejerce en el hombre
una acción espiritual al situarse en un lugar donde "alienta el espíritu";
recrea la caverna y es en el seno mismo de la tierra, en la habitación
dolménica, donde el hombre va a buscar el don terrestre". Los templos
serían los sucesores de los dólmenes y cromlechs, como el de Stonehenge.
Charpentier propone que las estructuras dolménicas del norte español son
de origen protovasco-atlanteano y plantea la posibilidad de que no todos
los monumentos megalíticos se construyesen en la misma época, hace unos
4.000 años.
Jorge Pérez, a su vez, informa que hay unos 50.000 megalitos dispersos
en toda Europa Occidental y que su expansión mundial debió llevarse a
cabo por "grupos de hombres portadores de formas superiores de
civilización" con conocimientos de geometría y astronomía.
"Es lógico -asevera-
que a través de los tiempos, distintas generaciones los hayan utilizado
como culto al Sol, a la Luna, a los muertos, al dios, y que hayan
servido para ritos de inhumación, etc".
VIRGEN DEL PILAR
Ya hemos visto la interpretación que hacen del menhir los autores
señalados. Por su parte, René Guènon estima que el simbolismo del
menhir,
como el del obelisco y el de la columna, se refiere al rayo solar y al
Eje del Mundo, equiparable con el canal sushuma del cuerpo esotérico
humano.
El menhir, asimismo, tiene un simbolismo fecundador ampliamente conocido
popularmente como evidencia la etnogragía y la Historia comparada de
Religiones. En la India no puede uno por menos que equipararlo a la
piedra fálica tallada que simboliza el limgan (pene) del dios Siva, en
el que para nada hay que ver interpretaciones freudianas sino, en todo
caso, las esotéricas y las junguianas: fuente de creación, de poder y
fertilidad.
Y sobre un menhir prehistórico, sobre un pilar pagano, instalaría
Santiago Apostol la imagen milagrosa de la Patrona de la Hispanidad y de
Aragón, la Virgen del Pilar, milagro que narraría con gran cúmulo de
detalles Sor María de Jesús de Agreda en su Mística Ciudad de Dios. Y
por cierto que la Virgen del Pilar es la patrona de varias localidades
sorianas; en San Pedro Manrique y Agreda se honra a la Virgen de la Peña
y hay una Virgen de la Piedra en una población.
Ahora bien, ¿qué es lo que dice la Historia Comparada de las Religiones
al respecto? Lo que nos descubre es que antes de que la piedra enhiesta
tuviera un significado masculino lo tuvo femenino. Nos revela que "la
representación más primitiva de la diosa lunar y quizás la más
universal, era un cono o pilar de piedra", como afirma Esther Harding.
"La piedra era la representación original de la luna que fue adoptando
gradualmente características humanas", señala esta hermeneuta junguiana,
lo que me sugiere que tal vez la figura humana de la Estatua-Menhir de
Villar del Ala sea femenina y no masculina. Frecuentemente se encuentra
también como emblema de la Diosa Luna un pilar de madera o un árbol,
motivo que se apropiaría la iconografía mariana y que puede verse en un
buen número de tallas marianas soriana.
Por su parte, Andrés Ortiz-Oses remite el Pilar de Zaragoza a una
religión cósmica,
"en la que ciertas piedras preciosas (jaspe) y pilares
arbóreos son considerados como teofanías del poder-potencia de la Madre
Tierra".
Y agrega lo siguiente:
"El sagrado Pilar de Zaragoza no
solamente funge cual Totem de identidad psicosocial de las tribus
aragonesas (y, por extensión, de las hispanas), sino que funciona
cuasi-mágicamente: a su tacto y contacto el hombre se re-genera como a
através de un Daimon palingenésico. Toda la liturgia mariológica remite
a la creencia matrológica en una piedra-asiento de la Diosa de la
fertilidad, así como al simbolismo fecundizante de dicho onfalo sagrado
cual estela mágica que cubre viejas tumbas de héroes-mártires".